Anthony Mackie encarna a Sam Wilson / Capitán América.
Marvel Studios
Hoy por hoy, el MCU (siglas en inglés del Universo Cinemático de Marvel) no genera la expectativa de antes. Más de cinco años después del exitoso evento que fue "Avengers: Endgame", la franquicia ha pasado de ser sinónimo de entretenimiento garantizado a una caja de sorpresas, con entregas que varían entre lo mediocre y lo excepcional. Lamentablemente, "Capitán América: Un Nuevo Mundo" se inclina más hacia el primer grupo.
La historia sigue a Sam Wilson (Anthony Mackie), ya establecido como el nuevo Capitán América y quien ahora trabaja junto al Gobierno de Estados Unidos, liderado por el polémico presidente Thunderbolt Ross (Harrison Ford). Esta alianza de unidad se rompe cuando su amigo, Isaiah Bradley, atenta contra la vida del mandatario, revelando una conspiración que solo Wilson podrá detener.
"Capitán América: Un Nuevo Mundo"
tenía en el papel mucho potencial para ser un thriller que elevara al MCU a la calidad que tuvo antes. Sin embargo,
esta película comete errores en su historia y ejecución que la dejan por debajo del promedio de esta saga. En esta reseña, dejo las virtudes y faltas principales de la entrega número 35 del MCU (sin spoilers).
Un guion con poco espacio para el misterio
Comencemos revisando lo general. Esta película comienza a armar su trama como un thriller que envuelve la trama en conspiración y misterio. Coloca sobre la mesa temas que profundizan problemas del sistema, como la discriminación contra el personaje de Isaiah Bradley, el síndrome de impostor de Sam Wilson o la lucha por el poder de este nuevo mundo en el que viven, afectado por los acontecimientos de películas anteriores.
Sin embargo, la ejecución de estos puntos dramáticos es tan pobre que deja en evidencia que la producción de esta película fue un caos.
Gran parte de esto se puede notar en su guion.
Todos los problemas que afectan a los personajes se dicen repetidamente en pantalla, mas no se muestran. Ya sea el conflicto interno de Sam, el miedo del presidente Ross, el plan del villano; todo lo que pasa por la cabeza de los personajes se expresa solo en palabras y no en acciones. Atrás quedaron las sutilezas que tenían películas como "Soldado de Invierno” y "Guerra Civil" (ambas de la saga de Capitán América), donde se le permite a la audiencia descifrar lo que está pasando y no se le entregaba todo de forma tan literal.
En consecuencia, este thriller nunca logra esa sensación de peligro o de sorpresa, disipando el impacto de las revelaciones, los cameos o las secuencias de acción.
Harrison Ford interpreta al polémico presidente Thunderbolt Ross. Crédito: Marvel Studios.Una confusa mezcla de tonos
No es secreto que
la nueva entrega de Capitán América pasó por un infierno en su producción, cambiando de guionistas, directores e incluso, título ("Nueva Orden Mundial" era su nombre original). Estos líos se reflejan en pantalla con una mezcla de tonos y tomas que no se alinean una con la otra.
La película introduce personajes que quedan a medio andar, pivoteando más de una vez en su foco central.
Los temas profundos ya mencionados nunca logran cuajar porque la película no se decide en cuál se quiere enfocar. Claramente hubo diferentes direcciones interesantes que la trama iba a tomar, pero el resultado
terminó en una historia que se fue a la segura y, por ende, pasó a ser una más del montón.
Anthony Mackie es un buen Capitán
Mucho se preguntaban cómo sería la primera entrega con Sam Wilson a cargo del emblemático escudo. Si bien ya hemos mencionado que
la película en sí no funciona del todo, no es por la falta de esfuerzo de su actor principal. Anthony Mackie logra traspasar la vulnerabilidad de un Sam Wilson que no sabe si estará a la altura de las circunstancias, al no tener superpoderes. Este síndrome del impostor es una vuelta fresca a un legado y una responsabilidad muy pesada, y funciona muy bien como un comentario hacia la realidad de tomar un rol que se volvió ícono en el cine de los años 2010.
Las sensaciones que deja son conflictivas. Por un lado, queremos ver a Mackie de vuelta como Capitán América. Por otro, no queremos que sea en una película como esta.
Acción y Efectos Especiales
Otro punto que generará críticas entre sus fanáticos. "Un Nuevo Mundo" definitivamente
tiene secuencias de acción que hacen que el precio de verla en el cine valga la pena. Dicho eso,
no necesariamente alcanza los estándares que las otras entregas de Steve Rogers habían dejado.
La responsabilidad de esto cae sobre el director de la cinta Julius Onah, que no logra dar el dinamismo cinemático que los hermanos Russo habían dejado en las cintas que dirigieron ("Soldado de Invierno", "Guerra Civil", "Infinity War"y "Endgame").
Punto aparte son los efectos especiales de esta película. Por alguna razón, el MCU ha mostrado una tendencia a la baja sobre la calidad de efectos especiales de computadora (conocido como "CGI"en inglés). Para una franquicia que basa su acción en el uso de esta herramienta,
los malos efectos terminan quitando de la experiencia que la acción puede lograr y el clímax de esta película lo demuestra.
El Universo de Marvel
Para cerrar, dirijámonos a lo particular. El Universo Cinemático de Marvel aún está pasando por una transición importante. Luego de cambiar su foco y su villano principal "Kang" por los problemas con el actor Jonathan Majors, la saga sigue sin definir el tono con el que quiere continuar y eso repercute directamente en esta entrega.
"Capitán América: Un Nuevo Mundo" no logra mostrar su potencial porque no toma riesgos y ocupa su fórmula genérica para ir a la segura.
Sin sutilezas o confianza en que la audiencia quiere ver algo nuevo, esta secuela se hunde en términos de calidad, aunque lo más probable es que salga a flote en taquilla.
Irónicamente, aún hay mucho aprecio por el personaje de Sam Wilson y su nuevo rol como el Capitán América. Esperemos que para el futuro se le pueda rodear de tramas que se atrevan a contar una historia más profunda, como sus antecesoras, o incluso, la serie que protagonizó "Falcon y El Soldado de Invierno".
