SANTIAGO.- Las consecuencias por el escándaloso clásico universitario del pasado domingo continúa. Pese a que la ANFP ya dio por terminado el partido, con triunfo para Universidad Católica, aún siguen apareciendo más antecedentes de todo lo que sucedió ese día en el Nacional.
El presidente de Azul Azul, José Yuraszeck, salió al paso de los cuestionamientos que señalaban que él ingresó al camarín del árbitro Enrique Osses para presionarlo para que continuara con el cotejo. Pero el timonel se defendió.
"Jamás presioné a Osses, en ningún sentido. Lo único que hice fue observar lo que ocurría: René Rosas hizo llamados a la ANFP y nos comunicó que el partido se reanudaba", señaló el mandamás azul en conversación con
El Mercurio.
Asimismo, Yuraszeck criticó cómo manejó la situación el encargado de competiciones del ente rector del fútbol chileno, René Rosas: "Tuvo un errático actuar el gerente de competiciones, quien comunicó a los presidentes de ambos clubes que el partido se jugaría, tal como lo informamos. Nos queda claro que él no conocía los reglamentos, algo ha fallado".
A raíz de esto, y para evitar que estas situaciones se repitan en el futuro, la U propuso establecer "un nuevo protocolo para regular la continuidad de partidos que se ven afectados por incidentes o actos violentos. De otra forma, se corre el riesgo de que cualquier partido de fútbol se suspensa por el lanzamiento de rollos de papel, incluso en partidos de la selección chilena".
