La entrada en vigor hace una semana del polémico "
Reglamento para la Promoción de la Cortesía Escolar" en
El Salvador , que busca instalar hábitos de disciplina, orden y respeto en los colegios del país centroamericano mediante un sistema de deméritos y sanciones, ha dado mucho que hablar y ha puesto nuevamente en la palestra al gobierno de
Nayib Bukele, quien ha defendido la iniciativa asegurando que de esta forma buscan evitar que las escuelas sean "lugares de reclutamiento de pandilleros".
Así, desde el 20 de agosto, los alumnos deben tener cabello corto, uniforme limpio y zapatos lustrados, mientras que a partir del 1 de septiembre entrarán en vigor las normas de cortesía que incluyen saludar al profesor al entrar a la sala de clases, decir "por favor" al hacer una petición y dar las gracias. Detrás de estas medidas está la nueva ministra de Educación, Karla Edith Trigueros, médica de profesión y capitana del Ejército de El Salvador, cuyo nombramiento ha dividido al país, con posiciones a favor y en contra.
Trigueros, de 35 años, asumió como ministra de Educación el pasado 14 de agosto, marcando
el regreso de un militar a la citada cartera después de medio siglo. "La nueva ministra, en su doble condición de capitán y doctora, ha demostrado la capacidad, el liderazgo y el compromiso necesarios para impulsar una transformación profunda en nuestro sistema educativo", aseguró Bukele en su cuenta de X.
"Como capitán y doctora, pondré mi experiencia, disciplina y vocación al servicio de esta misión, como lo he hecho en todas las misiones que se me han asignado", respondió la nueva titular de la cartera de Educación. Cuatro días después, ordenó las primeras medidas, relacionadas con el orden y la presentación personal de los estudiantes.
Ya el 24 de agosto, presentó el reglamento con el cual "fomentaremos valores esenciales como el respeto y la cortesía entre nuestros estudiantes, docentes y personal administrativo". La ministra añadió: "Queremos que cada niño y adolescente crezca practicando expresiones tan sencillas pero fundamentales, como: 'Buenos días', 'Por favor' y 'Gracias', fortaleciendo así la cultura ciudadana en nuestras escuelas".
Del Ejército a la Escuela de Medicina
De niña, Karla Edith Trigueros (Sonzacate, 28 de abril de 1990) soñaba con estudiar medicina y así seguir los pasos de su padre, quien era médico y falleció antes de que ella naciera. Ya en la adolescencia, según reconoció en una entrevista con Unicef de 2020, "mis metas cambiaron y empecé a tomar decisiones de vida, y decidí que quería ser piloto".
Como su familia no tenía los recursos económicos para costear la carrera de piloto, Trigueros optó por seguir la carrera militar, la cual "me podía abrir las puertas para ser piloto". Fue así como, aún con 16 años, ingresó como cadete en la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios, en enero de 2007.
Ya en la escuela militar, todo cambió cuando, al finalizar el primer año, le ofrecieron una de las tres becas disponibles para
estudiar Medicina en la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer. "Entré en un momento de indecisión
porque quería ser piloto, pero fue la mejor decisión de mi vida. Fue un cambio de planes drástico porque llevaba un objetivo y no es malo cambiarlos, sino siempre tener en cuenta que ese nuevo objetivo va a ser de beneficio propio y para los demás", remarcó.
Tras titularse, la joven ingresó al Hospital Militar Central, donde ejerció como subjefa del área de consulta externa. Luego, en 2019, pasó al Comando de Sanidad Militar (Cosam), desempeñándose como asesora médica en Epidemiología. Fue ahí donde enfrentó uno de sus mayores desafíos profesionales, al ser la responsable de la ejecución del plan de logística para la recepción conservación y distribución de las vacunas contra el covid-19.
"En el Comando de Sanidad Militar tomamos las decisiones y hacemos las propuestas a la institución armada acerca de temas que competen al área sanitaria. Mi aporte en el Comando de Sanidad Militar es dar el punto de vista médico en la toma de decisiones no solamente militares, sino que administrativas, logísticas de lo que se requiere hacer. Entre ellos el Plan de Vacunación contra el covid-19 en El Salvador. Acompañamos y contribuimos con los planes logísticos que se necesitan para alcanzar el objetivo que es vacunar al mayor porcentaje de la población salvadoreña", explicaba Trigueros en 2020.
Este rol clave en medio de la pandemia la dio notoriedad a esta joven militar y doctora, llamando la atención del propio presidente Nayib Bukele quien, cinco años más tarde, la llamó para ser la nueva ministra de Educación.
Críticas
El nombramiento de Trigueros como ministra de Educación, no obstante, ha sido objeto de críticas desde algunos sectores. El Frente Magisterial Salvadoreño, que agrupa a profesores del sector público, expresó su preocupación por la llegada de la capitana a la citada cartera, calificándola de "aberrante".
"Es preocupante que la nueva ministra sea un agente militar", indicó la agrupación, advirtiendo que esta designación podría implicar una influencia desmedida de las Fuerzas Armadas en el ámbito educativo.
Para los profesores, la llegada de Trigueros -quien carece de experiencia en el área de educación- "descaradamente está encaminada a
profundizar el deterioro de la educación pública con el objetivo de su privatización y volver un peligro para los estudiantes el asistir a instituciones públicas".
Lo cierto es que esta uniformada es ahora la responsable de liderar el rumbo del gobierno de Bukele en torno a la educación.