Indonesia:
Un gigante castigado por la corrupción

Con la reciente elección del Presidente Susilo Bambang Yudhoyono, el país quiere dejar atrás años de malos manejos.

XIMENA VILLALÓN MUSSONS

Ver ficha de Indonesia

"Hay corrupción e injusticia en todas partes. Nuestro marco legal es muy débil, el sistema judicial no funciona". El descarnado análisis sobre la situación actual de Indonesia no pertenece a un centro de estudios o a algún experto en el Sudeste Asiático. Es parte del discurso que el nuevo Presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, pronunció al asumir el cargo, el 20 de octubre pasado.

POPULARIDAD
El general Susilo Bambang Yudhoyono llegó a la Presidencia con el apoyo de más del 60% de la población.
 

Sus palabras resumieron los dos mayores desafíos que este general de 55 años deberá enfrentar durante su mandato al frente de la tercera democracia más grande del mundo y la nación musulmana más poblada del planeta: la corrupción y la pobre recuperación económica del país luego de la crisis asiática.

Indonesia se encuentra en el lugar número 11 del Índice de Percepción de la Corrupción 2004 de Transparency International (TI), mientras que la pobreza afecta a más del 30% de los 220 millones de indonesios.

Yudhoyono tiene clara la interrelación y la importancia de estos dos factores para determinar el éxito de su presidencia.

"El resultado (de la corrupción) es que no hay inversión en nuestro país", señaló hace poco. Por eso, fue claro al advertir a los miembros de su gobierno que "si alguien se desvía de sus funciones, que esté listo para resignar su cargo y ser castigado".

Ideal de país

La idea del nuevo Mandatario es convertir a Indonesia en "un país democrático, abierto, moderno, pluralista y tolerante". Estos objetivos pueden parecer básicos a ojos occidentales, pero no lo son para un país que hace sólo seis años era gobernado por Suharto, un dictador con tres décadas en el poder, y que luego de su caída ha tenido cinco presidentes, una poderosísima crisis económica, fuertes conflictos separatistas y hasta una secesión (la independencia de Timor Oriental).

Para conseguir estas metas, Yudhoyono (o "SBY", como le dicen en Indonesia por sus iniciales) cuenta con un buen capital político: su imagen de hombre íntegro y de líder efectivo en tiempos de crisis, que le significaron ganar las elecciones presidenciales con el 61% de los votos, muy por sobre el 39% logrado por la ex Mandataria Megawati Sukarnoputri, quien buscaba la reelección.

Jacques Bertrand, especialista en Indonesia del Instituto de Asia de la Universidad de Toronto, explica que Yudhoyono "llegó a la Presidencia en gran parte por la insatisfacción por el estado de corrupción del país".

Las fuerzas centrífugas

Indonesia es un país formado por más de 17 mil islas, en muchas de las cuales los habitantes luchan por lograr su propio Estado. En Timor Oriental, esto se logró en 1999, cuando la nación logró su independencia después de un plebiscito, una violenta represalia indonesia y la intervención de las fuerzas de paz de la ONU.

Sin embargo, en otras dos zonas, los conflictos continúan sin tener soluciones a la vista. En Aceh, la región más occidental de la isla de Sumatra, una guerra de guerrillas ha causado 11 mil muertos. Mientras, la provincia de Irian Jaya, la parte indonesia de la isla de Papúa, busca la autodeterminación desde los años '60.

Michael Ross afirma que el Presidente Yudhoyono tiene que estar atento a las necesidades de los pueblos de estas regiones, "porque si intenta simplemente dominarlas militarmente, la guerra nunca va a terminar".

Yudhoyono ha estado en la política desde 2000, pero se las ha arreglado para no verse nunca afectado por los numerosos escándalos de corrupción que han sacudido a Indonesia. En 2001, como ministro de seguridad del ex Presidente Abdurrahman Wahid, Yudhoyono se vio presionado por el Mandatario, quien enfrentaba un juicio político, para declarar estado de emergencia en el país. El general se negó, lo que le significó perder su puesto. Pero lo que podría haber sido un perjuicio para su carrera, a la larga significó un enorme beneficio, porque comenzó a ser visto por la población como una víctima de un gobierno profundamente impopular y ayudó a contribuir a su imagen de hombre de principios. La historia se repitió tres años después, cuando en marzo pasado decidió nuevamente renunciar a un puesto ministerial luego de pelearse con la Presidenta Sukarnoputri. El resultado fue el mismo: Yudhoyono se distanció de un gobierno calificado como ineficiente y corrupto y ganó en imagen pública.

A esto se agrega que "la legitimidad política de Yudhoyono, al ser el primer Presidente elegido por sufragio directo, le va a permitir moverse más fácilmente contra la corrupción", según dice Bertrand.

Michael Ross, especialista en Indonesia de la Universidad de California en Los Angeles, aclara que "Yudhoyono no va a ser capaz de eliminar la corrupción totalmente, pero sí va a poder reducirla sustancialmente".

Sin embargo, los analistas afirman que las cosas no van a ser fáciles: SBY no tiene el apoyo de los partidos importantes en el Parlamento, como el poderoso Golkar, que también ha estado acusado de prácticas corruptas. "Esto le puede significar al Presidente que el Legislativo intente bloquear su agenda de lucha contra la corrupción, por lo que Yudhoyono va a tener que buscar la manera de gobernar con ellos", dice Bertrand.

El analista agrega que el éxito que Yudhoyono pueda tener en su cruzada contra la corrupción va a depender de que "él se erija como un líder fuerte. En Indonesia se respeta mucho el liderazgo, y él ya tiene parte del camino avanzado, porque la ex Presidenta Megawati Sukarnoputri era muy débil. Pero además Yudhoyono fue general y un general con fama de 'manos limpias', por lo que si bien aún no tiene credenciales políticas, sí posee credenciales personales que pueden darle libertad de acción".

En todo caso, el mismo Yudhoyono pidió paciencia a quienes votaron por él en las pasadas elecciones. Es que, como él mismo dijo, en Indonesia "es imposible resolver todos los problemas en cien días".

Australia Brunei Canadá Chile China Corea del Sur Estados Unidos Filipinas Hong Kong Indonesia Japón Malasia México Nueva Zelandia Papúa Nueva Guinea Perú Rusia Singapur Tailandia Taiwán Vietnam