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Crítica de Cine | "Jurassic World: Renace": La originalidad corre peligro de extinción

La nueva entrega de la famosa franquicia de dinosaurios cumple con la acción que promete, pero no mucho más.

05 de Julio de 2025 | 07:33 | Por Agustín Pérez Achurra
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El D-Rex es el dinosaurio ficticio más temible de esta entrega, una mezcla entre criaturas de "Star Wars" y "Alien".

Universal Pictures
¿Quién iba a pensar que, más de 30 años después de que Steven Spielberg introdujera al mundo al parque jurásico -creando un clásico en el camino- seguiríamos hablando de este en el cine? Bueno, el éxito comercial que tuvo la franquicia tras su regreso, ahora bajo el nombre de "Jurassic World", le dio un impulso más que suficiente para seguir estrenando películas, aunque con retornos cada vez más pobres en cuanto a calidad. Su nueva entrega, "Jurassic World: Renace", mejora ligeramente respecto a sus predecesoras más recientes, pero sigue arrastrando varios problemas.

"Renace" se sitúa en este nuevo mundo donde humanos y dinosaurios conviven a diario. La trama se divide en dos historias paralelas: por un lado, un equipo de mercenarios debe sustraer ADN de dinosaurios específicos en una isla extremadamente peligrosa; por el otro, una familia termina accidentalmente en la misma isla. Ambos grupos deberán sobrevivir dos días en este lugar, donde abundan letales mutaciones de dinosaurios, incluyendo la más peligrosa de todas: el D-Rex.

La película combina estas dos líneas argumentales de forma inorgánica, construyendo un guion que alcanza los mínimos de entretenimiento necesario y que está lejos de cautivar a los espectadores, como alguna vez lo hizo Spielberg. Aunque los fanáticos pueden encontrar algunos aciertos, en esta crítica profundizaremos en lo bueno y lo malo de la séptima entrega de la saga.

Mismos dientes, diferente piel


Probablemente el problema más grande que encontramos en "Jurassic World: Renace" es su falta de inspiración. Ya sea en sus diseños, sus personajes o sus escenas de acción, cada elemento que conforma esta película parece ser sacado de otras entregas.

Los encuentros con dinosaurios cumplen su función de generar suspenso, pero es evidente de dónde provienen: la icónica escena de la cocina en "Jurassic Park", el ataque aéreo de "Jurassic Park III", o la persecución final de "Jurassic World"; todas están aquí, apenas disfrazadas con algunos cambios superficiales.

Pero el reciclaje de ideas no solo se limita a esta saga. El diseño del D-Rex, el dinosaurio ficticio más temible de esta entrega, es una mezcla entre criaturas de "Star Wars" y "Alien". Tal vez fue pensado como un homenaje, pero termina siendo una distracción, al ser inevitablemente comparado con referentes mejor logrados.

Al final, más allá de los retoques estéticos superficiales, la película no aporta lo suficiente como para sentirse como una historia nueva dentro de este universo.


La actuación de Jonathan Bailey, quien interpreta al Doctor Loomins, es uno de los puntos más rescatables de la cinta. Crédito: AP.

La peor mutación: el guion


A pesar de lo dicho en el punto anterior, "Jurassic World: Renace" tenía el potencial para ser una sólida entrega. Las dos historias que propone, por separado, podrían haber funcionado: ya sea explorando al grupo de mercenarios enfrentando dilemas morales al trabajar para una farmacéutica, o a una familia común intentando sobrevivir en un entorno hostil y letal. Ambas ideas funcionan, pero técnicamente son agua y aceite.

Por desgracia, la decisión del estudio fue unir estas historias a la fuerza. Siendo totalmente incompatibles, la película salta de un lado a otro, quitándole ritmo a ambas partes y aumentando el minutaje de una historia que podía ser contada en menos de las más de dos horas de duración. Es una mezcla tan poco orgánica, que la película debe tomarse más de 40 minutos para dar contexto a ambas partes, antes de comenzar la acción que muchos espectadores fueron a ver.

Cuando los créditos aparecen en pantalla, uno no puede evitar pensar que muchos de estos personajes fueron incluidos para rellenar el tiempo o para crear una nueva línea de juguetes, ya que si los remueves de la trama, la historia no cambia.

El rescate: Jonathan Bailey


No todas las decisiones fueron erradas. Uno de los puntos más rescatables de la cinta es la actuación de Jonathan Bailey como el Doctor Loomins. Su personaje aporta el corazón que la historia necesita, con una personalidad inocente que transmite esa sensación de asombro al ver dinosaurios en su hábitat natural. Además, su falta de habilidades para sobrevivir añade tensión y riesgo a las escenas de acción, lo que ayuda a sostener el suspenso.

Lamentablemente, la película no se toma el tiempo suficiente para desarrollar a fondo su relación con la mercenaria Zora, interpretada por Scarlett Johansson. Tal vez, si el guion no hubiera estado tan preocupado por saltar entre líneas narrativas, esta subtrama podría haber ofrecido algo más auténtico.

Dicho todo esto, si eres fanático de la franquicia y lo tuyo es ver dinosaurios amenazantes en la pantalla grande, probablemente encuentres algunos momentos entretenidos que justifiquen el precio de la entrada. No obstante, si buscas algo más, es poco probable que lo encuentres en este esperado regreso de la saga jurásica.

Nota: 2,3/5,0

"Jurassic World: Renace" ya está disponible en cines.

Agustín Pérez Achurra, crítico de cine (https://www.instagram.com/hobby.space/)


Scarlett Johansson es la mercenaria Zora. Crédito: AP.