Llega el primer día en la oficina y, entre presentaciones y correos electrónicos, aparecen frases como “hagamos un benchmark”, “hay que escalar esto” o “vamos a aterrizar la idea”. ¿Qué significan realmente estas expresiones? Los expertos aseguran que quienes no dominan la jerga laboral pueden sentirse confundidos, perderse en reuniones o incluso parecer menos preparados de lo que realmente están.
Conocer estas expresiones responde a la necesidad de sintetizar conceptos complejos en frases cortas y directas, facilitando la comprensión entre equipos y agilizando procesos. Cuando los colaboradores dominan este lenguaje, la coordinación se vuelve más eficiente y los proyectos avanzan con mayor fluidez. Por el contrario, la falta de familiaridad con estos términos puede hacer que algunos empleados se sientan excluidos o tengan dificultades para seguir conversaciones clave.
“Ser capaces de transmitir con claridad y precisión los objetivos y lineamientos de la organización es fundamental. Así, las personas pueden alinear sus acciones, agilizando procesos y alcanzando las metas propuestas, al mismo tiempo que se evitan malentendidos y se fortalece el clima laboral”, explica Bárbara Kübler, Chief Human Resources Officer de Talana -plataforma digital de recursos humanos-.
Expresiones comunes en el ámbito laboral y su significado
“Manejar estos términos favorece el trabajo multidisciplinario y la posibilidad de participar en diversas instancias de trabajo. Además, genera mayor confianza en los compañeros, líderes y stakeholders al demostrar conocimientos profundos y actualizados”, agrega Kübler.
Por ello, la experta comparte algunas de las frases y palabras más populares que se repiten en las organizaciones:
Hacer doble clic en un tema: Analizar un asunto con mayor profundidad.
Bajar a tierra: Convertir una idea abstracta en algo concreto y aplicable.
Pivotar: Cambiar de dirección en una estrategia cuando la inicial no funciona.
Aterrizar una propuesta: Definir detalles y darle forma a una idea para su implementación.
Escalar un problema: Informar a un nivel superior cuando una situación requiere mayor autoridad o recursos.
Feedback: Instancias de intercambio de opiniones o ideas sobre mejoras de procesos y resultados, así como de refuerzo de aspectos positivos de estos.
Mapear un proceso: Identificar y definir los pasos necesarios para ejecutar una actividad.
Hacer un benchmark: Comparar prácticas de la empresa con las de otras organizaciones para evaluar mejoras.
Low-hanging fruit: Acciones fáciles de ejecutar que generan resultados rápidos.
Feedback 360: Evaluación integral donde un colaborador recibe comentarios de superiores, colegas y subordinados.
Empoderar al equipo: Dar autonomía y confianza a los colaboradores para que tomen decisiones.
Brainstorming: Sesión de ideas en grupo para generar soluciones creativas.
Sinergia: Colaboración efectiva entre personas o áreas que produce mejores resultados que el trabajo individual.
Overpromise y underdeliver: Prometer más de lo que realmente se puede cumplir.
Call to action: Mensaje que motiva a realizar una acción específica.
Las habilidades clave para una comunicación efectiva
Aprender la jerga laboral es solo una parte del desafío. En ese sentido, Kübler advierte que para comunicarse bien dentro de una empresa, hay habilidades esenciales que todo profesional debe desarrollar. “La verdadera comunicación va más allá de las palabras, radica en la capacidad de comprender al otro y ser comprendido”, afirma. Esta son algunas:
Escucha activa: Prestar atención sin interrumpir, mostrando interés y haciendo preguntas para comprender mejor.
Claridad: Expresar ideas de manera directa y precisa, evitando ambigüedades.
Empatía: Considerar las perspectivas y emociones de los demás.
Adaptabilidad: Ajustar el tono y estilo de comunicación según la audiencia.
Manejo de la retroalimentación: Dar y recibir comentarios constructivos de manera respetuosa.