Hace unos días, una delegación de
Chile Vamos liderada por los senadores Javier Macaya (UDI) y Francisco Chahuán (RN), participó en una serie de encuentros en Buenos Aires con personeros de oposición. Entre ellos figuraba
Horacio Rodríguez Larreta, actual jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y una de las figuras más potentes de la coalición
Juntos por el Cambio, donde pretende convertirse en la carta presidencial con miras a las elecciones de 2023 en Argentina.
Actualmente, Rodríguez hace noticia en los medios trasandinos por su nueva relación amorosa, pero también por su acción decidida de ser el retador que busque colocar nuevamente a la coalición de centroderecha en la Casa Rosada. Y aquí, podría incluso competir con uno de sus mentores políticos, el ex Presidente Mauricio Macri, que en las últimas semanas ha vuelto con fuerza a la vida pública.
Con estudios de Economía en la Universidad de Buenos Aires y una maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Harvard (EE.UU.), el actual alcalde porteño comenzó su carrera política en el Gobierno de
Carlos Menem en 1993, como integrante del equipo de la Subsecretaría de Inversiones del Ministerio de Economía. Posteriormente se desempeñó como gerente general de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y fue subsecretario de Políticas Sociales en la Secretaría de Desarrollo Social, entre otros cargos.
Su trabajo con Macri comenzó en 2003, cuando este último ya visualizaba dar el salto a la política argentina. Ambos fundaron el partido Compromiso para el Cambio, que luego se llamó Propuesta Republicana (PRO) en 2005. Dos años después, el otrora presidente del club Boca Juniors se convertía en jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cargo que ostentó durante dos periodos hasta 2015, siempre con Rodríguez Larreta como su jefe de gabinete.
Con Macri como su gran padrino político, fue natural que Rodríguez Larreta se transformara en la opción del PRO para sucederlo en la jefatura de Gobierno de Buenos Aires, luego de que su mentor decidiera postular a la Presidencia de Argentina. Ambos se impusieron en las elecciones de 2015, sin embargo, en 2019 solo el alcalde porteño logró la reelección.
El regreso del peronismo a la Casa Rosada de la mano de
Alberto Fernández significó un duro golpe para Mauricio Macri, que se alejó de la primera línea política durante un buen tiempo. Con ese escenario, Rodríguez Larreta tomó fuerza y se perfiló como una de las grandes figuras opositoras, junto a dirigentes como la ex ministra de Seguridad
Patricia Bullrich.
Desde la Alcaldía, el dirigente opositor se ha enfrentado públicamente con el Presidente Fernández y con el gobernador de Buenos Aires, el kirchnerista Axel Kiciloff. Recordadas fueron sus diferencias de opinión sobre el manejo de la pandemia: si bien partieron trabajando juntos para enfrentar los embates del covid-19, con el paso de los meses el distanciamiento fue evidente.
Así, mientras la Casa Rosada abogaba por el confinamiento total de la población, Rodríguez Larreta se rebelaba decretando el retorno a las clases presenciales y tomando posteriormente medidas como el fin del uso obligatorio de las mascarillas tanto en lugares abiertos como cerrados. Asimismo, el jefe comunal no ha perdido ocasión para criticar al Gobierno de Fernández y sus intentos por revertir la profunda crisis económica que afecta a Argentina.
Todo esto significó
un incremento en las cifras de popularidad del alcalde bonaerense. Según informó La Nación, una encuesta realizada por la consultora Managment & Fit en el Gran Buenos Aires ubicó a Horacio Rodríguez Larreta con
la mayor intención de voto de cara a las elecciones presidenciales de 2023 (44,4%), superando a los oficialistas
Alberto Fernández (41,7%),
Cristina Fernández (37,1%) y
Sergio Massa (36,4%).
Más atrás están los opositores Patricia Bullrich (30,4%), Ricardo López Murphy (24,2%), Mauricio Macri (28,7%) y Javier Milei (27,5%).
El factor Macri
Más allá de los buenos números, Rodríguez Larreta mira con atención lo que hace su otrora padrino político. Tras estar alejado de la primera línea, el ex Presidente Mauricio Macri ha vuelto con todo a la escena pública. Con la excusa de la publicación de un nuevo libro (titulado "¿Para qué?"), el ex Mandatario ha acaparado los medios de comunicación, y la pregunta más recurrente es a la vez la más obvia: ¿volverá a postular a la Casa Rosada?
De momento, el antiguo líder de Juntos por el Cambio ha dicho que su esposa, Juliana Awada, le pidió no repostular, y respeta esa petición. Aunque quedan dudas: "Hay una incógnita sobre Macri porque probablemente él está buscando la presidencia, pero todavía no sabe si está en condiciones de postularse", dice Carlos Pagni en el diario La Nación.
"Mauricio Macri no está pensando seriamente en postularse para la presidencia de la Nación en 2023, pero
es consciente de que no les conviene ni a él ni a su fuerza política desechar esa posibilidad por el momento. Por tal motivo, en cualquier declaración pública, no asume el compromiso de una candidatura, aunque tampoco la niega de cuajo", afirmó por su parte
Fernando Laborda en el mismo medio.
Y consultado por una eventual disputa entre Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich para lograr la candidatura presidencial, el ex Mandatario enfatizó que si no hay una "marcada diferencia" entre ambos, él no va "a pedir el voto por uno". "Mi trabajo es hoy ayudarlos a crecer, y si veo que al final del camino uno garantiza el cambio y otro no, yo voy a jugar", dijo en entrevista al diario español ABC.
La respuesta de Horacio Rodríguez Larreta fue enfática: "El apoyo importante importante es el apoyo de la gente". Días después, en conversación con LN+, aseguró "que yo decida o no ser candidato, no va a depender de la candidatura de Mauricio". Todo esto se ha interpretado como la señal clara de que el jefe comunal se despegó de su padrino político.
Con todo, el alcalde porteño ya ha hecho varias jugadas para adelantarse en la carrera presidencial. Según escribió Pola Oloixarac en La Nación, la presentación justo hace unos días de su nueva novia, Milagros Maylin, no es más que "su movimiento más evidentemente quirúrgico hacia la Presidencia".
"Como todo en Horacio, el cálculo es rey: lo que aparenta ser un asunto superfluo, digno de los cotilleos rosas,
esconde una estrategia de guerra. Todavía no mueve la dama, pero la muestra. Se trata menos del corazón de Horacio, que de las relaciones tormentosas que sacuden el corazón del PRO. Debe leerse, en efecto, como parte de la pulseada por el liderazgo con Macri, pero
es una guerra fluida en varios frentes; fluida, porque sólo lo líquido puede rebasar la grieta", aseguró.
Mientras, Rodríguez sigue jugando, esté o no Macri en la carrera. Sus intenciones son claras: quiere ser el próximo presidente de Argentina. Sólo el tiempo -y los argentinos- lo dirá.
