Antonio pone buena cara
Viernes 13 de febrero de 2004

Antonio Vodanovic despide cada edición del Festival de Viña dando gracias a la Virgen. ¿Llegará el momento en que el Festival lo despida a él? No este año, al menos. En menos de lo que uno demora en decir "Festival Internacional de la Canción", él ya tiene la cara lista para salir a calmar al monstruo.

Es su momento. Es su elemento. Es su lugar. Antonio Vodanovic podría ser un ermitaño, un hombre aparte, un Salinger de la tele, un Pie Grande del escenario. Pero igual sería fácil saber dónde y cuándo encontrarlo, aunque fuera una sola vez en el año: cada febrero en el escenario principal de la Quinta Vergara. Sólo anda. Sólo siéntate a mirar. Vodanovic va a estar ahí.

¿Y qué va a pasar cuando ya no esté? A un concejal de Viña del Mar le pareció pertinente plantear, a tres semanas del inicio del show, que ese momento llegara luego. Que se vaya Vodanovic y llegue otro. Uno joven, uno descansado. El alcalde de Viña y el resto de la comisión organizadora lo desestimaron. El Canal 13 lo desestimó. Pero la pregunta se instaló mientras los niños - el público, la prensa, las fuerzas vivas de la comunidad- jugaban en el bosque pre festivalero: Antonio, ¿estás?

"No me voy a jubilar a mi edad, eso está claro", dice Vodanovic. Y tira su trayectoria a la mesa para poner las cosas en orden. "No voy a arriesgar una carrera de 30 años para llegar a un escenario donde no me quieren ver". Por ahora, todavía lo quieren ver. "Los estudios que conozco, los que ha hecho el canal y que evalúan al Festival y al animador, son tremendamente positivos", remata. Toma. "Lo que pase mañana, bueno, es lo que va a pasar mañana", agrega luego. Porque no es que Vodanovic se declare un vitalicio de la Quinta Vergara. No es para siempre. Es sólo que todavía no.

Y bueno, también es un asunto de quién más. Aunque él lo dice de otra forma, más compuesta, más Vodanovic. "Superar lo que yo he hecho es muy difícil. Ya la gente ve que el animador está como en su casa. Yo me siento en mi casa, pero me siento sumamente preocupado... mejor dicho, ocupado de atender bien a los invitados, que son los artistas y el público".

Siempre ha sido así. Desde que animó por primera vez el Festival, en 1976. Ese año el monstruo echó abajo a punta de pifias a su coanimadora, "Pelusa" Thieman, y Vodanovic se quedó solo a cargo de la casa, tras una conversación que, botella de whisky mediante, tuvo con tres hombres de Televisión Nacional sobre un desastre que se veía venir. "Iba a ser mi debut, y no podía flaquear", recuerda ahora.

No flaqueó. Y se fue quedando, quedando, quedando. ¿Megavisión se hizo de la licitación? No hay problema, Vodanovic se cambia de canal. ¿Canal 13 se quedó con la licitación? No hay problema: justo Vodanovic viene de un año sabático, sin contrato, replanteando su vida, pintando, leyendo libros de autoayuda. Se va a Canal 13. ¿Un concejal sugiere cambiarlo? Ja, ja, ja, tienes que estar bromeando ¿ya viste los estudios?

Pero Antonio, Antonio, don Antonio. Santis ya se fue. Vivado ya se fue. La Rivera ya se fue. Hasta don Raúl Matas ya se fue, por Dios santo. ¿Qué va a pasar cuando la mayoría quiera que se vaya usted?

"Ese momento va a llegar, lo tengo claro. No sé si será este año, el próximo año, nunca lo sé. Yo siempre termino el Festival de Viña y digo gracias, hemos tenido una fiesta. Y ése es el momento más feliz para mí. Cuando despido el Festival".

Cuando despide el Festival, Vodanovic pasa a dar gracias a la Virgen de Lo Vásquez. "Eso es tenerle fe a alguien que siempre necesitas que te ayude", dice serio. "Ahora, también tengo una cábala que es más de chuchoca: que me toquen el traste".

Francisco Aravena F.
Fuente: Wikén

 
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