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Tomar el control o sentirse diferentes: ¿Por qué algunas personas se cambian el look tras las cuarentenas?

Tres peluquerías cuentan cuál ha sido la actitud de sus clientes en estos últimos días en que algunos salones de belleza han abierto y cómo se han sorprendido con algunas solicitudes. Además, una psicóloga analiza cómo afecta la imagen en un período de incertidumbre y de cambios radicales de rutina.

07 de Mayo de 2020 | 08:03 | Por María José Hermosilla, Emol
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EFE (imagen referencial)
Un servicio que parecía no ser tan importante durante los días de cuarentenas preventivas decretados en países alrededor del mundo, fue el que entregaban las peluquerías. Sin embargo, para sorpresa de muchos, las solicitudes para cortes, teñidos y masajes capilares han llenado listas de espera en estos locales en varios países.

En España, con el anuncio entregado por el Gobierno de permitir la apertura de las peluquerías a partir del pasado 4 de mayo, fueron muchos los locales que repletaron sus listas de clientes que necesitaba con urgencia este servicio estético. Algunos, incluso, llegaron a tener a más de 200 personas esperando por ser atendidas.

En Chile, varias peluquerías -en comunas que no están en cuarentena total- han decidido paulatinamente implementar medidas de seguridad necesarias para poder reactivar su negocio. Algunas estimaban que el servicio que sería más solicitado en esta primera etapa sería tapar el crecimiento de canas, pero -sorprendentemente- sus clientas han tomado otro rumbo y se han mostrado más atrevidas al momento de solicitar cambios.

Así lo asegura Josefina Correa, dueña de Josefina Correa Beauty, ubicada en Vitacura, quien el pasado 20 de abril reabrió la peluquería, junto con todas las medidas necesarias para evitar posibles contagios. Sin embargo desde antes de esa fecha han estado tomando horas para que sus tradicionales clientes puedan realizarse los clásicos tratamientos capilares.

Para Correa el servicio que entregan es de "primera necesidad" para algunos clientes, ya que según explica el no poder realizarse los procedimientos que suelen hacerse puede provocar el no sentirse bien físicamente como cuando sí los tienen. "Es la mejor manera de sentirse bien", indica a Emol.

Entre los tratamientos que más han pedido sus clientas son cortes de pelo, iluminaciones, masajes capilares y retoque de canas. Sin embargo, algo que le ha sorprendido es que muchas han llegado pidiendo "cambios de look", algo que nunca imaginó que pasaría.

"Pensé que las clientas de canas iban a ser las más frecuentes, pero no, no ha sido así y han venido muchos cambios de look, han pedido pelos rosados, cosas que para nosotros es muy raro porque nos dedicamos a hacer casi siempre muchos rubios. Pero, ahora la gente está más osada, no sé están viendo videos de otros países, y les están gustando las distintas tendencias", explica Correa.


Crédito: Cortesía Josefina Correa.

Por otro lado, Patricia Andrade, gerenta Comercial y Marketing de peluquerías Palumbo, cuenta que también decidieron abrir sus puertas -con las medidas sanitarias correspondientes-, y que los servicios que más se han solicitado son cortes de pelo para hombres, cobertura de canas y manicure. Además, Andrade explica que algunas clientas llegan en búsqueda de un "refresh" para "rejuvenecer", con el objetivo de "buscar no solo un cambio o arreglo, sino que sentir algo de normalidad en sus vidas".

"Darse un momento solo para ellas. Hay varias que subieron de peso o están menos fitness y eso las bajonea", agrega Andrade, respecto a sus clientas mujeres.


Crédito: Cortesía Palumbo.

Asimismo, Juan Pablo Castillejo, management branding de la peluquería Nuevos Aires -con sedes en Vitacura, Providencia, Ñuñoa, Chicureo y la Dehesa- cuenta que tras tomar la decisión de abrir no fue fácil durante los primeros días, ya que "la clientela tenía mucho miedo", pero que poco a poco fueron llegando a realizarse sus tratamientos capilares, los cuales principalmente eran relacionados al rubio.

En ese momento cuenta que "les pasó cosas de todo tipo". Clientas que llegaban con raíces crecidas con sus colores originales, "que ya no eran más rubias", y "clientas que querían un cambio de look, ya que sus vidas habían cambiado". "Nos ha pasado que muchas chicas vienen a cortarse el pelo y dejan atrás su pelo largo y atreverse un poco más, cosa que nunca antes hicieron", añade Castillejo.

"Creo que es un sentimiento, ya que les ha cambiado en parte su vida radicalmente entonces esa sensación de producir un cambio interno tan grande los clientes lo buscan reflejar con el exterior también", concluye.


Crédito: Cortesía Juan Pablo Castillejo.

Pero, ¿por qué algunos buscan estos cambios en la apariencia física después de haber pasado semanas en sus casas? ¿Qué pasa con la autoestima en medio de la crisis sanitaria?

Autoestima ante la pandemia


María Paz Altuzarra, psicóloga de Clínica Universidad de los Andes, explica que estos cambios de look que buscan algunos se puede deber -a pesar de que cada persona es y reacciona diferente- a que cada uno está acostumbrado a tener una imagen y verla distinta puede afectar. "Me miro al espejo y esa imagen no corresponde a cómo yo estoy acostumbrado a verme, y eso de alguna manera me afecta y me impulsa a ir a cortarme el pelo", agrega.

Sin embargo, Altuzarra cree que la decisión de ir o no a la peluquería puede estar basada en distintas razones. Una de estas es el hecho de darse un gusto para uno mismo. "Otros pueden tomarlo como: 'Quiero arreglarme para verme bien porque siento que me veo mal en esta situación o hacerme algo que haga verme más bonita'", ejemplifica.

Ante las decisiones de cambios radicales que algunos han tomado en estos días, la psicóloga explica que estos tienen que ver con "la sensación de que si yo hago un cambio radical en mi imagen, estoy haciendo un cambio radical en mi vida". "Como estamos en esta situación de incertidumbre, en que no sabemos qué va a pasar, de alguna manera puede ser un intento de lograr una sensación de un poco más de control sobre mí misma", indica.

Respecto a cómo puede verse afectada la autoestima en estos días, Altuzarra cree que cada persona reacciona distinto y que no se puede generalizar, pero el estar tanto tiempo en las casas, saliendo poco, algunas veces arreglarse menos, no vestirse o solo ponerse buzo, no peinarse, no maquillarse -quienes estaban acostumbradas a hacerlo-, puede afectar la imagen de cada persona y al mirarse el espejo verla distinta.

Además, el distanciamiento social, en que las fuentes de gratificación más importante que tiene los seres humanos que es la relación e interacción con otros, se pierde, y el sedentarismo o el hecho de estar comiendo cosas que no estaba acostumbrados y son menos saludables, también afectan la imagen y el ánimo. Esto, agregado al hecho de que se está cambiando el hábito del ejercicio físico, lo que puede "hacer que uno se siente cada vez menos atractivo/a", indica.

Sin embargo, el hecho de ir o no a la peluquería a algunos les puede servir en torno a la imagen de sí mismos, pero para otros puede solo ser una "gratificación inmediata, más que a largo plazo", concluye.
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