La leucorrea por hongos presenta picazón y un flujo con el aspecto del quesillo.
Tanto las bacterias como hongos que causan estas infecciones son propias de la vagina, es decir, se encuentran ahí pero en equilibrio con la flora vaginal. Cuando factores ajenos producen la destrucción de la barrera defensiva de la vagina, entonces se desatan ambas patologías. Los factores que influyen en ello son el uso de jabón (si se hiciera, debiera ser neutro), la ropa sintética (debe ser de algodón), el uso de protectores diarios, el uso de antibióticos y una inmunodepresión (baja en las defensas generales del cuerpo).
Las tricomonas, en tanto, generan un aumento del flujo verdoso espumoso, la gonorrea provoca un flujo purulento abundante (de color amarillo) y las chlamydias presentan escaso flujo.
La vagina también se puede infectar por el Virus Papiloma Humano, que en el cuello del útero puede dar paso a lesiones premalignas o cáncer. En la mucosa vaginal, el VPH produce cóndilomas, mientras que en la piel de la vulva, verrugas; ambas no son malignas.
El doctor Patricio Vásquez señala que el tratamiento de los flujos vaginales infecciosos no asociados a ETS es unipersonal, mientras que en los otros casos deben ser de la pareja si es que se quiere atacar la enfermedad.
La vaginosis bacteriana se trata con antibióticos en dosis única o con una crema intravaginal de antibióticos. Los hongos requieren de un antimicótico que, actualmente, en una sola dosis son de efecto prolongado.
La infección vaginal por ectoprión, explica Vásquez, se presenta como flujo normal y se debe a que en algunas ocasiones se producen cambios en la forma del cuello uterino lo que deriva en una mayor exposición de los tejidos internos de éste hacia la vagina. Esto hace que se generen mayores líquidos que se secretan por la vagina.
La infección vaginal por pólipo cervical presenta flujo vaginal con algo de sangrado. En este caso se trata de una lesión tumoral que crece en el cuello del útero y que por ello, genera mayor flujo.
El ectoprión se trata sólo si son muchos sus síntomas y se hace con una cirugía especial, mientras que los pólipos cervicales deben ser extraídos porque en algunos casos pueden ser malignos.
Si el flujo vaginal o leucorrea es recurrente –es decir, se presenta más de 4 veces en un año a pesar de los tratamientos- deben hacerse estudios adicionales tendientes a obtener cultivos o estudios serológicos.