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La alocada jornada de Esteban Paredes, el “salvador” de Colo Colo en el Superclásico

El delantero desató la alegría de los 1.500 hinchas albos que estaban en el sector norte del Nacional tras marcar el 2-1 sobre la U. Celebró efusivamente junto a la barra, luego con el kinesiólogo del equipo y más tarde se retiró del estadio como todo un rockstar.

15 de Marzo de 2015 | 12:34 | Por Claudio Ortega Ayala, Emol
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El atacante Esteban Paredes marcó los dos goles del triunfo de Colo Colo sobre la Universidad de Chile.

El Mercurio

SANTIAGO.- Minuto 93. Esteban Paredes toma el balón, lo acomoda y lo deja en el punto penal. Retrocede, mira a Johnny Herrera y tras el pitazo de Eduardo Gamboa emprende carrera.  Sin titubear saca un potente remate y le da el triunfo a Colo Colo en el Estadio Nacional.

El goleador del Cacique se convertía en el salvador de su equipo, pues a los 53’ ya había anotado el empate parcial, y ahora en la agonía marcaba el 2-1 definitivo sobre la U entregándole a los albos el cuarto Superclásico consecutivo.

El gol de Paredes desató la fiesta en el sector norte del recinto de Ñuñoa. Los cerca de 1500 hinchas de Colo Colo celebraban el gol del triunfo y hasta allá llegó el atacante para festejar con ellos.

Y lo gritó con todo. Claro, no era para menos, sabía que una vez más le estaba dando el triunfo a su equipo y esta vez ante su archirrival. Fue una celebración efusiva, y que no terminó allí, porque luego siguió su carrera hasta la banca y allí se abalanzó sobre Wilson Ferrada.

El elegido para continuar con los abrazos era el kinesiólogo del elenco de Héctor Tapia, pieza fundamental en la recuperación de la pubalgia que lo tuvo muy complicado. Esta vez los abrazos eran de alegría, pero también de agradecimiento.

Fue un festejo largo, pero la importancia del gol así lo ameritaba. Tras su alocada celebración emprendió camino hacia el centro del campo, donde recibió la tarjeta amarilla del árbitro Eduardo Gamboa.

Tras el pitazo final Paredes se unió a las celebraciones de sus compañeros, aunque esta vez más mesurado. Luego se apartó y se dirigió hacia el sector del túnel, aunque los abrazos de jugadores y cuerpo técnico frenaban a cada instante su trayectoria.

Pero la alocada jornada del goleador no acabó allí. Ya en el camarín, y con el triunfo consumado,  el delantero albo abandonó el vestuario corriendo, entre risas y fuertemente custodiado.  Pero su salida no fue fácil, toda la prensa quería sus palabras, mientras familiares, hinchas y hasta los guardias trataban de detener su carrera para conseguir una foto o un autógrafo.

Pero lo consiguió. Como todo un rockstar llegó hasta el bus del Cacique entre aplausos y reiterados gritos de "salvador", "héroe", "tremendo" o "campeón". Desde de su asiento saludaba a los fanáticos que lo esperaban y en su rostro su sonrisa evidencia toda su alegría.

Paredes tomaba rumbo a casa con dos goles en su bolsillo y como la figura del Superclásico. Su alocada, emocionante y celebrada jornada llegaba a su fin, y claro, de la mejor manera: Con un triunfo frente al eterno rival. 

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