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Intervención y destino de afiliados: Los pasos, mecanismos y plazos ante la posible "caída" de una isapre

Si una de las aseguradoras incumple con sus indicadores financieros, la superintendencia tiene la facultad de exigirle un plan de contingencia que, de no ser aprobado, podría terminar incluso en un "corralito".

20 de Diciembre de 2023 | 08:03 | Por Pablo San Martín, Emol
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El Mercurio
Las isapres viven una crisis sin precedentes. Y es que las aseguradoras se enfrentan a dos fallos de la Corte Suprema que impactarían el equilibrio de sus finanzas y podrían llevarlas a incumplir con sus indicadores financieros o, incluso, a la quiebra.

El primero de los fallos es por tabla de factores. Esta sentencia mandató a las isapres a realizar devoluciones masivas por cobros en exceso. Su implementación, a través de una ley corta, se ha estado votando durante estos días en la comisión de salud del Senado.

La segunda resolución es la que ordenó anular las alzas realizadas por GES, lo que las isapres, según informaron, comenzaron a cumplir hace algunos días. Con esto, las compañías verían una disminución de alrdedor de un 12% en sus ingresos, aunque en el Congreso ya se comenzó a legislar para amortiguar los efectos.


La situación de las aseguradoras, en todo caso, tiene a los afiliados en la incertidumbre. Y es que son muchos quienes se preguntan qué ocurriría si su isapre cae en insolvencia. Dependiendo de la gravedad del asunto, los afiliados podrían, incluso, verse enfrentados a un "corralito".

Plan de ajuste y... ¿Corralito?


La Superintendencia de Salud vigila constantemente el cumplimiento de los indicadores de las isapres. En caso de que el órgano verifique que, por alguna razón, una de las aseguradoras no logró mantenerlos al día, le exige, con un plazo de dos semanas, un plan de ajuste y contingencia.

Este plan, una vez recibido, es evaluado por la superintendencia, que lo puede aprobar o rechazar. Si lo rechaza -por ejemplo, porque no hay plata- el organismo puede intervenir, con el objetivo de vender la isapre o vender la cartera. Y eso puede traducrise, básicamente, en dos caminos.

El primero de ellos consiste en lo que se denomina "corralito". Según explica Manuel Inostroza, ex superintendente de Salud y académico de la U. Andrés Bello, "para vender la isapre o la cartera, la superintendencia tiene la facultad de impedir que los afiliados se arranquen de las isapres. Porque como el principal activo es el flujo de cotizaziones mensuales, eso es lo que yo puedo vender".


Así, agrega "si dejo que los afiliados se asusten y empiecen a abandonar la isapre, la cartera va perdiendo valor y, por lo tanto, la solución al problema es menor".

En estos casos, "la superintendencia lo que hace es cerrar y le prohibe a los afiliados entrar o salir de la isapre. Y siguen pagando la cotización mes a mes en la isapre que está intervenida", puntualiza.

Tras la medida el superintendente debe intentar vender la compañía. Si nadie quiere comprarla, se declara desierta la convocatoria y se pasa a la siguiente etapa: intentar vender la cartera, que solo puede ser comprada por otra isapre. Si esta opción también falla, la superintendencia libera el corralito y quien quiera irse a otra isapre puede hacerlo. Quienes, por otro lado, no puedan o no quieran son transferidas automáticamente a Fonasa.

Inostroza explica que la única razón por la que la superintendencia podría saltarse el plan de ajuste es "cuando la caída de alguno de los indicadores es de más del 75%. Eso la ley lo establece como algo automático".

El segundo camino, en tanto, es no aplicar el "corralito". En estas circunstancias, explica Inostroza, "si se demora mucho el análisis de la venta de la isapre o la cartera, puede perder muchos afiliados". Esto implicaría dejar que la gente pueda cambiarse libremente de isapre u optar por Fonasa.

"La dificultad de vender la isapre o la cartera sin el ´corralito´ -explica- en un ambiente de crisis, la cartera se va a ir desgranando muy rápidamente y eso va a dificultar la venta".

Sostiene, además que, en relación a la situación actual que "como está todo la industria en crisis, prácticamente nadie va a querer comprar la cartera o la isapre".

Héctor Sánchez, también ex superintendente de Salud, por su parte, explica que "cuando una isapre ya no tiene recuperación, el superintendente tiene que traspasar toda la cartera a Fonasa".

Esto, agrega, "si es que, en definitiva, durante el periodo de intervención, a esos afiliados no los pudieron traspasar a otra isapre o no hubo ninguna isapre que estuviera dispuesta a comprar esa cartera, que en la situación que cestamos viviendo es lo más probable que así suceda".

Así, la situación de los afiliados frente al incumplimiento financiero de una isapre puede terminar en varios escenarios. El primero sería mantener o suspender el contrato voluntariamente con la aseguradora si es que el plan de contingencia es aprobado por la superintendencia. El segundo, cambiarse -ya sea a otra isapre o Fonasa- en medio de la intervención.

Un tercer escenario tendría como consecuencia enfrentar un corralito, con el que, al menos por un tiempo, tendría que mantenerse afiliado de forma obligatoria.

¿Y una eventual quiebra?


La quiebra es otro proceso, distinto al de la insolvencia. Se activa cuando un deudor se cansa de que una compañía no le haya pagado y, en consecuencia, interpone una demanda de quiebra en la Corte.

Inostroza explica que hay que tener en cuenta que "es un curso judicial, que se activa como algo paralelo, en las cortes ordinarias, independientemente del rol que tiene la superintendencia".

Lo que normalmente ocurre, dice, es que "primero viene la insolvencia de la superintendencia y, ante la insolvencia, más de algún proveedor nervioso trata de declarar la quiebra (...) Y se activa en paralelo".

Sánchez también es enfático en hacer la distinción. "Entran dos legislaciones a correr -explica-, la de la superintendencia y, por otro lado, la legislación de quiebra".
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