La temporada de la U está llegando a su fin. Le quedan tres partidos del Torneo Nacional en los que luchará por ser el Chile 2 y así obtener un cupo directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores del próximo año.
Más allá de lo futbolístico, hubo un hecho que marcó la campaña de los azules. El encuentro entre el equipo chileno e Independiente en Argentina, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana, fue suspendido. En las tribunas se desató un feroz enfrentamiento y los hinchas del elenco estudiantil recibieron una paliza. Las imágenes fueron impactantes. Golpes a mansalva, lanzamientos de proyectiles, una persona cayendo al vacío desde la tribuna, gente corriendo desnuda.
Este jueves, el arquero de la U, Gabriel Castellón, recordó cómo vivió ese episodio desde el terreno de juego.
"Siempre es lamentable, en cualquier cancha que pase, primero está la persona. Una persona debe ir al estadio a disfrutar, a ver a su equipo. Lo otro es que el fútbol se ensucia mucho de repente por lo que hacen las barras. Por lo que pasó en Argentina se ensució mucho lo que estábamos haciendo en la Copa. Obviamente fue triste. Uno ve que hay familias que se preparan para ir al estadio, hay niños con la ilusión. Incluso mi familia iba a viajar, después decidimos que no, sabíamos que a lo mejor era un viaje peligroso. El mismo 'profe' (Gustavo Álvarez) contó que su hijo estuve encerrado en un baño", relató.
Ese día, Castellón fue titular, pero por una lesión muscular salió al finalizar el primer tiempo. Cuando volvió del camarín, para sumarse al banco, vio que habían incidentes en la tribuna donde estaban los fanáticos de la U. de Chile.
"Vi cómo desalojaron a la mayor parte de la barra de la U y quedó la gente a la que después le pegaron. Eso lo vi todo en cancha. Estábamos atados de mano. Me dio pena, tristeza, rabia. No tienes cómo ayudarlos. Lo único que yo pedía es que no pasara algo más grave, ojalá que no hubiera muertos, que pudieran controlar la situación. En ningún lado veíamos policías, era barra contra barra. Después, cuando sacaron a toda la barra y quedó poca gente, fue literalmente una golpiza, eran 20 contra uno o 30 contra uno. Era imposible que pudieran defenderse", comentó.
El ex golero de Huachipato no se quedó solo con ese encuentro frente a Independiente y profundizó en el análisis sobre la violencia en el fútbol chileno.
Asegura no entrar con miedo a la cancha, pero hay situaciones que le preocupan.
"Gracias a Dios, en la U tenemos buena seguridad, nos cuidan harto, nos permiten hacer bien nuestro trabajo. Pero creo que más que la cancha, como sociedad estamos más agresivos. De repente salgo con mi hijo, pasa alguien y te grita cosas. Gracias a Dios no me ha pasado nunca nada dentro de la cancha. Tampoco creo ser un jugador que incite a la violencia. Está más en lo externo la violencia, hay mucha gente que va al estadio a desestresarse", manifestó.
Sobre esas situaciones que la tocado vivir fuera del estadio junto a su familia, expresó: "Me han pasado situaciones, de repente te encuentras con hinchas rivales, te gritan cosas, a tu mismo hijo le dicen cosas. Los niños ni siquiera tienen la culpa de que hayamos ganado un partido".
"Uno está pendiente que el fútbol no traspase a la vida cotidiana. Estás tomándote un jugo con tu hijo, con tu familia, y te gritan cosas. Gracias a Dios nunca me ha tocado que me quieran agredir físicamente. Yo no soy de andar peleando, de responder, soy tranquilo, evito. A lo mejor alguien te quiere incentivar a que responda y uno termina siendo perjudicado. Más vale evitar que después lamentar", cerró.
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