|
Sergio Lagos también es músico y enfrenta
al "monstruo" de Viña: lleva tocando
siete años con Marciano y tendrá siete
minutos para tocar en el Festival.
Las estadísticas no mienten: la próxima
actuación de Marciano será al mismo tiempo
la más corta y la que más ha dado y dará
que hablar. Después de siete años tocando,
serán siete minutos en el escenario del Festival
de Viña.
"Me la he tomado con una lógica súper
tranquila", explica Sergio Lagos. "Hay tanta
confusión ambiente acerca de qué cresta
es Marciano. Porque uno puede entender, pero, no sé,
la Carola Julio de S.Q.P. difícilmente entiende
lo que es. E igual tiene que hablar de Marciano".
Lo que hay que entender es que Marciano es el dúo
de música electrónica de Sergio Lagos
y Rodrigo Castro, que partió en 1998, mucho antes
de que Lagos fuera famoso como animador de "Protagonistas
de la fama" o "Acoso textual", que tiene
cuatro discos y que sus integrantes tocan teclados y
computadores. O sea, no son cantantes, aunque sí
hay una estrella pop. Y no son DJs, aunque sí
es música para bailar.
"Entonces hemos optado por decir que vamos a hacer
una obertura de siete minutos y al que le gustó
bien y al que no no, porque Marciano tampoco viene a
Viña a pedirse una gaviota ni una antorcha",
continúa. "Nuestro propósito es un
resumen conceptual de lo que hacemos. Eso puede gustar
a algún público y al otro de seguro le
puede cargar muchísimo".
Una duda: a nadie le va a cargar muchísimo porque
son sólo siete minutos, por último. "No
nos contratan como un número artístico.
Es una obertura porque no somos de gusto popular",
explica. Otra duda: Marciano igual es popular si en
su última gira nacional metió a mil asistentes
o más por show. "No somos multiventas",
precisa. "No somos Luis Jara ni Myriam Hernández
ni hacemos música pensando que a la gente le
va a gustar".
La música que había en la casa en Concepción
donde Sergio Lagos nació hace 31 años
no tiene nada que ver con electrónica: su familia
escuchaba Nueva Canción Chilena, y si él
se siente algo musicalmente, ese algo es guitarrista.
Pero al llegar a Santiago en 1992 se vinculó
al tecno y el año pasado hasta incursionó
como productor: trajo a Chile a músicos y DJs
importados como Tiga, Slam y Felix da Housecat. "Perdimos
plata. Pero está bien", dice. "Yo he
perdido mucha plata en este juego. Pero ahora sabemos
cómo hacerlo y seguir hacia delante".
Una duda: ¿va a poder seguir adelante o el boom
electrónico no pasará de 2003? "Es
que el boom es lógico que ocurra. Y tampoco nos
sentimos restringidos al rollo electrónico",
explica: desde el comienzo su idea fue además
traer a grupos de rock. "Pero trabajar en esto
es trabajar a pérdida", calcula. Una duda,
eso sí: la última gira de Marciano estaba
auspiciada por Canal 13, con tres menciones diarias
de quince segundos de lunes a miércoles y con
el logo del canal en las fiestas. ¿Ser un "rostro"
de TV no le da poder para explotar bien el negocio?
"Perfecto. Eso es. Y a mí me toca hacerlo.
(Salir en la tele) Sirve, pero no sirve tanto",
dice. "Independientemente de que con Rodrigo estamos
claros en que vamos a seguir trabajando, queremos siempre
subir de nivel en nuestra puesta en escena y nuestro
trabajo en equipo. Por qué aceptamos (el Festival
de) Viña: porque nos interesó que el canal
fuera a ver lo que hacíamos. Porque es la raja,
pues. Porque te llega un presupuesto que volvemos a
administrar para un nuevo disco, para armar cruces con
otros artistas".
Una última duda. Lagos acaba de animar por primera
vez el Festival de Olmué para Canal 13 y debuta
en Viña justo cuando el apellido Vodanovic empieza
a ser conjugado con el verbo jubilar. "No",
dice Lagos. "Marciano no es la antesala de nada.
Todos pueden permitirse especular acerca de eso. Todos
menos yo".
David Ponce.
Fuente: Wikén
|