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Un referéndum o elecciones anticipadas: Los fantasmas que rodean la difícil negociación sobre el Brexit

El próximo 29 de marzo de 2019 es la fecha en que Reino Unido dejará la Unión Europea. Faltan solo 165 días para ello y aún no hay un acuerdo claro. Ante la falta de certezas, muchos británicos consideran que una nueva votación es el único camino.

15 de Octubre de 2018 | 05:57 | Redactado por Valentina Salvo U., Emol
SANTIAGO.- A falta de menos de seis meses para que Reino Unido salga de la Unión Europea (UE), la Primera Ministra Theresa May está tratando de reunir apoyos en su país sobre los detalles de un acuerdo de separación, sin que aún haya certeza sobre si podrá obtener la aprobación del Parlamento.

Pese a que los negociadores británicos y de la UE han avanzado durante los últimos días de cara a la próxima cumbre comunitaria considerada la "hora de la verdad" para el Brexit, la sensación general de que el Gobierno conservador ha sido incapaz de lograr un buen acuerdo con Bruselas, ha provocado que se instale en la mente de muchos británicos la idea de que solamente una nueva votación podrá solucionar sus problemas.

El Centro Nacional de Investigación Social (NatCen) de Reino Unido publicó el 27 de septiembre pasado una encuesta en la que muestra que un 52% de los británicos rechazaría el Brexit si se repitiera el referéndum, lo que supone un cambio en la opinión pública desde la votación de 2016. Las cifras se calcularon mediante el promedio de seis encuestas recientes realizadas entre el 21 de agosto y el 10 de septiembre.

Sin embargo, entre las posibilidades de realizar una elección no solo está incluida una consulta popular por la salida del bloque europeo, sino que también resurge el fantasma de una eventual convocatoria a comicios generales anticipados para sacar del poder al Gobierno de May y llevar a cabo un nuevo plan de divorcio con la UE.

Elecciones anticipadas

El próximo 29 de marzo de 2019 es la fecha exacta en que el Reino Unido dejará de pertenecer a la Unión. Sin embargo, este miércoles 17 de octubre se celebrará la denominada "cena del Brexit", la cumbre de los jefes de Estado y Gobierno del bloque que es considerada el límite para sentar las bases y el diseño de la salida británica.

En medio de la maratón por cumplir con los plazos, Bruselas y Londres han dado señales de acercamientos y de haber comenzado a superar los quiebres que hace algunos meses los tuvieron al borde de no alcanzar una salida pactada. Pero lo cierto es que pese a estos vientos favorables, cualquier acuerdo que logre concretar el Gobierno de May con la UE deberá ser sometido a la votación de un Parlamento profundamente dividido sobre el tema.

Algunos miembros del gobernante Partido Conservador están descontentos con las propuestas que ha hecho May y estarían dispuestos a votar en contra, y el Partido Laborista, principal formación de la oposición, ha indicado que es probable que rechace cualquier acuerdo que traiga la Primera Ministra, en busca de la realización de nuevas elecciones y la formación de un nuevo gobierno.

Y no estaría tan lejos de ello. El problema del comercio en la frontera irlandesa, el mayor obstáculo para un acuerdo global, podría ser el gatillante. El partido ultraconservador norirlandés, Partido Unionista Democrático (DUP), aliado clave de la Premier, amenazó el jueves con retirarle su apoyo si acepta las condiciones que propone la UE, lo que podría provocar una moción de confianza y comicios anticipados.

Londres y Bruselas están de acuerdo en no reinstaurar una frontera dura entre esa provincia británica y la República de Irlanda - país miembro de la UE - para no amenazar el frágil acuerdo de paz que puso fin a tres décadas de guerra. Pero divergen sobre cómo hacerlo.

El negociador jefe del bloque comunitario, Michel Barnier, afirmó ayer que la salida británica implicará el establecimiento de controles administrativos entre la isla de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Ello mantendría a Irlanda del Norte en la unión aduanera y la obligaría a regirse por las normas del mercado único europeo.

Pero esta perspectiva es totalmente inaceptable para el DUP, contraria a que los norirlandeses tengan un trato distinto al resto del Reino Unido. Si May acepta las "exigencias draconianas de la UE" se expondrá a una "derrota parlamentaria", aseguró el responsable del DUP para el Brexit, Sammy Wilson, a The Telegraph. Desde las desastrosas legislativas anticipadas de 2017, en las que el Partido Conservador perdió su mayoría absoluta en el Parlamento, la estabilidad del gobierno depende de un acuerdo alcanzado con esta pequeña formación.

Nuevo referéndum

La otra opción que resuena es la de volver a realizar un referéndum como aquel en el que los británicos decidieron que la mejor opción para ellos era dejar el grupo comunitario. Aunque May ha descartado esta opción, las voces que la proponen suenan cada vez más fuerte.

Diversos parlamentarios y figuras políticas se unieron a los activistas de la campaña People's Vote en eventos a lo largo del Reino Unido para defender una segunda consulta sobre el Brexit. Según sus voceros, la campaña que ha organizado más de mil reuniones, ha convocado a una manifestación el próximo 20 de octubre en Londres, en la que esperan superar la asistencia de la anterior marcha de junio, a la que según sus cálculos acudieron cerca de 100.000 personas.

El martes pasado, cientos de personas se movilizaron en Londres junto a sus mascotas. Bajo el lema "Wooferendum" y con perros llevando carteles y banderas de la UE, caminaron para exigir una nueva consulta.

"Las alternativas son todas peores porque si llegas a un bloqueo en el Parlamento, eso es lo que abre la posibilidad de volver a consultar a la gente"

Tony Blair, ex Primer Ministro de Reino Unido
Esta posibilidad fue respaldada por uno de los dos partidos políticos con mayor influencia en el país: el Partido Laborista. Tras varios días de debate en su último congreso anual celebrado el 25 de septiembre pasado, los afiliados votaron a favor de convocar un segundo referéndum, solo si es que no se consigue forzar la realización de los comicios generales anticipados.

A la ola del referéndum también se sumó el ex primer ministro británico, Tony Blair, quien no cree que May logre la aprobación de un eventual acuerdo en el Parlamento. "Realmente es difícil... las alternativas son todas peores porque si llegas a un bloqueo en el Parlamento, eso es lo que abre la posibilidad de volver a consultar a la gente", dijo Blair dijo a Reuters en Londres. "Mi opinión es que esto (consulta) solo sucederá si hay un bloqueo en el Parlamento. Pero si hay un bloqueo en el Parlamento, es un argumento muy simple", aseguró el ex primer ministro entre 1997 y 2007.

Tom Baldwin, asesor del ex líder laborista Ed Milliband y hoy vocero de People’s Vote, lo comparte: "Hay muchos diputados conservadores que se han mostrado dispuestos a respaldar un segundo referéndum antes que derribar a su propio Gobierno. Veo muchas más posibilidades en la celebración de una segunda consulta", asegura.
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