Reducir los prolongados tiempos de recarga de los autos eléctricos es, por ahora, uno de los principales desafíos de la industria automotriz y sector tecnológico, los que han avanzado en el desarrollo de cargadores más veloces y baterías más eficientes. En ese contexto, científicos estadounidenses decidieron enfrentar el problema desde otra perspectiva y apostar por crear una nueva generación de cables que agilicen significativamente el proceso de traspaso de energía.
Según recoge el sitio Motorpasion.com, expertos de la Universidad de Purdue, ubicada en Indiana (Estados Unidos), trabajan en el desarrollo de un cable de recarga que promete completar el proceso de transferencia en solo cinco minutos, igualando los actuales tiempos de repostaje de los autos con motores convencionales.
En el reporte se indica que el proyecto es liderado por el profesor Issam Mudawar, quien junto a su equipo de estudiantes comenzó a explorar nuevas soluciones a los largos procesos de recarga, mediante el control de la temperatura de los equipos que se usan en la transferencia.
En términos generales, se indica que el paso de la corriente eléctrica en la operación de recarga genera calor, el que se acumula en el cargador, el cable y la batería del vehículo. Esta temperatura aumenta proporcionalmente con el voltaje que se transfiere. Es decir, los supercargadores que permiten repostar de manera más rápida generan mucho más calor que un cargador convencional. Debido a ello, los cargadores y algunas baterías incorporan sistemas de disipación de calor para mantener la temperatura bajo control, sistema que si bien es eficiente prolonga el proceso de repostaje.
En ese contexto, los investigadores de la Universidad de Purdue plantean extender también ese proceso de disipación de calor a los cables que se utilizan en la operación. Para eso desarrollaron una nueva generación de conectores recubiertos por una cámara flexible que contiene líquido refrigerante, el que permite reducir significativamente el calor, haciendo más eficiente y rápida la circulación de la corriente.
Según los primeros reportes de los investigadores, los cables desarrollados como prototipos han permitido evacuar hasta 24,2 kW de energía calórica durante el proceso de repostaje, lo que significa reducir hasta cinco veces los tiempos que ofrecen los cargadores más potentes existentes. Así las cosas, indican, el proceso de recarga de un cero emisiones se podría completar en alrededor de cinco minutos.
Los científicos explicaron que esta nueva generación de cables aún está en etapa de desarrollo y, en ese contexto, ya se planea probar el sistema con un vehículo 100% eléctrico.
Pese a que el proyecto aún está en sus primeras etapas, los investigadores ya cuentan con el apoyo del gigante estadounidense Ford, automotriz que no solo puso a disposición de los desarrolladores toda su asistencia técnica, sino que también los ayuda con los trámites de la patente.
El equipo liderado por el profesor Mudawar indicaron que aún falta un tiempo para que este nuevo desarrollo salga al mercado, pero confían que cuando lo haga será un importante avance en el desarrollo de la industria de autos eléctricos, superando incluso tecnologías como los recién estrenados Supercharger V3 de Tesla o los Turbo Charging de Porsche, que ya consiguen recargar sus respectivos modelos en media hora.
