"Mi primer objetivo, con toda honestidad, es continuar siendo una madre en jefe". Antes de convertirse en la Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama tenía las cosas claras: su principal rol estaría en su casa, con sus hijas. Y no es difícil imaginar que las cosas se harán tal como las dice.
Mujer de armas tomar, la misma que hoy es comparada con Jackie Kennedy por su estilo de vestir y que se encuentra en la lista de los más atractivos e influyentes del mundo, la misma que saliéndose del protocolo abrazó a la Reina de Inglaterra, viene desde hace años trabajando por el sitial que hoy ocupa.
Michelle Robinson -hoy de 44 años- se crió inserta en una familia de clase media, con una madre ama de casa, quien se encargaba de que ella y su hermano Craig hicieran sus tareas y no abusaran de la televisión.
Su padre, quien falleció en 1991, fue el gran ejemplo de su vida; sufría esclerosis múltiple y, mientras su enfermedad avanzaba, ponía el despertador más temprano para alcanzar a llegar a tiempo a su trabajo en la compañía municipal de agua.
Alentada por sus padres y aprendiendo de su esfuerzo, Michelle se sacó los estereotipos que la confinaban a ser la típica estudiante afroamericana que destaca en los deportes -su talante alto y atlético se lo permitía-, para sobresalir con sus estudios y así, conseguir el ingreso a Princeton, donde se graduó de sociología, y luego a la Facultad de Derecho de Harvard. Grandes pasos, a veces, no exentos de un sentimiento de discriminación por su raza.
“Soy una rareza estadística”, declaró Michelle a Newsweek. “Una muchacha negra que se crió en el South Side de Chicago, ¿era previsible que estudiara en Princeton? (…) Me decían que, tal vez, estudiar derecho en Harvard era demasiado para mis alcances, pero llegué allá e hice un buen papel”.
Su esfuerzo le ha traído éxitos en su carrera. Ha ocupado varios cargos en el gobierno de Chicago, ha sido directora ejecutiva y fundadora de una organización que promueve entre los jóvenes la vocación al servicio público y llegó a ganar más que su marido, el entonces senador Obama, siendo la vicepresidenta de asuntos externos del Centro Médico de la Universidad de Chicago.
