Para la selección de Argentina, el 5 de septiembre es un día maldito

SANTIAGO.- Si habían argentinos que no se acordaran del cinco de septiembre, desde ayer, sábado, no quedan. Se transformó en un día negro, fatal, en casi una maldición.

El cinco, septiembre, las camisetas amarillas, las Clasificatorias, la peil negra, el Mundial que se tambalea, todos protagonistas de las pesadillas de los seguidores de la Albiceleste.

Todo comienza a escribirse en 1993, cuando el conjunto dirigido, entonces, por Alfio Basile salió a bailar de la mano de la selección Colombia de Francisco "Pacho" Maturana.

Eran las Clasificatorias para el Mundial de Estados Unidos 1994 y el grupo compuesto por Colombia, Argentina, Paraguay y Perú -aún no se implementaba el sistema de todos contra todos- era encabezado por los cafeteros.

Si los colombianos ganaban en Buenos Aires, firmaban sus boletos a la cita estadounidense; el problema era que la historia registraba sólo una victoria suya en suelo trasandino: en 1987, por la Copa América. Nada más. Por otra parte, antes del partido Diego Armando Maradona declaraba la superioridad de su país. "Históricamente, cómo estamos, Argentina arriba y Colombia abajo", decía el "Diez" en la TV.

Pero esa noche la historia se rompió. Y de qué manera: Colombia aplastó a Argentina 5-0.

Noche de cumbia de Buenos Aires

El conjunto de "Pacho" Maturana abrió la cuenta con un gol de Freddy Rincón, quien tras pase de Carlos Valderrama enfrentó a Sergio Goycochea y lo burló para rematar al arco desguarnecido. Corría el minuto 41. Argentina había partido bien, atacando, llegando, pero Colombia concretó.

En la segunda fracción, con recién cuatro minutos en el cronómetro, Rincón le puso un balonazo cruzado -desde 35 metros- a Faustino Asprilla. El "Tino" amagó a su marcador y venció a Goycochea. Y a los 68' Rincón repitió capitalizando un centro de Leonel Álvarez al segundo palo. Los gritos colombianos podían escucharse en el silente Monumental de Núñez. Argentina quedaba fuera del Mundial.

Sin embargo, ocurrió el milagro. Uno grande porque ocurrió en otro lugar. En Lima, Perú le empataba 2 a 2 a Paraguay y las 70 mil almas presentes en el estadio de River lo gritaron como propio, pues con esa igualdad, la Albiceleste aseguraba el repechaje.

Eso sí, los trasandinos tenían que seguir sufriendo porque Faustino Asprilla se despachó un golazo de globito a los 75' y Adolfo "El Tren" Valencia instaló la vergüenza local a los 84' y selló la clasificación colombiana al Mundial de Estados Unidos. El 0-5 se había tatuado.

Los trasandinos no lo podían creer, no entendían que por primera vez perdieran de local en una elminatoria y tuvieran que jugarse la vida ante Australia -en un duelo de ida y vuelta- para no quedar fuera de la cita planetaria.

Tras el pitazo final, el público que colmó el Monumental de Núñez comenzó a aplaudir, pero a Colombia. Fue la mayor goleada recibida por la Albiceleste en una eliminatoria mundialista. Hasta que llegó el 6-1 en La Paz, ante Bolivia en 2009, pero ese es otro cuento.

Argentina no quería que la historia se repitiera en el camino a Francia '98. El equipo trasandino había jugado todos sus partidos en el estadio de River Plate, pero el final lo jugó en La Bombonera porque al frente estaría Colombia. El resultado fue 1-1.

Los trasandinos parecían haberse olvidado de aquella vergüenza. Cuando menos, la herida ya no les quemaba la piel. Pero anoche las camisetas amarillas y las pieles negras volvieron a aparecer frente a sus ojos, ahogándolos, y haciendo que la carne se les crispara y las gargantas se cerraran. Tras el pitazo final, Argentina volvía a ver cómo caían de local, por segunda vez en la historia de las eliminatorias, y cómo su rival celebraba la clasificación. Es que era 5 de septiembre.