Para fundamentar su crítica, lo que hicieron más de treinta escritores y personalidades del mundo editorial fue un zoom a las cifras de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, que se desarrolla en México desde el lunes y terminará mañana: 13 hombres panelistas versus tres mujeres, cuatro finalistas hombres al premio y una mujer, cuatro jurados hombres y una mujer. "Este año no se diferencia mucho de los anteriores, lo que confirma que el criterio discriminador se impone por sistema", aseguraron.
Se trata de una carta que comenzó a circular al inicio de la cita literaria y que fue firmada por la peruana Gabriela Wiener, la argentina Claudia Piñeiro y el mexicano Juan Villoro. Desde Chile también adscriben la Premio Nacional de Literatura, Diamela Eltit, y las escritoras Lina Meruane, Nona Fernández y Alejandra Costamagna. La misiva se titula "Contra el machismo literario".
"Queremos manifestar nuestro hartazgo y rechazo ante la disparidad de género que rige en la mayoría de eventos culturales y literarios en América Latina, así como la mentalidad machista subyacente", aseguran en el texto. "Es inadmisible que en el siglo XXI, en plena ola de reivindicaciones por la igualdad, se organice sin perspectiva de género un evento como la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa".
El evento se ha realizado tres veces desde 2014 con el fin de premiar a las mejores novelas escritas en esos periodos y esta edición comenzó con una exposición de cada uno de los cinco nominados, que explicaron las razones detrás de su nominación. Se trata de los escritores Antonio Soler, Rodrigo Blanco Calderón, Manuel Vilas, Gustavo Faverón y la única mujer, la nicaragüense Gioconda Belli.
En ese contexto, el director de la Cátedra Vargas Llosa —organizadora del evento—, Juan José Armas Marcelo, salió a enfrentar las críticas. "No seguimos otro criterio más que la calidad literaria", aseguró. "Es irrefutable que el jurado está compuesto por cuatro hombres y una mujer, pero es para tenerlo en cuenta", añadió.
Una "desigualdad histórica"
En la carta, el grupo de escritores critica también las ediciones anteriores: "en 2014, se invitó a 25 hombres y apenas a seis mujeres; en 2015 a 22 hombres y a ocho mujeres. Y en ambas ediciones, tanto el jurado como el grupo de finalistas tuvo la misma proporción desigual. En las dos bienales el ganador fue un escritor hombre. Podemos perfectamente adivinar de qué género será el ganador", sostienen.
La crítica apunta a la invisibilización que han sufrido históricamente las escritoras mujeres. "Muchas escritoras fueron borradas de la historia y del canon literario, denostadas, ninguneadas o silenciadas. Las mujeres escritoras han demostrado, además, por la calidad de sus obras, sus traducciones, su trabajo editorial y el reconocimiento que han adquirido en los últimos años, que la literatura escrita por mujeres es tan importante como la que escriben los hombres", explican en el texto.
"En 2014, se invitó a 25 hombres y apenas a seis mujeres; en 2015 a 22 hombres y a ocho mujeres. Y en ambas ediciones, tanto el jurado como el grupo de finalistas tuvo la misma proporción desigual. En las dos bienales el ganador fue un escritor hombre. Podemos perfectamente adivinar de qué género será el ganador"
Escritores y editores
Lo que ocurre, aseguran, es que "las instituciones literarias siguen organizando y promoviendo espacios en los que la participación de mujeres aún es minoritaria o nula". "Cuando se cuestiona, sus responsables recurren a una visión meritocrática falaz, en lugar de combatir desde dentro los privilegios masculinos –que los han llevado a cooptar los espacios por el simple hecho de ser autores hombres, buenos o malos– o de trabajar para ajustar esa desigualdad histórica que ha condenado a las mujeres a un lugar de subalternidad y silencio", añaden.
La polémica ha crecido debido a las opiniones disidentes que consideran que el momento no es el adecuado para hacer la crítica. La escritora Mónica Lavín, nominada al galardón en años anteriores, aseguró en una mesa de diálogo que "si gana una mujer (el resultado) va a ir con el sesgo de que es porque estaban criticando la bienal" y "si no gana dirán que es porque eran más hombres en el jurado", según consigna El País.
El episodio ha expandido la mirada más allá de la cita literaria que ocurre en México, con el objetivo de que la perspectiva de género sea considerada en "la red de festivales, ferias, premios, congresos y debates en torno al libre" con el objetivo de "garantizar, de una vez y para siempre, espacios justos, respetuosos y libres de violencia para las mujeres".
