ESTAMBUL.- Un importante dispositivo de seguridad con alrededor de 7.000 hombres fue desplegado el viernes dentro y fuera del nuevo circuito de Estambul, donde el domingo se corre el primer Gran Premio de Turquía de Fórmula 1.
Tras los recientes atentados que sacudieron el país, que fueron imputados a los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), los organizadores aumentaron la seguridad inicialmente prevista y que ya era importante.
Además de los equipos encargados de inspeccionar los edificios del circuito cada mañana, la organización convocó a 4.000 agentes de seguridad privada, no armados, quienes están encargados de verificar las credenciales y los boletos de entrada, indicó la responsable de comunicación del circuito, Pelin Kaleci.
Además, unos 2.000 gendarmes (policía militar) forman parte del operativo, la gran mayoría armados con ametralladoras o revólveres. Estos hombres patrullan todas las zonas públicas del circuito, así como unos 800 policías que se desplazan a pie, a caballo o en moto, según Kaleci.
También forman parte del dispositivo policías de civil, que se mezclan entre la multitud y cuyo número no fue precisado.
Las personas que poseen credenciales no son revisadas particularmente. En cambio, el público, por ahora escaso pero que se estima en 100.000 personas para el domingo, es sometido a un control profundo.
Los espectadores deben pasar por detectores de metales y sus bolsos por rayos X en la entrada del circuito, precisó Kaleci.
