SANTIAGO.- Fue cuestionado de principio a fin
por la manera en que la UC enfrentaba sus partidos. Podrá no gustar a algunos hinchas, pero lo cierto es que los números y la campaña lo terminaron respaldando.
El técnico Beñat San José inscribió su nombre en la historia de Universidad Católica al comandar al equipo que bajó la decimotercera estrella del firmamento cruzado.
El hispano corona así un triunfal retorno al fútbol chileno, después de haber partido al Bolívar, luego de un paso por Deportes Antofagasta entre septiembre de 2015 y mayo de 2016. El nacido en San Sebastián se consagró en un certamen que mantuvo encendida la lucha por el título hasta el final.
Con un saldo de 17 victorias, 10 empates y 3 derrotas, el ex Bolívar logró la coronación con un 68% de rendimiento en 30 partidos. Fue una campaña marcada por el pragmatismo, ya que la mayoría de los triunfos fueron ajustados. 14 fueron por un gol de diferencia y apenas 3 por diferencia de dos tantos (ante Curicó, Unión y Huachipato, todos en la primera rueda).
Sus inicios y su estilo en el camarín
San José nació hace 39 años en la ciudad de San Sebastián. En el país vasco, el hispano dio sus primeros pasos en la Real Sociedad, club en el que nunca pudo jugar fútbol profesional.
Pero en el ex elenco de Claudio Bravo pulió sus primeras armas en la banca técnica al tomar las series menores en 2008. Cuatro años más tarde, partió a Arabia Saudita, donde dirigió a Al-Ittihad y Al-Ettifaq. En Medio Oriente ganó su primera copa.
En 2015, firma por Antofagasta y es ahí donde se conoce su perfil: Muy cercano a los jugadores por su juventud y un "estudioso" del fútbol. En entrevista con Emol, declaró su admiración por Bielsa y Sampaoli. "De Chile admiraba mucho la época de Bielsa, lo de Sampaoli y a los jugadores de talento que hay", señaló aquella ocasión.
Pese a sus palabras, su propuesta es algo más pragmática con un marcado esquema de 4-2-3-1 y sus equipos buscan mantener más el cero que ir en busca del arco rival.
Los refuerzos que trajo y su permanente rotación
El 5 de enero de este año San José fue presentado en la precordillera. En su primera conferencia, prometió un equipo "dinámico" y "agresivo" y dio luces de las prioridades para reforzar a su elenco.
"La figura de un arquero y un 9 es prioritaria. También un delantero que juegue por fuera. Pero el arquero y el 9 son prioritarios", señaló en aquella ocasión el adiestrador.
Así y bajo su total aprobación, arribó el portero Matías Dituro, a quien llevó al Bolívar tras dirigirlo en Antofagasta. El meta respondió a cabalidad a su cartel de refuerzo con grandes actuaciones y jugando todas las jornadas, no así las otras dos apuestas de Beñat a inicios de temporada.
Andrés Vilches y Marcos Bolados arribaron a préstamo desde Colo Colo y nunca pudieron consolidarse en el once titular. Salvo en la parte final del campeonato- en la que el DT se vio obligado a utilizarlos por las lesiones-, prácticamente estuvieron borrados gran parte del año.
Eso sí destacar el aporte goleador de Vilches en el remate de campeonato. Aportó con tantos en el triunfo ante U. de Concepción y el último ante Temuco.
Dispar rendimiento de las incorporaciones.
Otro que llegó de la mano de Beñat fue Sebastián Sáez, quien desembarcó a mitad de año para saciar la escasa cuota goleadora del elenco franjeado. Si bien no fue el artillero que se pretendía, el santiagueño anotó 5 conquistas y fue titular en 15 oportunidades.
Además, San José agrega una particularidad a su primera corona en Chile: Hasta la fecha 27, nunca repitió formación de manera consecutiva. La rotación fue constante y sólo alineó la misma oncena de manera seguida en dos ocasiones: ante la U y Antofagasta y en el remate del certamen frente a O'Higgins y Temuco. Ya sea por decisiones técnicas, lesiones o suspensiones, jamás dio con el 11 titular.
Tiraje a la cantera y solidez defensiva
La campaña de San José también quedará marcada por la continuidad que le dio a los valores formados en casa. Además, promovió a jóvenes como David Henríquez, Carlos Lobos y César Munder.
Beñat también demostró manejo de liderazgo al interior del camarín. Ese que se vio muy unido, salvo al final cuando el volante Luciano Aued tuvo un supuesto encontrón en una práctica previa a enfrentar a Antofagasta.
Si bien sobre el final se le complicó, supo controlar la ansiedad de los jugadores, que nuevamente veían como se les escapaba un título que en gran parte del torneo parecía asegurado.
Podrá gustar o no en cuanto a estética, pero la solidez defensiva que le dio al equipo también es otro punto a destacar. Fue la valla menos vencida con solo 25 dianas en contra.
Ahora lo que se le viene al español es la conformación del plantel para afrontar la fase grupal de la Copa Libertadores 2019, torneo al que vuelve la UC después de dos años, e ir por el segundo bicampeonato de los franjeados.
