HONG KONG.- Pan Sutong exhibe con orgullo la botella gigante de 4,5 litros de un Château Latour 1900 que descorchó el 8 de diciembre después de que sus dos purasangres llegaron primero y segundo en sus respectivas carreras en el Jockey Club de Hong Kong.
Durante el almuerzo preparado por su chef personal de mejillones con gelatina de langosta, salmón salvaje con puré de zanahoria y caviar y cordero envuelto en jamón de Parma, Pan describe el estilo de vida que está preparando para la elite de China, basado en caballos veloces, haute cuisine y buen vino.
Lo está plasmando en Fortune Heights, informará Bloomberg Pursuits en su número correspondiente a la Primavera 2014 –una comunidad cerrada ultra-exclusiva en la ciudad de Tianjin, a 30 minutos de viaje en el tren bala desde Beijing. Sus 64 mansiones tendrán bodegas surtidas con Bordeaux sin año de cosecha, flores de ducha bañadas en oro y vistas panorámicas de campos de polo color esmeralda, dice Pan.
Presentadas por el Tianjin Goldin Metropolitan Polo Club, las mansiones forman parte de un desarrollo de 89 hectáreas por US$ 5.000 millones para el que están previstos una torre de oficinas de 117 pisos que ya está erigida hasta la mitad de su altura planeada, un centro de compras de alto nivel, un teatro estilo Las Vegas, un centro de convenciones y docenas de edificios de departamentos, cuatro de los cuales ya están casi totalmente vendidos.
"No me satisfacen ni las tres estrellas de Michelin ni los 100 puntos de Parker", dice Pan. "Queremos poner todo lo que es de alta gama en una comunidad donde los caballos son el punto central".
China está acuñando más millonarios que cualquier otra economía emergente, según el Informe Asia-Pacífico sobre la Riqueza de Capgemini y RBC Wealth Management, que lleva el número hasta 643.000, un 14,3% más que en 2012.
Sofisticación lista para usar
Los promotores inmobiliarios en China vienen construyendo mansiones costosas con vistas a campos de golf desde hace décadas; ahora, reemplazando las calles por el pasto azul de Kentucky de los campos de polo, Pan está presentando a los nuevos ricos del país un nuevo nivel de sofisticación lista para usar.
"Tiene cierto savoir-faire que lo diferencia de los que sólo tienen dinero", dice Winfried Engelbrecht-Bresges, máximo responsable ejecutivo del Jockey Club de Hong Kong. "Quiere crear una experiencia que no sea solamente una propiedad sino un estilo de vida".
Es un estilo de vida en parte Donald Trump y en parte aristocracia británica. Los aviones Gulfstream G550 transportan a Pan a casas en Hong Kong, Londres, Los Ángeles y Tianjin, donde está construyendo una residencia de 6.500 metros cuadrados que es más grande que Candyland, la casa de 5.100 metros cuadrados del difunto Aaron Spelling en L.A. Y se codea con los príncipes Harry y William en un partido de polo con fines benéficos que patrocina en el exclusivo club de Polo Beaufort todos los meses de junio.
Los muebles destinados a su morada de Tianjin podrán ser falso Luis XV, pero el club de polo que se despliega enfrente es real. "Las instalaciones generales son excelentes, y no hay muchos clubes deportivos más elegantes en el mundo", dijo por teléfono desde Santa Bárbara, California, Richard Caleel, presidente de la Federación Internacional de Polo.
Cuenta con más de 200 caballos de primera línea de Argentina y Australia, y cada enero, el club organiza la Snow Polo World Cup, que presenta a los mejores equipos internacionales. En el evento del año pasado, Pan trasladó en avión cantantes de ópera desde Buenos Aires, ofreció un curso llamado "Deconstrucción de la Gastronomía Molecular" y propuso a sus invitados una cata de vinos de Château Haut-Brion, una de las únicas fincas de Bordeaux con la máxima clasificación "premier cru".