Tal como había sido anunciado en octubre pasado, luego de 33 años de producción, junto con el cierre del mes de mayo, Nissan cerró la producción en México del Tsuru.
Llamados de la misma manera en el país azteca, en realidad correspondió a una serie de tres generaciones de modelos que se hicieran muy conocidos en el mercado chileno como Sunny, Sentra y V16.
Las tres generaciones del Tsuru tuvieron roles similares: servir de primer auto a la familia y, más tarde, como auto para taxistas. Se hizo conocido por su facilidad de manejo, bajo costo de mantenimiento y confiabilidad.
Sin embargo, en diversos mercados, incluyendo el mexicano, se hizo imposible continuar produciéndolo porque no cumplía con las normas de seguridad. Resultaron infructuosos los esfuerzos que realizaron los ingenieros de Nissan por resolver cómo hacer que el Tsuru pudiera recibir los accesorios y equipos que ahora son obligatorios para todos los automóviles.
En Chile la tercera generación del modelo, el V16, correspondiente al código interno B13, se ubicó entre los 10 autos más vendidos a mediados de la década pasada, pero precisamente la obligatoriedad de elementos como las barras de protección en las puertas impidieron que se vendiera a partir del año 2011.
El cese de la venta del V16 resultó en un fuerte impacto en Nissan, por entonces representada tanto por Cidef como por Marubeni. Se intentó una estrategia consistente en presentar versiones más baratas del Tiida, modelo más reciente, con la esperanza de recuperar volúmenes de venta.
Ahora, Nissan está enfocada en el Versa como vehículo que debe ocupar el nicho de mercado que deja el Tsuru, vehículo que sí cumple con la normativa de seguridad vigente, tanto en México como en Chile.