Pablo Alarcón aseguró que estaba arrepentido del ataque que cometió contra María Angélica Varas.
Captura de pantalla Informe Especial
SANTIAGO.- Han pasado casi dos meses desde que la fiscalizadora del Transantiago María Angélica Varas (57) fue víctima de una brutal agresión que la tuvo al borde la muerte. El atacante fue Pablo Alarcón, un estudiante de 22 años que la empujó violentamente hacia la calle justo cuando llegaba un bus.
El hecho, que tuvo fecha el pasado jueves 15 de junio, se produjo luego de que el joven intentara evadir su pasaje y tuviera una pelea con los funcionarios que le impidieron que lo hiciera.
En conversación con "Informe Especial", Alarcón entregó su versión de los hechos y manifestó su arrepentimiento tras este ataque: "Yo cuando pasé mi tarjeta no tenía saldo y ahí yo empecé a hablar pacíficamente". Posteriormente, la pelea con los fiscalizadores comenzó a ponerse más violenta. "Me lo tomé como personal y la discusión empezó a subir de tono", explicó el joven.
"Cuando voy saliendo del paradero hacia el metro me devolví y empujé a una fiscalizadora que no tenía nada que ver con la discusión", añadió Alarcón, asegurando que no se dio cuenta que Varas no había estado envuelta en la disputa que había tenido: "Solo vi la chaqueta roja y la identifiqué como una fiscalizadora".
"Vi mi vida pasar frente a mis ojos, porque pensé instantáneamente que había muerto. Me vi en la cárcel", señaló el estudiante de psicología, quien actualmente se encuentra recluido. "Nunca pensé que iba a llegar acá, me gustaría terminar mis estudios y ejercer mi profesión", agregó.
Además, aseguró que todavía no logra entender ni justificar su ataque a la funcionaria y se mostró profundamente arrepentido: "El cargo de conciencia me va a acompañar toda la vida".
El joven asumió su responsabilidad y manifestó su deseo de que Varas y su familia lo disculpen: "Estoy pagando mis actos, soy mayor de edad y respondo por eso. Espero que algún día me pueda perdonar".
