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SuperBowl en EE.UU.: Más fiesta que deporte

Se estima que el consumo de sales para el estómago se incrementa en un 20% al día siguiente a la celebración del partido.

01 de Febrero de 2007 | 10:31 | DPA

MIAMI.- Desde que se creó hace 41 años, el día del SuperBowl, es la mejor excusa en Estados Unidos para organizar una fiesta, socializar, comer y beber frente a un televisor. Y el domingo no será diferente.


Dado por hecho que asistir a presenciarlo es casi imposible, porque las entradas son muy difíciles de conseguir y muy caras, ya que sus precios oscilan entre 700 y 5.000 dólares, la gente trata de pasarla bien entre amigos, muchas veces sin importar quién gane o lo malo o bueno que resulte el partido final de la temporada de fútbol americano.


Este año los contendientes no serán los equipos más populares de la liga. Los Osos de Chicago se medirán a los Colts de Indianápolis y el mayor aliciente lo tendrán las comunidades negras, pues por primera vez en la historia un entrenador afroamericano estará en el SuperBowl.


Para beneplácito de una comunidad pletórica de grandes jugadores de la especialidad el hito es mayor, pues tanto Lovie Smith, de los Bears, como Tony Dungy, de los Colts, son negros. El domingo del SuperBowl las calles se encuentran prácticamente vacías, es el fin de semana con menos bodas en todo el país y los supermercados hacen su "agosto", pues las ventas aumentan casi al nivel del "Día de Acción de Gracias" y superan las de la Navidad siendo el consumo de cerveza muy superior al tradicional.


La cantidad de comida que ingiere cada persona durante el día del Super Bowl es la segunda más importante después del día de Acción de Gracias. Los aficionados gastan más de 150 millones de dólares en comida en el fin de semana de la final y el consumo de sales para el estómago se incrementa en un 20% al día siguiente a la celebración del partido.


Miami organizará el SuperBowl por novena ocasión y las miles de personas que viajaron a la turística ciudad, la mayoría sin boletos, se conforma con disfrutar de las actividades alternativas y de esperar un "milagro" para adquirir un boleto en el mercado negro, por el cual están dispuestos a pagar miles de dólares.


Alrededor del partido, por primera vez en la historia se realizará un juego entre estrellas retiradas del circuito y celebridades latinas en un escenario adyacente al estadio Dolphin, sede del partido.


También el parque interactivo "Experiencia NFL" abrió ya sus puertas y cuenta con la presencia de algunas luminarias en la liga en sesiones de autógrafos. La popular calle Ocean Drive en Miami Beach estará cerrada para el tráfico peatonal desde hoy y hasta el domingo para albergar una gran variedad de actividades, mientras que un día antes de la final en el Bicentennial Park actuarán diversos artistas, entre ellos el salsero cubano Willy Chirino y la banda de rock Styx.


La metrópoli floridana fue sede del Súper Bowl en ocho ocasiones, la última en 1999, y con las dos nuevas versiones (la del domingo y la del 2010) será la ciudad que más veces albergó el encuentro.

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