SHANGHAI.- De las vacaciones a soñar con la final del Masters, de una mañana de resaca a ganar un partido histórico para su país: con su triunfo de hoy ante el argentino Mariano Puerta, al chileno Fernando González se le abre un panorama impensado hace apenas unos días, cuando descansaba bajo el sol en la tranquila profundidad de sus vacaciones.
"Cuatro o cinco días atrás estaba de vacaciones en casa, pasándola muy bien. Entonces me llamó la ATP", recordó González tras su 6-3, 4-6 y 6-0. Ahora tiene las semifinales del Masters al alcance de la mano.
"Me estaba despertando tras la gran fiesta de la noche anterior. Me dieron dos horas para decidirme a hacer un viaje de 30 horas. Y era una decisión difícil, porque tres años antes había hecho lo mismo y finalmente no jugué", dijo el número uno chileno.
Todo fue azaroso y afortunado en los últimos días vividos por González. El chileno había desconectado su teléfono móvil, había decidido aislarse y descansar tras un año tan duro como exitoso. La ATP tenía el teléfono de su casa, y fue su padre el que le pasó la llamada.
"Nunca sabes lo que te puede pasar en la vida, porque cinco días atrás estaba de vacaciones, hace dos no sabía si jugaba y ahora tengo la chance de pasar a las semifinales del Masters", dijo con el asombro reflejado en el rostro.
"La decisión fue dura, pero tardé menos de dos horas en tomarla", dijo sonriendo el número 13 del mundo. "Ahora sé que fue la mejor decisión, pero nunca lo sabes...".
Mientras volaba de Santiago a Beijing en un interminable viaje con varias escalas, González no sabía que el Masters incubaba una debacle que estallaría el lunes. Primero se retiró el español Rafael Nadal, dándole el pase al torneo a Puerta, y 15 minutos después tiró la toalla el estadounidense Andre Agassi: González ya era aspirante a "maestro".
"Yo estaba en el hotel, y la ATP llamó para avisarme que jugaba. No estuvo mal, porque era lunes a la noche, y recién debutaba el miércoles".
De la Peña no tenía visa para entrar a China
Pero había más obstáculos inesperados por delante para el jugador de 25 años. "¡Vente al tiro! (rápido)", le dijo González a su entrenador, el argentino Horacio de la Peña.
Obediente, apasionado y adrenalínico como siempre, De la Peña se tomó el primer avión disponible para llegar cuanto antes a China. Pero en el aeropuerto de Fráncfort se enteró de que algo no estaba en orden: no tenía visa para ingresar al gigante comunista. La Federación Internacional de Tenis (ITF) hizo una velocísima gestión, y De la Peña pudo subir al avión.
El rival del viernes es el argentino Gastón Gaudio, un hombre ante el que perdió siempre sin ganar un set. Aunque aquello fue en arcilla. Gane quien gane, el Masters tendrá un semifinalista muy sorprendente.
"Pero yo juego bien en esta superficie, algo que Gaudio no hace", destacó el chileno, ganador este año de tres torneos en tres superficies diferentes: el cemento de Auckland, la arcilla de Amersfoort y la sintética indoor de Basilea.
Pase lo que pase, González ya escribió historia para el tenis de su país, porque es la primera vez que un chileno gana un partido en el Masters. Marcelo Ríos, ex número uno del mundo, perdió en su debut en la edición de 1998 en Hannover y abandonó el torneo estrepitosamente.
Por eso González aprovechó hoy para lanzar un mensaje directo al Gobierno chileno: "No sé cómo lo estarán tomando en Chile, pero esto es bueno para mí, para el deporte y para la gente que viene de abajo. Espero que sirva para que el Gobierno meta más plata en el deporte, que está tan abandonado en nuestro país".
