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Britten:
momentos de una vida
Por Juan Antonio Muñoz H.
"A
boy was born" (Un niño ha nacido). Lowestoft, Suffolk.
22 de noviembre de 1913. Día de Santa Cecilia. En una casona
frente al Mar del Norte nace Lord Edward Benjamin Britten of Aldeburgh.
"El
ya forma parte del alma del Reino Unido". Así lo declaró
la mezzo inglesa Sarah Walker, quien pudo trabajar con Britten de manera
cercana y que llegó a ser una de las intérpretes más
aplaudidas del papel principal de su ópera "Gloriana".
Tampoco parece demasiado decir que hablamos del compositor que más
éxito ha tenido en la historia de la ópera inglesa después
de Henry Purcell y de las contribuciones de Haendel (alemán naturalizado
inglés).
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Por ejemplo,
su "Peter Grimes", que data de 1945, es una de las mayores
sorpresas de la historia del teatro lírico, tanto por su aporte
musical como porque además define una forma interior de teatro
cantado, poco asociada con la extroversión tan natural del género.
Es raro encontrar una obra de tal magnitud cuando se habla de la primera
gran ópera de un músico (con anterioridad sólo
había escrito "Paul Bunyan", su Opus 17, con texto
del poeta W.H. Auden).
El libreto de "Grimes" es de Montague Slater y está
basado en "El Municipio", de George Crabbe. Su héroe,
Peter, es el primero de los seres marginados a los que Britten dio vida,
mientras que el retrato de los demás personajes atiende especialmente
a los rincones ocultos de su alma y la partitura completa está
impregnada por las costas de Inglaterra, por su lluvia, su niebla e
incluso su tormenta.
El estreno de "Grimes" fue en el teatro Sadler's Wells y un
año más tarde, en 1946, tuvo lugar la creación
del English Opera Group, que se dedicaría a títulos especiales
no contemplados en las temporadas internacionales del Covent Garden
y con el que Britten viajaría por todo el Reino llegando hasta
a actuar en Japón.
La
búsqueda y el predilecto
Gresham's School de Norfolk. Desde adolescente, compone con acierto.
Ya a los 14 años tenía escritas diez sonatas para piano,
seis cuartetos de cuerda, un poema orquestal y un oratorio. Tras primeras
lecciones de piano y composición con Frank Bridge (en 1937, su
obra "Variations on a theme by Frank Bridge" fue aplaudida
en Salzburgo), ingresa al Royal College of Music. Al terminar sus estudios
allí, se instala a vivir en un molino de Norfolk.
Las partituras de este siglo presentan a menudo teorías herméticas
acerca de la manera en que deben estar ordenados los sonidos. Benjamin
Britten estaba lejos de cosas de ese tipo y ponía toda su confianza
en el instinto, que le llevó al sistema de las tonalidades clásicas,
basado en el fenómeno físico de la relación natural
entre notas de distintos tonos.
Ante su música, el oído acostumbrado constatará
variantes de acordes comunes y también sabrá de inmediato
que en la irregularidad rítmica y tímbrica, en sus silencios
variados, en las búsquedas expresivas sintéticas y en
su aparente candor, Britten está vivo.
En sus inicios, Britten trabajó simultáneamente para el
teatro, el cine documental y la radio. Tras su amistad con el poeta
W.H. Auden, conoció al tenor Peter Pears, ejemplo de elegancia
y estilo, con el que se creó una afinidad espiritual y una asociación
que duraría toda la vida, al punto de que no se puede entender
la carrera de uno sin el otro. Fue juntos que se embarcaron a Norteamérica,
donde vieron la luz obras como "Les illuminations" (1939,
con textos de Rimbaud) y los "Siete sonetos de Miguel Angel"
(1940). Y juntos también resolvieron fundar, en 1948, el Festival
de Aldeburgh, un espacio para la creación nueva.
Encuentros y revisiones
Si viajamos en el tiempo y nos situamos a comienzos de los años
setenta, bien podríamos toparnos con una reunión selecta:
Bach, Britten, Peter Pears, Heather Harper y John Shirley-Quirk. La
anfitriona podría ser Imogen Holst, hija del compositor Gustav
Holst, quien se trasladó a vivir a Aldeburgh para ayudar al compositor
con sus manuscritos.
La escena también nos pone frente a una grabación de antología:
la "Pasión según San Juan", de Johann Sebastian
Bach, un álbum doble cuyo registro data de 1972 y que fue reeditado
por Decca London en 1995.
También
la ópera tuvo la suerte de contar con algunas revisiones de Britten,
quien escribió los arreglos para "The fairy Queen"
y "Dido y Eneas", ambas de Purcell (su versión se estrenó
en Chile en 1986 bajo la dirección de Ricardo Kistler, con la
soprano Mary Ann Fones como la Reina de Cartago).
Otro encuentro clave fue el que se produjo en 1960 con el cellista ruso
Mstislav Rostropovich, para quien Britten compuso una sonata y un concierto
para cello y orquesta llamado "Simphony". De ahí también
que cuando se fue consagrar la nueva catedral de Coventry (1962) y se
pidió a Britten que compusiera una obra, éste pensara
en la esposa del cellista, la soprano Galina Vishnevskaia, como representante
rusa de un elenco que incluía a Pears por Inglaterra y a Dietrich
Fischer-Dieskau por Alemania: se pretendía que la obra, el conmovedor
"Réquiem de Guerra", reforzara el tema de la reconciliación
europea tras la Segunda Guerra. Sin embargo, el gobierno de la Unión
Soviética negó a Vishnevskaia el permiso para actuar y
sólo se pudo obtener la interpretación de esta obra en
voz de la gran cantante en un registro comercial posterior.
Muerte en Aldeburgh (Venecia)
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| Aldeburgh |
La producción
lírica de Britten es un catálogo en el que se encuentran
obras imprescindibles de este siglo como "Peter Grimes" (1945)
"La violación de Lucrecia" (1946), "Albert Herring"
(1947), "The Beggar's Opera" (1948), "Billy Budd"
(1951), "Gloriana" (1953), "La vuelta de la tuerca"
("The turn of the screw", 1954), "Sueño de una
noche de verano" (1960) y "Muerte en Venecia" (1973).
Todas ellas, compuestas bajo los siguientes dogmas: las palabras habian
de ser claras (Monteverdi), los textos debían valer por sí
mismos (sus libretos provienen de gente como Auden, Crabbe, James, Maupassant
y Shakespeare) y las historias relatadas, tener su propio valor.
El estreno
de "Gloriana" se efectuó en el Covent Garden en 1953,
como parte de los festejos de la coronación de Isabel II. La
ópera, desde el personaje de Isabel I de Inglaterra, comenta
la tragedia del irremediable paso del tiempo. Veinte años después
de "Gloriana" vería la luz "Muerte en Venecia"
(1973), basada en la novela homónima de Thomas Mann, y que muestra
los últimos días de un novelista (otra vez Pears en el
estreno), quien bajo el sol de Venecia repasa, en un monólogo
interminable, su inclinación hacia la belleza, encarnada en el
joven Tadzio.
La enfermedad
del corazón de Britten obligó una intervención
quirúrgica que fue pospuesta para que pudiera terminar esta obra.
Finalmente, se llevó a efecto con éxito, aunque el compositor
nunca se recuperó del todo. Benjamin Britten falleció
en Aldeburgh (su Venecia), el 4 de diciembre de 1976, pocos días
después de cumplir los 63 años.
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