El duro bajón anímico del que deberá reponerse el camarín de la U para salvar la Libertadores

SANTIAGO.- La imagen de Isaac Díaz tras el pitazo final del Superclásico lo decía todo. El delantero se tiró al césped, tapó su rostro y soltó unas lágrimas.

Es que en la U dolió y mucho la derrota de 1-0 ante Colo Colo. El sentir en el equipo azul era claro: Impotencia y amargura.

Luego de la caída en el Estadio Nacional, los jugadores universitarios estuvieron silentes y en su mayoría con rostros de tristeza, según revelaron a Emol cercanos al camarín azul.

Los pupilos de Cristián Romero no lo podían creer. Si bien el marcador les fue desfavorable, la sensación de que merecieron más era compartida por todos. Eso hizo aún más grande la amargura.

La rabia y la tristeza fue grande, tanto que a la salida de los vestuarios la mayoría del plantel se negó a hablar con la prensa y las escasas palabras apuntaron hacia el árbitro Eduardo Gamboa.

"Haganle una nota a él, Gamboa fue la figura del partido", lanzó con evidente molestia el argentino Ramón Fernández, quien terminó expulsado en los últimos minutos de partido.

Quien sí estuvo contrario a sus compañeros fue Johnny Herrera. El meta se detuvo a conversar con los medios con evidente molestia en su rostro y en su particular estiló disparó con todo contra un hombre en particular.

"Su actitud es típica de un delincuente", fustigó el portero por la polémica celebración del volante albo Jason Silva, quien pisoteó un lienzo de la U.
 
Así la U dejaba el recinto de Ñuñoa, sumida en la amargura y la tristeza, pero con la tarea de cambiar rápidamente el chip porque esta semana se juegan su paso a los octavos de final de la Copa Libertadores.

Perder el Superclásico dolió, pero ahora Defensor Sporting es el objetivo y este miércoles en Uruguay los azules se juegan el último objetivo que le queda este semestre.

"Debemos dar vuelta la página, estamos dolidos, pero hay que mirar adelante", fueron las palabras de Roberto Cereceda.