Un
británico de 72 años padeció la que es considerada como la
infección por covid-19 más larga del mundo. Se trata de Dave Smith, quien durante los
más de 290 días por los que estuvo contagiado, debió someterse a 42 pruebas PCR y fue siete veces ingresado en el hospital.
"Rezaba todo el tiempo: el próximo será negativo, el próximo será negativo, pero nunca lo era", declaró Smith a The Guardian, donde relató su inusual experiencia.
Instructor de manejo jubilado,
Smith se infectó en marzo de 2020, al comienzo de la primera ola de la pandemia en el Reino Unido,
y siguió siendo portador del virus activo durante casi 10 meses. Su sistema inmunológico estaba debilitado por una leucemia, que fue tratada con quimioterapia en 2019.
"
Estaba totalmente agotado de energía y perdí mi sentido del olfato. Pero no me hice una prueba de covid hasta abril, cuando me llevaron al hospital porque había desarrollado una infección en el pecho", contó Smith.
El hombre recibió un tratamiento con antibióticos, pero siguió sintiéndose mal. Fue hospitalizado de nuevo en julio y
cuando volvió a dar positivo a covid-19, los médicos asumieron que se había reinfectado. Sin embargo, tras realizar una serie de análisis,
se dieron cuenta de que era la misma infección original.
42pruebas PCR con resultado positivo tuvo Dave Smith durante el tiempo en que estuvo contagiado
Luego de eso, la salud de Smith mejoró, pero pronto se deterioró rápidamente. "
Mis niveles de energía se debilitaron rápidamente, no podía levantar nada", recuerda. "
Una vez, tosí durante cinco horas sin parar (...), desde las cinco hasta las 10 de la mañana, sin parar. Imagínate el esfuerzo que esto supone para tu cuerpo", señaló.
Pesaba 117 kilos pero perdió más de 60 durante la enfermedad. "Estaba listo para rendirme" y dispuesto a morir, contó. "Mi esposa había empezado a organizar el funeral cinco veces", detalló.
"En un momento dado, estuve postrado en cama durante dos o tres meses. Mi mujer tuvo que lavarme y afeitarme en la cama porque no podía levantarme", continuó. Incluso se despidió de sus familiares, pensando que su muerte era inminente.
Sin embargo, no fue así. Smith pudo acceder a un tratamiento de "uso compasivo", el cual permite aplicar una terapia no autorizada si ninguna otra ha dado resultado. Así, se le administró el cóctel de anticuerpos desarrollado por el grupo estadounidense Regeneron -el mismo que recibió el ex Presidente de Estados Unidos, Donald Trump- y 45 días después por fin dio un PCR negativo.
Una buena noticia que tanto Smith como su mujer celebraron con champán. "No bebemos normalmente, pero nos la tomamos entera esa noche", relató.
"Es como si te hubiesen dado una nueva vida", afirmó Smith, quien admitió que nunca estará 100% en forma "porque el covid destruyó mis pulmones, así que me quedo sin aliento bastante rápido". "Pero cada día que vivo ahora es una ventaja", aseguró.
Su caso está siendo estudiado por la Universidad de Bristol.
