SANTIAGO.- Asir la figura de Charly García, en especial en los últimos años, es una tarea compleja. En el otoño de su vida –tanto profesional como personal– las cosas no pintaban bien para el líder de conjuntos fundacionales del rock latinoamericano como Sui Generis o Serú Girán (y también La Máquina de Hacer Pájaros, donde García decantó hacia la esencia progresiva de su repertorio). Para ser honestos, las cosas nunca pintan bien para Charly. Ese es parte de su magnetismo, ese que atrajo a músicos de corrientes tan distintas como Pedro Aznar, que sigue influenciando el cancionero de gente como Fito Páez (un Salieri, como lo definiría León Gieco), y también es parte de la que parece su inagotable habilidad de escribir canciones. Mal que mal, el músico argentino va a cumplir cinco décadas de trayectoria casi ininterrumpida en las que ha forjado una escuela seguida incluso en este lado de la cordillera.
La aparición de Random, su más reciente disco, da una muestra de que Charly sigue activo más allá de los conciertos en los que, se quiera o no, se homenajea a su pasado ilustre. No es nada malo, pero para un confeso incorfomista como el argentino, el visitar constantemente su catálogo de hace treinta o cuarenta años atrás podría –y aquí el condicional bien merece utilizarse– significar algo incómodo, una concesión que el propio Charly tuvo que realizar en orden de mantener su vigencia en base a las canciones y no a sus múltiples polémicas. Sin embargo, la posición revisionista le resulta cómoda en su más reciente trabajo. Sí, en "Primavera", la cuarta pista del disco, García canta sobre una base que mezcla una guitarra country con sonidos de sintetizadores ya probados en su discografía, que "hoy estoy más joven que ayer". La pregunta es si efectivamente lo está o si, como en los últimos años, es sólo una ilusión de su perenne juventud.
En ese mismo tema, "Primavera", García hace gala de su ingenio para burlarse de sí mismo. "Ahora que estoy rehabilitado/saldré de gira y otra vez/Me encerrarán cuando se acabe/y roben lo que yo gané". Puede que este momento sea el más honesto de un trabajo plagado de referencias constantes a su propia historia. Y eso, hace que
Random de una sensación de constante déja vu. Hay que dejar a un lado las evidentes falencias vocales de Charly, esa voz que suena cansina y sin el empuje de antaño, aunque se esfuerce por lograrlo en el rock de "Otro" –que dicho sea de paso, es un refrito de alguna composición perdida del Charly más ochentero. Lo mismo ocurre con su antecesora, "Rivalidad", donde el argentino también escarba en el sonido de esa época. En ese sentido, el descaro máximo viene de "Lluvia", una balada que suena a descarte de la discografía antigua del músico.
Que Charly no suene bien, que se note el cansancio en su voz, no debiese ser problema. Es más, es la evidencia de algo que se ha constatado en vivo. Ahora, que sus habilidades como compositor evidencien ese agotamiento, es otra cosa. Si "La máquina de ser feliz" –el primer sencillo de Random– daba ciertas luces, las que se acrecentaron con "Ella es tan Kubrick". Ese constante mirar al retrovisor, algo que incluso en discos como Rock and Roll Yo (2003) y el polémico Kill Gill (2010), era un elemento más bien accesorio, en Random, pareciese que la norma es esa: el reciclar una historia –la propia– y con esa base, lanzar dardos a todos: desde su persona a personajes acabados, como los que retrata en "Amigos de Dios". Hay aciertos –mínimos– pero lo que prima es la interrogante, en especial porque todo lo que se ha escuchado antes de Carlos Alberto García Moreno está compilado en Random. De seguro, para los seguidores de Charly eso puede que sea algo positivo. Lo intrigante es la falta de filo, de esa crudeza que incluso acompañó a sus mejores baladas. Lo inofensivo de este disco –incluso con la presencia de “Amigos de Dios– hace pensar que García aparcó en la comodidad de su obra, algo que bajo los cánones del propio músico, es más que inusual.
Charly García / "Random" (2017, Sony Music)
Canciones: 1. La máquina de ser feliz, 2. Ella es tan Kubrick, 3. Primavera, 4. Rivalidad, 5. Otro, 6. Lluvia, 7. Believe, 8. Amigos de Dios, 9. Spector, 10. Mundo B.
Músicos: Charly García (voces, piano, teclados, guitarras, bajos, iPads, batería electrónica, samplers, loops, programaciones), Rosario Ortega (coros), Fernando Samalea (batería y percusión), Kiuge Hayashida (guitarra eléctrica en “Ella es tan Kubrick”, “Rivalidad”, “Otro” y “Believe”), Antonio “Toño” Silva (batería en “Believe”).
Producción: Charly García.