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De un cocinero pascuense a un abogado de la Suprema: Periodista de Emol participó en casting de Pasapalabra

Un periodista de Emol vivió en primera persona cómo es el proceso de selección para participar en el estelar de CHV, que ya lleva más de 100 capítulos al aire.

29 de Octubre de 2018 | 07:01 | Por Leonardo Vallejos, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- "Julián, recordamos a nuestros televidentes que mañana hay casting de 11 a 13 horas en el canal". El aviso corresponde al capítulo de "Pasapalabra" del pasado lunes 22 de octubre. "¿Y si voy? Me sé varias que no responden", pensé. Desde mi casa muchas veces respondo con facilidad algunas preguntas y critico a participantes que se equivocan. "¿Cómo será estar allá?", me pregunté.

Dicho y hecho. A las 10 de la mañana del martes 23 estaba parado afuera de CHV, para participar del proceso de selección del programa más exitoso del canal de Turner y que trajo de vuelta a la pantalla a Julián Elfenbein. El estelar ya lleva más de 100 emisiones al aire y con un rating que lo posiciona en el segundo lugar del horario prime, solo superado por las teleseries de Mega "Perdona Nuestros Pecados", primero, y ahora "Casa de Muñecos".

Al inicio estoy solo. Claro, llegué una hora antes. Me fui en metro y me bajé en la estación Pedro Aguirre Cerda de la nueva Línea 6. Camino un par de cuadras y llego.

Poco a poco comienzan a llegar más "rivales". Los guardias dan la orden. "Todos los que vengan al casting de 'Pasapalabra' hagan una fila afuera, por favor", dicen.

A las 11 nos hacen ingresar al hall. Ahí están las oficinas de CHV y CNN Chile. Nos registran y pasan un formulario que hay que llenar por lado y lado. Datos personales y consultas tales como "manejo de idiomas", "¿por qué quiere participar? (motivaciones)" y "¿a qué destinaría el premio en caso de ser ganador?".

La selección por dentro


Al rato llega un productor del programa, se presenta y dice que es el encargado de los casting. Nos lleva hasta el segundo piso y nos hace esperar a todos sentados en sillas. Uno por uno llama a los aspirantes, toma datos personales y los escribe en una pizarra. Luego nos toma a todos una foto sosteniéndola.

"No tengan miedo. Les explicaré cómo es esto. El proceso consta de tres roscos (prueba final del programa donde se deben acertar conceptos de la A a la Z). Quien logre pasar estos tres filtros, queda listo para salir en la tele", señala.

Ya somos 16 los ilusionados aspirantes. En el rosco 1 estás solo en una sala oscura con una periodista. De entrada avisan que es un poco más fácil y que nos hará el mismo a todos. Tenemos 200 segundos y el tiempo no se detiene. "Son 25 preguntas. De 20 para arriba, pasan directo a la segunda etapa. Un 19 y un 18 son defendibles. Si sacas 17, debiera ser espectacular. Un 16, 'gracias, nos vemos'", nos explican. Llegué con confianza, fui el tercero en pasar a responder, pero al sentarme y empezar a escuchar las preguntas, de inmediato pienso "¿qué hago acá?, mejor me hubiera quedado acostado". Pero había que seguir...

Foto: El Mercurio

¿Mi desempeño? Saqué 16, pienso que hasta aquí llegó todo, pero no, sigo con vida. ¿Por qué? La periodista me explica que es porque a pesar de responder pocas, mi "16" fue con respuestas de preguntas difíciles, por ejemplo: "Empieza con L... 'Tenaz en el esfuerzo para sacar adelante su propósito'". Respondo "luchador" y acierto. Me dicen que muy pocos adivinaron esa, así que avanzo. No era tan difícil esa. Eso sí, me equivoqué en unas muy fáciles, como: "Empieza con P... 'relación afectiva menos formal que el noviazgo'". Era "pololeo" y yo dije "pareja".

Salgo y ya van quedando menos. Éramos 16 al inicio y solo quedamos siete para la segunda etapa. Incluso, hay una mujer que llegó muy confiada, conversando con todos y asegurando que se sabía de memoria el programa. Y respondió 16, lo mismo que yo, pero a ella no la dejaron. Así que guardé silencio y no comenté cuánto obtuve yo.

Rosco 2


Ya han pasado cuatro horas desde que llegué y el hambre comienza a afectar mi ánimo. Tengo que esperar que terminen los 16 para responder el segundo rosco. Una máquina de comida me alivia un poco: un jugo y un brownie son mi salvación. Igual es poco para mí. Pero bueno...

La segunda etapa es aún más real. Estamos dos aspirantes sentados con dos encuestadores, uno hace las preguntas y el otro va marcando en el computador. Y sí, es como se ve en pantalla: en un monitor está el rosco con las 25 letras, si aciertas es verde, si dices "pasapalabra" es naranjo, si te equivocas es rojo.

"Ojo, este es el mismo rosco que saldrá hoy en pantalla. Ese es nuestro parámetro. Es tal como si fuera el de verdad. Si dicen 'pasapalabra' o si no saben se detiene el tiempo y pasamos al otro. Y aquí no es que sea uno contra uno. Están ustedes dos, pero no es que se eliminen. Pueden avanzar los dos sin son buenos", nos explican.

En esta etapa sí que los nervios me jugaron en contra. Ahora son solo 150 segundos y mi "rival" era un señor de 74 años, abogado de la Corte Suprema. Arranco bien, con cuatro verdes seguidas. Él, mejor aún: ocho consecutivas. Pero de a poco fui fracasando. Terminé con 15 aciertos. De verdad que estaba difícil. Una de las más difíciles que me tocó fue "Empieza con C... Palo o caña en que se envuelve el hilo de las cometas". En la primera vuelta pasé, no me la sabía. En la segunda me la jugué. "Cáñamo" Suena la chicharra. Hago el amago de discutir. "Pero cañuela entiendo que es algo del cuerpo". Sólo recibí risas como respuesta. Otra, "Empieza con H... Energía eléctrica obtenida por fuerza hidráulica"... Digo "hidroeléctrica"... Cuekkk, suena la chicharra. Aquí hay más dudas. De hecho, la consultan con el director. Pero no hay caso.

"Leonardo, gracias y nos vemos en diciembre si quieres volver", me invitan. Claro, porque a los casting uno puede ir cuantas veces quiera, pero esperando un tiempo razonable. ¿Mi rival? Obtuvo 18... Y peor aún, se sabía varias de las mías, como por ejemplo cañuela.

Para mi tranquilidad, al ver el capítulo en la noche veo que al estudiante de medicina que le tocó mi mismo rosco también se equivocó en cañuela e hidroelectricidad.

Foto: Captura

Rosco 3


Aunque no superé la segunda etapa, previamente nos habían explicado que la tercera prueba se hacía en dos semanas más. Ese rosco lo toma Carlos Valencia, productor general del programa, también llamado "Dios" por los que nos hicieron el casting. Si en ese sales airoso, quedas listo para ir al programa. Nos advierten que es aún mucho más difícil y que son pocos los que lo superan.

El productor nos cuenta que los que terminan todo el proceso con éxito, serán llamados. Se graba los lunes, martes y miércoles, todo el día. "Debes traer dos mudas de ropa. Uno para el primer capítulo y otra ropa más por si ganas y sigues. Ese se graba en la tarde", nos detallan. En total, cada capítulo dura cinco horas, aunque en pantalla solo se ven cerca de dos, considerando los comerciales.

Si pasas esto, te hacen firmar un contrato de confidencialidad. Nadie puede saber cómo te fue. "Ni sus familias... Les recomiendo que lo respeten, porque o sino les caerá todo el peso de esta megaempresa". No me preocupo, no llegaré a esa etapa.

¿Y cómo se eligen los famosos? "Al inicio los llamábamos para que por favor vinieran. Ahora, con el éxito, ellos nos llaman y piden venir. A algunos se les paga, otros quieren pantalla", es la explicación.

Mis rivales

Al casting llegamos 16, pocos considerando que en el anterior fueron 40. Las pruebas no solo se hacen en el canal. También van a las universidades, municipalidades y llaman por teléfono a quienes han sido puntaje nacional.

Cuando me presenté a las 10 éramos solo tres. Estaba ahí también don Antonio, el abogado de la Corte Suprema, quien leía "Historia secreta de Chile 3", de Jorge Baradit. Vestía un impecable terno gris, corbata burdeos, zapatos café muy bien lustrados. También está Ariel, quien tiene 31 años, es de Isla de Pascua y llegó la noche anterior. Está casado con una mujer de Tahiti y trabaja como cocinero en Rapa Nui, en un local que tiene junto a su hermana. Viste short, polera, jockey, y destacan sus aros y muchos tatuajes.

"Yo estoy acá para probarme a mí mismo. Desde la casa lo veo muy fácil y creo que puedo tener opciones. Me complica sí los juegos que son de rapidez para apretar la chicharra y los de música muy actuales. Eso sí, nadie sabe que vine. Sólo si llego a quedar para el programa contaré. Imagínate, si me ven haciendo el loco, a un abogado de la Suprema", relata don Antonio.

"A mí me interesa más que nada tener pantalla y aprovechar de gritar varias consignas políticas contra Sebastián Piñera. De hecho, en septiembre me tomaron preso en la isla por gritarle a Piñera en una actividad. Lo interrumpí en su discurso y andaba con un cartel que decía 'Piñera ladrón'. Y si gano, la plata la ocuparé primero para invitar a diez amigos a Holanda a fumar marihuana y lo otro para independizarme". Ese es Ariel.

Antonio y Ariel son dos personas totalmente distintas, pero creo que eso justamente es atractivo para el programa. Una persona de más edad, impecablemente vestido, que puede inspirar incluso ternura. Y un joven rebelde, que viene de Isla de Pascua, que habla español, inglés y francés. Yo, al lado de ellos, no tenía mucho que ofrecer.

El abogado y el pascuense tuvieron 18 respuestas buenas, por lo que es probable que los vuelvan a llamar. Yo, me voy con la enseñanza de nunca más mirar en menos a un participante, pero también con la satisfacción de haberme atrevido.
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