Economistas salieron a refutar las declaraciones del ministro del Trabajo, Giorgio Boccardo, quien defendió las reformas laborales impulsadas por el Gobierno y aseguró que "es discutible la premisa de que toda reforma que fortalece derechos laborales es 'a priori' un mayor costo laboral".
Boccardo aludió, en entrevista con El Mercurio, a los cuestionamientos que se han generado por la alta tasa de desempleo de 8,8% y que esta esté fija por sobre 8% por casi 30 meses, lo que expertos vinculan directamente a las presiones sobre los costos de las empresas que han tenido medidas como la ley de "40 horas" y las fuertes alzas del salario mínimo que se han implementado durante este Gobierno, sin que estén en línea con un aumento de la productividad, estancada hace años en Chile.
"E
fectivamente, hoy el país presenta una tasa de desocupación alta, que nos preocupa", reconoció Boccardo, pero evitó vincularlo a las medidas que ha impulsado el Ejecutivo.
El ministro asumió la cartera del Trabajo en abril de este año tras ejercer como subsecretario de la misma. Desde ese cargo participó activamente en la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo.
David Bravo, economista y director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, si bien coincidió en que no toda reforma genera automáticamente un aumento de costos, cuestionó el enfoque del ministro. "Lo que se ha dicho es que reformas específicas adoptadas por el Gobierno implican evidentes alzas de costos laborales en un contexto en que hay un problema en el mercado laboral y un escenario de productividad estancada".
Entre estas, mencionó el incremento del salario mínimo y la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas: "No es un supuesto, son datos objetivos".
El economista agregó que "el gobierno ha tratado como una gesta estos incrementos en costos laborales en el caso del salario mínimo y que encarecen el costo laboral de personas jóvenes y con menor calificación, afectando especialmente al empleo en las pymes".
Respecto a la reducción de la jornada laboral, Bravo explicó que "este cambio en total comporta un alza en el costo laboral por hora de 12,5% en el caso de los trabajadores que tenían 45 horas como jornada. La ley consagró una gradualidad que mitigó esta alza, aunque debe considerarse que el paso de 44 a 42 horas que ocurrirá en 2026 supondrá casi un incremento de 5%".
"Lo que es incorrecto, a mi juicio, es desconocer o bien omitir el costo de las medidas impulsadas y concentrarse solo en los beneficios, que en estos casos, se concentran en quienes mantienen el empleo"
David Bravo, economista
A su juicio, "
lo que es incorrecto, a mi juicio, es desconocer o bien omitir el costo de las medidas impulsadas y concentrarse solo en los beneficios, que en estos casos, se concentran en quienes mantienen el empleo".
Además, criticó la manera en que el Ejecutivo presenta nuevas iniciativas y reprochó que "cuando el gobierno anuncia la negociación por rama, nuevamente, parece omitir o desconocer los efectos negativos que esta medida pueda tener sobre el empleo".
Para Bravo, el discurso del Ejecutivo presenta una disociación entre principios y realidades: "La lógica expresada parece ir por vías segregadas: por un lado, a partir ciertos principios, solo se miran los beneficios asociados a las regulaciones que se impulsan. Y cuando se mira a los indicadores de problemas en el mercado laboral se les da una explicación 'estructural', cualquiera sea el significado de aquello, usualmente sin vinculación con las medidas adoptadas que elevan costos laborales".
En la misma línea, Cecilia Cifuentes, directora del Centro de Estudios Financieros del ESE Business School, indicó que el efecto de las reformas laborales no puede analizarse sin considerar el contexto económico.
"Yo creo que el efecto de esas políticas depende del contexto en que se produzcan, o sea, efectivamente hay veces que es necesario avanzar en derechos laborales, pero es muy distinto hacerlo en un contexto de crecimiento económico, de una situación en que no se está dando un proceso tan fuerte de automatización y en que además se está haciendo simultáneamente un esfuerzo por mejorar las políticas de capacitación en el fondo", señaló a Emol.
Cifuentes advirtió que los mayores costos laborales tienden a golpear más fuerte a los trabajadores de menor calificación.
En ese sentido, profundizó que "si estos mayores derechos laborales, este mayor costo laboral que se está generando por políticas que a veces pueden ser necesarias como la reforma de pensiones, si no se acompañan con políticas de capacitación para los trabajadores de menor calificación, van a tener un efecto precisamente en esos trabajadores".
En esa misma línea, precisó que "probablemente el aumento de cotización laboral a los trabajadores de alta calificación los afecta mucho menos, lo mismo que otros derechos laborales como la reducción de jornada y para qué decir el salario mínimo".
"Probablemente el aumento de cotización laboral a los trabajadores de alta calificación los afecta mucho menos, lo mismo que otros derechos laborales como la reducción de jornada y para qué decir el salario mínimo"
Cecilia Cifuentes, economista
"Entonces son derechos laborales que a los sectores de mayor calificación no los afectan, pero sin duda a los de menor calificación sí, porque se da en un contexto de bajo crecimiento y de automatización", añadió.
La economista subrayó que los datos respaldan esta preocupación: "Ese contexto es súper relevante para medir el impacto, y si uno ve los datos, ve que lo que se está produciendo en Chile hace bastante tiempo atrás es una menor tasa de ocupación laboral de los grupos de menor educación, de los grupos de menor nivel de ingreso, y por lo tanto es bastante probable decir que si son esos grupos los que los mayores costos laborales los afectan más y estamos viendo que esos grupos están saliendo del mercado laboral, es bastante evidente que existe un efecto".
