SANTIAGO.- Marco Antonio Solís, Ricardo Montaner y Eros Ramazzotti. Tres artistas internacionales que se lucieron en sus presentaciones en el Festival de Viña y que como común denominador, tienen un público mayormente femenino que se revoluciona cada vez que los escuchan en los escenarios.
Y Alejandro Sanz no se quedó atrás. El español desató la locura de sus fanáticas en la tercera noche del Festival y lo hizo desde el comienzo, cuando ingresó a la Quinta Vergara entre medio del público, generando la histeria entre las mujeres que desesperadas se lanzaban tratando de tener una selfie, tocarlo e incluso darle besos.
"Chi, chi, chi, le, le, le", cantaba el músico de 47 años al ingresar al recinto, antes de comenzar su presentación con "Quisiera ser". "Buenas noches Viña. Me da muchísimo gusto estar esta noche aquí, ya lo saben", saludó, generando gritos desde todo el recinto con cada paso y gesto que hacía.
Tal como lo había anunciado, su presentación —que a ratos parecía un karaoke— tenía ciertas variaciones, que incluían algunos de sus mayores éxitos con artistas invitados. Fue así como ingresaron la mexicana Paty Cantú para interpretar "Desde cuando", Ana Torroja para cantar "Un zombie a la interperie" y Javiera Mena con "Corazón partío".
Sin embargo, fue justamente la participación de la chilena la que más llamó la atención, ya que lejos de tener una buena presencia sobre el escenario, desató el enojo de los fans del español. Mientras en la Quinta Vergarara el público interpretaba el tema prácticamente gritándolo, las redes sociales estallaron con críticas hacia Mena. Su vestuario (en comparación a las otras dos artistas), su falta de desplante sobre el escenario, su voz e incluso pedazos de la canción que no sabía, desataron la molestia de los enfurecidos seguidores de Sanz.
Más aún después que la corista del músico, Sara, interpretara con él "Looking for paradise", tema que originalmente canta con Alicia Keys; quien demostró una gran voz.
Pero esos números quedaron en el olvido a los segundos, ya que después de "No es lo mismo", el público le otorgó a gritos ensordecedores la Gaviota de Plata y más tarde la de Oro. "Siento como si fuera una canción nueva esta gaviota", aseguró Sanz antes de interpretar "Viviendo Deprisa" como despedida de su cuarta participación del Festival de Viña.