SANTIAGO.- Fueron 90 minutos de terror los que vivió Juan Manuel Zolezzi, rector de la Universidad de Santiago (Usach), junto a los casi 150 funcionarios que se mantenían dentro de la casa central del plantel en la tarde del 30 de mayo.
Minutos previos al caos, esperó tranquilo que sus decanos dejaran el edificio luego de una reunión sostenida en el tercer piso. Según la máxima autoridad de la Usach, ni él ni su gente tenían "indicios de lo que estaba por ocurrir".
Cerca de las 16:30 horas, unos 300 estudiantes aparecieron frente a la casa central. Venían de una marcha organizada por la Coordinadora de Alumnos de la Facultad de Humanidades en contra de dos profesores sumariados por presunto acoso sexual.
El escenario en el patio fue inquietante: "Había unas 200 personas por delante y otras 100 por atrás. Trataron de violentar las puertas y entrar al edificio de la casa central", cuenta el rector a
"El Mercurio".
Dice que entonces vieron cómo algunos jóvenes arrojaban piedras contra 22 ventanas del zócalo y cuatro ventanales del primer piso. En el tumulto logró ver a unos quince encapuchados que, a través de los vidrios rotos, lanzaban el gas químico de los extintores de incendio.
Meterse en la acción
Zolezzi dice que en esos momentos se sentía "retenido ilegalmente" en el lugar. En pleno ataque, "uno recuerda que hay gente discapacitada y gente que se ahoga. Entonces, lo primero que uno hace es meterse en la acción", agrega. En esos momentos, el rector subía y bajaba de un piso a otro: "Tenía que dar calma al personal y decirles que no opusieran resistencia si llegaban a entrar estos violentistas".
Entre su inquietud, tomó dos veces el teléfono. La primera para llamar a Carabineros, sin mucha suerte; y la segunda, para comunicarse directamente con el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy. "Lo llamé porque es un delito más grave que una toma cualquiera (...) también lo hice porque no fue fácil ubicar a la persona encargada de la comisaría del sector", sostiene.
Visiblemente más calmado luego del ataque que terminó con la llegada de Carabineros, Zolezzi admite que haber intentado salir durante el caos, "era exponerme a una situación que no tenía sentido, para que me patearan y escupieran. Ya conozco ese recorrido, así que no valía la pena".
Por estos hechos, el rector anuncia que presentará un recurso de protección y una querella criminal por homicidio frustrado contra quienes resulten responsables.
"Vamos a ir en contra de los que organizaron la manifestación, así como de algunos otros nombres que tenemos. Todavía nos faltan detalles, pero estamos ya elaborando eso".
Presunto acoso sexual
Según Andrea Diu, vicepresidenta del centro de alumnos de la carrera de Historia, con la marcha se quiso poner sobre la mesa el descontento de los estudiantes ante el presunto acoso sexual experimentado en las aulas de la universidad.
"La carrera de Historia se está movilizando, específicamente, contra dos profesores que actualmente están siendo sumariados por acoso sexual hacia distintas compañeras", asegura la dirigenta. Por esto, piden que el rector tome "una postura" ante el conflicto.
Consultada por los responsables del ataque, Diu afirma que no se pueden hacer cargo de alguien "que ni siquiera sabemos si es de la universidad". El sumario institucional en contra de los profesores aún está en curso, admitió el rector.
Déjà vu
No es la primera vez que Zolezzi experimenta este tipo de situaciones. El 8 de mayo de 2012, un grupo de encapuchados puso una bomba incendiaria dentro de su auto Volvo, estacionado en la casa central. Por ello, interpuso un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones; sin embargo, por fallo unánime, fue declarado inadmisible.
Tres años más tarde, el saqueo de la rectoría pondría fin a una toma que duró alrededor de cinco semanas. En aquella ocasión, 35 notebooks y una serie de aparatos tecnológicos desaparecieron.