Hace casi tres años se estrenaba Top Gun: Maverick, la nueva cinta de Joseph Kosinsky que revitalizó las salas de cine con el regreso de muchos espectadores atraídos por la experiencia audiovisual que ofrecía. Hoy, el director vuelve a la pantalla grande, acompañado del siempre aclamado Brad Pitt, para entregar nuevamente esas sensaciones, esta vez en un contexto más reconocible: la Fórmula 1.
"F1, La Película" narra la historia de Sonny Hayes (Brad Pitt), un veterano piloto de Fórmula 1 que, tras años de retiro, es persuadido por un viejo compañero de equipo para volver a las pistas y ayudar a rescatar a su escudería en crisis. En su regreso al mundo motor, Sonny deberá enfrentarse no solo a los fantasmas de su pasado, sino también a un joven piloto rebelde que desafía su experiencia y liderazgo.
Esta película es un monumento técnico que ofrece una increíble experiencia en la sala de cine, pero que también se apoya en demasía del molde de "Top Gun: Maverick". De todas formas, presenta muchas más virtudes de las que se ven en primera instancia y que revisaremos en esta nota:
Cine en el Cockpit
La mayor fortaleza de esta película es su inmersiva cinematografía, trabajada por Kosinsky junto al director de fotografía chileno Claudio Miranda. Ambos lograron trabajar con una producción que permite experimentar adrenalina en la sala de cine, gracias a las múltiples tomas que consiguieron con equipos acoplados a coches de carrera de verdad (de Fórmula 2), mientras los actores Brad Pitt y Damson Idris manejaban a lo largo del circuito completo de la Fórmula 1.
La autenticidad de las imágenes permite que la pantalla refleje toda la tensión y la euforia que se vive en la pista y su ambiente. Este es un ejercicio que hoy es difícil de ver en el cine, debido a su alto riesgo, pero que también otorga réditos altos cuando está bien ejecutado, el cual es el caso.
Los méritos no se quedan ahí. Kosinsky y Miranda lograron superar lo hecho en la nominada al Óscar "Top Gun: Maverick", gracias a tomas complejas y dinámicas que llevaron a cabo mientras los actores manejaban. La cámara no permanece estática: gira, se inclina y se mueve como lo haría un piloto, dando al espectador la sensación de estar dentro del auto. Estos esfuerzos, que pueden parecer menores, son justamente lo que hace que esta película se convierta en un imperdible.
El rugido del motor y la música
Complementando lo anterior, una buena cinematografía debe ir acompañada por un diseño de sonido que envuelva a la audiencia y transmita el realismo del rugido de los motores. "F1: La Película", al igual que el deporte en el que se basa, construye su experiencia sobre el armonioso estruendo que provocan los pilotos y los equipos técnicos. Ya sea una aceleración, un cambio de neumáticos o la bocina de partida, el sonido está trabajado con un nivel de detalle que provoca sensaciones tan intensas como emocionantes.
A esto se suma una banda sonora que funciona como la playlist perfecta para la ocasión: electrizante, rápida y energética, al igual que la película. Es casi inevitable que más de alguno termine moviendo la cabeza al ritmo de la música.
Pitt maneja un guion simplista
No todo en la película es de gran magnitud. De hecho, "F1: La Película" prioriza la experiencia visual y sensorial por sobre la profundidad narrativa. La trama es sencilla, sin mayores complicaciones en sus personajes o conflictos, y sirve principalmente como excusa para llevarnos de una carrera a la siguiente. Es una fórmula similar a la de "Top Gun: Maverick", pero con menor carga emocional.
Esto no significa que los personajes no importen, pero más allá del protagonista Sonny, interpretado por Pitt, el resto del elenco cuenta con motivaciones básicas y/o inexistentes. Es un estilo muy propio del cine estadounidense de los años ochenta: funcional, entretenido, pero con menor desarrollo humano.
Aun así, para que una historia simple funcione, se necesita un protagonista con el carisma suficiente para conectar con la audiencia, y ese es precisamente el fuerte de Brad Pitt. Su calidez aporta cercanía al enigmático Sonny Hayes, y su presencia en pantalla es, sin duda, uno de los mayores aciertos de Kosinsky y compañía. Sin él, esta película no funcionaría de la misma manera.
Finalmente, "F1: La película" es uno de esos eventos que nadie se querrá perder. Ya sea como fanático del deporte motor, o no, ésta es una experiencia que vale la pena y que pocas veces llega a las salas de cine.
Nota: 4,3/5,0
F1: La película ya está disponible en cines