SEUL.- La selección de Corea del Sur se acercó al Mundial 2002 como una cenicienta del fútbol, ya que no había ganado ni uno solo de los 14 partidos mundialistas que había disputado.
Pero se convirtió en una de las codiciadas princesas del torneo, en el que se mantiene invicta. Es la primera vez que alcanza los cuartos de final de una Copa.
El indiscutido ídolo del equipo es el entrenador, el holandés Guus Hiddink (55 años), quien tomó las riendas de la selección en enero de 2001. Desde entonces inculcó al equipo un estilo de juego a "la holandesa", capaz de desplegar una ofensiva total con cinco delanteros, como lo hizo para remontar la derrota parcial contra Italia en octavos de final.
Con dos goles cruciales en partidos decisivos, el delantero Ahn Jung-hwan se convirtió en el jugador símbolo del sueño surcoreano. Logró el tanto del empate en el desafío de prestigio contra Estados Unido, en primera ronda, y convirtió el "gol de oro" con el que eliminaron en octavos a Italia por 2-1.
"A nuestro equipo hace algunos meses no lo conocía nadie, hemos venido desde muy lejos y ahora, gracias al trabajo que hemos hecho en los últimos meses, sí se nos conoce y respeta, y esto es algo me da un placer enorme, me gusta ir eliminando favoritos", dijo Hiddink. El próximo paso será ante la España ávida de títulos.
