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Louise Brown, la primera "niña probeta" cumple 40 años: Una historia de esperanza, juegos de azar y un premio Nobel

Su nacimiento acaparó las portadas de medios de todo el mundo, dando esperanza a quienes no podían concebir. Con todo, recibió las críticas de los más conservadores, que consideraron su llegada al mundo algo "moralmente errado".

25 de Julio de 2018 | 11:40 | Redactado por Ángela Tapia F., Emol/EFE/DPA/AFP
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El 25 de julio de 1978 se oyó el primer llanto de Louise en los pasillos de un hospital, cerca de Manchester, marcando un hito en la historia de la medicina reproductiva.

AFP
SANTIAGO.- Louise Brown acababa de salir del hospital siendo una recién nacida, en Gran Bretaña, cuando a su casa llegó un sobre con un feto de plástico y un tubo de ensayo roto, enviado por un católico radical. Sin duda había personas que se oponían a lo que lograron los conocimientos médicos y la perseverancia de sus padres; fecundar un óvulo con un espermatozoide fuera del cuerpo de una mujer. La fecundación in vitro (FIV) supuso una revolución para la fertilización asistida del siglo XX, y Leslie fue el rostro que dio esperanza a millones de parejas que no podían concebir un hijo de forma natural.

Exactamente 40 años han pasado desde el día en que nació esta mujer de Inglaterra, quien no deja de elogiar los esfuerzos que hicieron sus papás por traerla al mundo.

La "Polla Gol" británica y la suerte de la ciencia

Pese a que John y Lesley Brown intentaron por nueve años concebir un hijo sin tener éxito, se podría decir que fueron personas con suerte.

Imposibilitados económicamente para pagar algún procedimiento médico, se habían entregado a lo que parecía ser un destino sin hijos. Pero fue antes de partir a unas breves vacaciones, en la década de los 70, que John jugó un billete de "Football Pools", una especie de "Polla Gol" del Reino Unido. Y al regreso de sus días de descanso, la pareja encontró la alegre sorpresa de que en su buzón había un cheque por 800 libras como premio por la apuesta. No lo pensaron dos veces: el dinero sería invertido en un tratamiento.

Casi una década antes, en 1969, el fisiólogo de Cambridge Robert Edwards había logrado, junto con el ginecólogo Patrick Steptoe, la primera fertilización in vitro de un óvulo humano. Sin embargo, este primer caso, al igual que otros que siguieron después, no lograron concretarse en embarazos de término y ni en los tan anhelados nacimientos. Otra vez, John y Lesley tendrían suerte.

"Hasta que no tuvo ya varios meses de embarazo (mi mamá) ni siquiera sabía que el método era completamente nuevo y nunca antes había funcionado", dijo Louise sobre Lesley. Treinta y ocho semanas después de someterse al procedimiento, llegó el momento que los Brown tanto esperaban: el 25 de julio de 1978 a las 11:47 se oyó el llanto de Louise en los pasillos del Oldham General Hospital, a una media hora del centro de Manchester.

Fueron 60 pruebas a las que tuvo que someterse para que los médicos celebraran el éxito de la FIV y pudieran decir con orgullo que Louise era una sana niña de 2,600 kilos y 49 centímetros. El mundo quedó sorprendido.

Un nacimiento con consecuencias "graves para la humanidad"

Se cree que eran más de cien los periodistas que esperaban la llegada de Louise y sus felices padres a la casa familiar, en Bristol. Los mismos reporteros fueron quienes llevaron a cada rincón del mundo la increíble historia de una niña que había logrado nacer gracias a un proceso médico que reemplazaba una relación sexual para conseguir la concepción. "Niña probeta" la llamaban.

Pero los sectores más conservadores no tardaron en lanzar sus juicios contra lo que consideraban antinatural y poco ético. Mientras el Vaticano dijo que su nacimiento tenía "consecuencias muy graves para la humanidad", el arzobispo católico de Liverpool calificó el hecho como algo "moralmente errado".

"Todo el mundo tiene derecho a tener sus propias opiniones", reflexiona hoy Brown, tras cuatro décadas y más de seis millones y medio de niños que han llegado al mundo gracias a la FIV. Asimismo, destaca que siempre se ha sentido una persona normal, pese a la fama que tiene a nivel internacional.

Para acallar a las personas que decían que Louise era diferente, sus padres se encargaron de llevarla a numerosos espacios televisivos. Y aunque luego se distanciaron de los medios para buscar un equilibrio en la privacidad de su hija, esta mujer sigue siendo una estrella, sobre todo para la comunidad médica y más aún después de que el científico Robert Edwards recibiera un premio Nobel de Medicina en 2010 por su labor en el desarrollo de la FIV.

"Nunca viví de otra manera. La atención de los medios fue siempre la misma (…) A veces es extraño pensar que tantas personas en el mundo saben mi nombre", dijo la mujer, agregando: "Creo que sería la misma persona si no hubiera tenido la intromisión de la prensa. Soy muy como mis padres, ellos eran muy calmados, me dejo llevar".

La alegría de los hijos

John y Lesley Brown murieron en 2006 y 2012, respectivamente. Pero Louise no está sola. Vive en Bristol, donde trabaja como empleada administrativa en una empresa de transporte, y comparte su vida con su familia, compuesta por su esposo y sus dos hijos, los que –ya ha despejado las dudas- fueron concebidos de forma natural.

El primero (Cameron) llegó el 20 de diciembre de 2006 y el segundo (Aiden), cuatro años después. Y al menos el mayor, ya sabe algo de la historia de cómo su mamá llegó al mundo. "(Sabe) que su abuela necesitó ayuda de los médicos", ha explicado Louise.

La mujer ha sido entrevistada por numerosos medios, a propósito de sus 40 años y las también cuatro décadas de la FIV. Precisamente en una exposición en Londres que repasa esta técnica médica -"IVF: 6 Million Babies Later"-, Louise comentó que quizás le gustaría tener un tercer hijo y que no descarta recurrir a la fecundación in vitro para lograrlo. "Creo que no importa como hayas nacido, tu vida es igual aunque hayas nacido por otros métodos", comentó.

Tras recordar la dificultad y las penas que pasó su madre para quedar embarazada, Louise señaló: "La FIV no solo crea vidas, crea esperanza, alegría y también familias y generaciones".


Con motivo de su 30 cumpleaños, en 2008, Louise posó para la prensa en compañía de su madre, Lesley, del científico Robert Edwards y de su primer hijo, Cameron. (Crédito, AFP)
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