"Bohemian Rhapsody" se estrena en la cartelera nacional este jueves 1 de noviembre.
20TH CENTURY FOX
SANTIAGO.- Que no profundiza en los malos momentos de
Freddie Mercury, que tiene una mirada muy superficial del nacimiento de Queen, que no aborda lo suficiente la homosexualidad del cantante y que el sida es tratado como un tema menor. Esas son algunas de las críticas más repetidas al hablar sobre
"Bohemian Rhapsody", el filme biográfico que llega este jueves
1 de noviembre a la cartelera nacional.
Efectivamente, la cinta tiene un trato superficial de varios aspectos de la vida de la legendaria estrella del rock, pero es imposible negar que proyecta varias
escenas que hacen vibrar. Los fanáticos pueden disfrutar viendo el nacimiento de Queen a través de sus éxitos, y rememorando algunos de sus más
gloriosos momentos.
Foto: 20TH CENTURY FOX
Quienes esperaban una versión profunda de
Freddie Mercury y un guion sólido que fuera en la línea con su vertiginosa vida, probablemente sentirán decepción, y no precisamente por las actuaciones.
Rami Malek, quien interpreta al
parsi Mercury, logra un trabajo
brillante y
electrizante, meneando su cuerpo sobre los escenarios con una increíble confianza que trae de inmediato el recuerdo de la esencia del vocalista de Queen.
El dilema está en lo
suave que es el relato. Para algunos esto es un error absoluto de la dirección -que pasó de
Bryan Singer a
Dexter Fletcher luego de que el primero fuera despedido-, y para otros tiene que ver con el no haber arriesgado demasiado en la trama para no perder la aprobación de los tres integrantes vivos de Queen.
La historia comienza con Mercury ofreciendo su trabajo a un par de estudiantes que hasta entonces ven la música como un pasatiempo (
Roger Taylor y
Brian May, interpretados por
Ben Hardy y un cómico
Gwilym Lee, respectivamente). A las afueras de un bar, les cuenta que escribe canciones y les comprueba su talento entonando una par de estrofas. De un momento a otro, forman una banda, se les une
John Deacon (
Joseph Mazzello) en el bajo, graban un disco, firman con una enorme compañía discográfica y comienzan las giras internacionales.
La escena inicial muestra por breves minutos a Mercury preparándose para entrar a cantar al
Live Aid (1985), y la parte final regresa a ese instante, pero ahora con el cantante sobre el escenario junto a su compañeros dando un emotivo concierto. Entremedio de esos dos momentos claves, se ve a Mercury componiendo canciones, creando melodías, cayendo en los excesos, perdiendo a su gran amor, poniendo en jaque a la banda y enfrentando el duro diagnóstico del sida.
Pese a todo lo malo que pueda decir la crítica sobre esta megaproducción, no se puede desconocer que es
un filme divertido y en varias ocasiones emocionante, y que de seguro hará disfrutar a los fanáticos.
