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El lado B del Maratón de Santiago: ¿Cómo viven la competencia las parejas de los corredores?

El tema no es menor: correr un maratón no es "gratis" e implica horas de entrenamiento semanales. Si además hay que compatibilizar con trabajos o estudios, el tiempo destinado a la pareja se reduce notablemente. ¿Compensa? Aquí, algunos testimonios.

31 de Marzo de 2017 | 12:15 | Por Tatiana Berckhoff Cádiz, Emol
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El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- Para muchos de los que este domingo participarán en el Maratón de Santiago, el running es algo más que una actividad recreativa y lo consideran como un estilo de vida que los acompaña durante todo el año. Esto implica ser constantes en los entrenamientos, mantener una dieta saludable y descansar lo necesario, entre otros aspectos, lo que muchas veces afecta la dinámica familiar.

Les preguntamos a cinco mujeres, parejas de corredores que serán parte de la que es considerada "la fiesta deportiva más grande de Chile", cómo viven la competencia y, también, cómo la afición de sus esposos ha influido en su relación de pareja y en su vida familiar. ¡Aquí están sus testimonios!

Erika Ilufi es madre de dos niños de 12 y un año de edad, y desde que su marido entró al mundo del running, ha notado cómo poco a poco su rutina ha ido cambiando en todo sentido. Así por ejemplo, de vivir sin preocuparse por las calorías que consumía y hacer ejercicio de forma intermitente, pasó a comprar grandes cantidades de frutas, verduras, lácteos y agua mineral para el consumo diario. Asimismo, el idear panoramas familiares para alentar al papá en sus corridas, se ha vuelto una tradición, comenta.

"Es algo súper positivo, porque ahora tenemos hábitos muchos más saludables como familia. Yo tengo resistencia a la insulina y me ha ayudado para preocuparme de comer sano, mientras que mi hijo mayor, ya está también siguiendo el ejemplo de su papá", relata.

Si bien reconoce que al principio fue complicado, por los horarios de cada uno y la realización de las tareas en el hogar, hoy han sabido combinar y ordenar todo para la armonía familiar.

Algo similar le ocurrió a María Paz Trebilcock, quien confiesa que en un principio le molestaba un poco la nueva actividad que había elegido su marido, pero aclara que luego cambió de opinión cuando decidió acompañarlo.

"El running nos ha unido como familia, porque ha creado un espacio en el que estamos todos conectados con un mismo enfoque (...) Además, a mí con mi marido nos ha dado un tiempo y un vínculo de pareja increíble. Es más, hace dos años trotamos y llegamos juntos a la meta del maratón de Nueva York, fue algo súper lindo", asegura.

Patricia Cabrera lleva más de 20 años de casada con un hombre fanático del running. Y aunque afirma que ese deporte no encaja con ella, junto a sus tres hijos siempre se han preocupado de apoyarlo.

"Mi hijo mayor, Matías, es fotógrafo deportivo y eso es gracias a que desde chico salía a trotar y hacer deportes con mi marido, al igual que Nicolás. Mi hija por otro lado, es como yo, nosotras nos sumamos y podemos hacerles picnic y ese estilo de cosas", relata.

Además, Patricia es clara en asegurar que el running ha fortalecido la relación entre papá e hijos, porque el compartir el amor por los deportes, les da un espacio solo entre ellos."Cuando se planifican cosas, siempre son panoramas deportivos", finaliza.

Con siete años de matrimonio, Daniela Romero señala que el "estilo de vida" que hoy llevan con su esposo "ha sido un cambio muy potente", una adaptación de su pequeña familia a nuevos horarios y tiempos.

"Los horarios no acompañan, él es profesor de educación física y yo chef, entonces nuestra hija de tres años y yo, nos hemos sumado a los planes y horarios de las competencias. Y es que las corridas son los fines de semana y ese es tiempo para estar en familia, entonces nosotras lo vamos a apoyar y alentar, porque eso es súper importante para un competidor", relata la ex deportista de alto rendimiento.

Pero quizás la situación más compleja, la vive Sofía -quien por motivos personales ha preferido resguardar su nombre real-. Madre de tres hijos, asegura tener una relación "ambivalente" con el running, ya que aunque a su marido le ha hecho bien en múltiples aspectos, siente que a la vez él se ha volcado completamente al deporte, muchas veces cambiando las prioridades de pareja y familiares.

"Estoy súper orgullosa de él, porque gracias al ejercicio perdió peso, dejó de fumar, le cambió el genio, le mejoró el autoestima, ya no tiene problemas para dormir, etc. Pero la verdad, a mí me cuesta un poco entender que el running altere la dinámica familiar", asegura.

Esto porque el solo hecho de salir de vacaciones, se ha vuelto un reto en la vida de Sofía. "Para elegir el lugar, tenemos que ver que él pueda entrenar sin problemas, incluso las fechas de algún viaje o invitación son en función del entrenamiento y las carreras. Ahí me da rabia, porque me doy cuenta de que las prioridades para él cambiaron", destaca.

Lo mismo —dice— ha ocurrido con su vida en pareja. "Nunca más salimos un viernes, porque el sábado tiene que entrenar. La verdad es que se puso un poco fome", comenta.

Sofía cuenta que intentó seguir los pasos de su marido, pero no pudo porque correr no es lo suyo. Así que en lugar de pedirle que dejara de hacerlo, buscó la forma de apoyarlo. "Yo sí lo acompaño a los maratones. Me levanto temprano, voy con él, ando en bicicleta a su lado (...) También he viajado con él a otros maratones y de alguna manera me subí un poco al carro", dice.

No obstante, confiesa que espera con ansias que pase el maratón de este fin de semana, porque su marido se toma algunas semanas de descanso. "Se pone más divertido y simpático; más livianito, más relajado. Es cuando yo lo paso mejor", concluye.

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