Hubo anuncios, oficialización y luego acusaciones de "boicot" e incluso de "hackeos". Sin duda, esta fue una semana controversial para la Lista del Pueblo (LDP), colectivo que a mediados de junio ya anunciaba que sondeaba nombres para llevar una carta presidencial propia, y que terminó con la exclusión del nombre que supuestamente había sido oficializado: el ex dirigente sindical, Cristián Cuevas.
A inicios de agosto, una resolución tras la asamblea del colectivo alzó a Cuevas como su carta presidencial. En ella, participaron cerca de 70 integrantes, y se zanjó con 43 votos a favor y 30 abstenciones.
Y mientras Cuevas y la LDP iniciaban una carrera contra el tiempo para juntar las 33 mil firmas necesarias para ir a primera vuelta, un mensaje en Twitter del colectivo, publicado al día siguiente de la supuesta resolución, sembró las dudas: "Porque (sic) se da por hecho algo sin que sea anunciado? Ustedes piensan que no le consultaremos antes al pueblo?", escribieron el 6 de agosto.
Tres días después, un comunicado desde el colectivo hablaba de una proclamación oficial, haciendo hincapié en lo definido por la asamblea, donde también apuntaban a que "la ratificación de esta candidatura será ejercida por el pueblo mediante su patrocinio legal".
Acusaciones cruzadas
El 10 de agosto, y luego de días de mensajes confusos, la bomba estalló: en la mañana, surgió una declaración firmada con el logo de la colectividad, donde se evidenciaba una división que incluso apuntaba al "boicot" encabezado por una de las facciones y por uno de sus fundadores.
En la tarde, otro comunicado descartó las acusaciones,y el respaldo a Cuevas, responsabilizando a "
los partidos políticos, los medios de comunicación masivos y sus lógicas manipuladoras (que) han insistido en hacer aseveraciones e involucrarnos en alianzas que no nos interesan. Es por eso que hacemos un llamado a primarias a través de patrocinios legales".
Cuevas, en medio de la tensión, declaraba a los medios que seguiría adelante con su candidatura y su trabajo de recolección de firmas, no sin recordar que fue la propia LDP la que lo fue a buscar para participar del proceso. "En política no puedes improvisar", dijo este miércoles, mismo día en que lanzó su campaña de recolección de patrocinios en Quintero.
"Presiones e intervención"
Pero pese a su convicción, la Lista del Pueblo finalmente le cerró la puerta. Ayer, los dirigentes presentaron a los tres candidatos: Diego Ancalao, quien se define como profesor, intelectual, líder indígena y académico; Soledad Mella, pobladora y dirigente social; e Ingrid Conejeros, profesora básica y diferencial de origen mapuche, ex vocera de la machi Francisca Liconao y ex candidata a la Convención.
Tras la presentación de los nuevos nombres, la
vocera de la colectividad, Verónica Guzmán reiteró las acusaciones de presiones e intervención, "a través de al menos tres personas vinculadas a partidos políticos (...) esto no lo vamos a permitir. Estas personas filtraron documentación, mal utilizaron los logos de la lista para generar información falsa o noticias expectantes. Además, robaron cuentas de redes sociales, como Twitter y correos oficiales del movimiento".
Por su parte, el fundador del colectivo, Rafael Montecinos, aclaró que lo resuelto por la asamblea donde emergió el nombre de Cuevas fue para una precandidatura, y tras ser invitado a participar de primarias, "se negó rotundamente", hecho que habría terminado por gatillar su exclusión.
"La derrota de los partidos políticos fue tan grande, que hoy hay una operación para dividir a la Lista del Pueblo, a los independientes, y este llamado es para enviarles un mensaje a esos grupos de poder (...) que tienen operadores políticos admitidos dentro de los organismos sociales para dividirlos y poder partir por sus propios medios en campañas individuales", dijo el precandidato Ancalao. Mella, por su parte, advirtió que "se vienen muchas más intervenciones para poder bajar la voz del pueblo".
Los tres nombres tienen hasta el 19 de agosto para sumar patrocinios en el Servel, y posteriormente, se realizará la consulta ciudadana del colectivo, tratando de zanjar así la tensa semana que protagonizaron.
