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Semana de interpelaciones: ¿Una herramienta necesaria o un instrumento de escaso impacto en la ciudadanía?

Los expertos coinciden en que ante la falta de quórum y otras falencias, es preciso modificar el reglamento de la Cámara para mejorar su utilidad, restringiendo el número de citaciones o perfeccionado los interrogatorios.

11 de Enero de 2020 | 11:00 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
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Los ministros de Trabajo, Salud y Hacienda respondieron esta semana las preguntas de la oposición.

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En un hecho inédito, la Sala de la Cámara de Diputados culminó ayer una serie de tres interpelaciones a ministros del Gobierno, las cuales dejaron una serie de dudas acerca de la utilidad de esa herramienta de fiscalización, debido al escaso tiempo que hubo entre una y otra y al impacto real que tuvieron en la ciudadanía.

Le preocupación se instaló luego de que desde la propia centroizquierda reconocieran que organizar una seguidilla de interrogatorios no fue la mejor decisión, sobre todo considerando que este martes será el turno de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt y que ahora buscarán citar a la ministra de la Mujer, Isabel Plá.

Luego del escaso impacto que generaron los cuestionarios a la titular de Trabajo, María José Zaldívar, su par de Salud, Jaime Mañalich, y al jefe de la cartera de Hacienda, Ignacio Briones, la diputada del PC, Karol Cariola, admitió que "quizás en términos de tiempo, no es tan eficiente tener tres interpelaciones seguidas".

"Si bien es una buena herramienta para fiscalizar, quizás la distribución no fue la mejor", añadió la legisladora comunista, haciéndose cargo de ese modo de las críticas que levantó Chile Vamos al respecto, sector que también apuntó a la oposición por la notable ausencia de parlamentarios durante la intervención de Briones.

Ese hecho, que provocó la suspensión del dialogo entre el secretario de Estado y el diputado Jaime Mulet (FRVS) por falta de quórum, fue otro de los cuestionamientos realizados a la herramienta. Sin embargo, el diputado Marcelo Díaz (PS) comentó que “a mi juicio eso no resta mérito".

"Habían muchos parlamentarios de oposición que estaban pareados pero estaban en la Sala, es decir concedieron el pareo pero estaban en la Sala, porque los proyectos que se votan no son legislativos", añadió Díaz, quien fue el principal impulsor de la masiva citación a ministros y uno de los legisladores que se ausentó momentáneamente ayer.

Al respecto, el socialista argumentó que "yo estaba contestando a los medios de comunicación e ingresé a la Sala una vez que escuché los timbres. Lamentablemente, los jueves pasa esto, es una mala cosa y además el listado de diputados pareados fue un exceso. Cada uno responde por sí mismo".

No obstante, defendió el uso de la interpelación. "Algunos dicen que es pérdida de tiempo, pero lo curioso es que quienes dicen eso son aquellos que propusieron que incorporáramos este mecanismo en nuestra legislación. Pero creo que es bueno que la opinión pública conozca exactamente cuáles son las políticas del Gobierno", dijo.

Ante ello, el diputado de la UDI, Patricio Melero, manifestó que "los que llaman a interpelar, los que permanentemente acusan, los que exigen responsabilidades del Gobierno, son malos para cumplir las responsabilidades propias, y estar aquí cuando se convoca a un ministro de Estado a responder".

"Me parece que es una falta de respeto y una falta de sentido de responsabilidad. Reclaman todo el día que el Gobierno no escucha, y son los primeros sordos en escuchar los planteamientos que los ministros hacen, y esa es una mala conducta, irresponsable que tiene que corregirse", cuestionó.

En tanto, su par gremialista, Juan Antonio Coloma, sostuvo que "fue un bochornoso espectáculo" y advirtió este viernes que "vamos a pedir la modificación del reglamento para exigir que los diputados que piden y firman una interpelación, tengan la obligación de asistir, o de lo contrario se les apliquen las máximas multas".

La visión de los expertos


Luego de conocer el resultado de las tres interpelaciones de esta semana, el Director del Centro de Políticas Públicas de la UDD, Gonzalo Müller, comentó a Emol que “creo que deben ser muchos en la oposición los que a estas alturas deben pensar que haber citado cuatro interpelaciones en poco más de una semana fue un error”.

“El análisis queda marcado por esta decisión, el poco impacto en la agenda pública o en el debate parlamentario incluso ha sido bajísimo. La imagen que resume esta sensación de error es la falta de quórum en la interpelación del ministro de Hacienda (…) creo que se recordará como un acto fallido de la oposición".

En ese contexto, Müller coincidió en que es necesario reformar esta herramienta de fiscalización. "Los problemas que enfrentaron estas interpelaciones tienen menos que ver con su regulación que con el mal uso. Si se hubiera concentrado el interés e una sola el impacto hubiera sido mayor".

En cuanto a la posibilidad de establecer un límite de interpelaciones mensuales, como para evitar que estas pierdan el impacto y el interés de la ciudadanía en ellas, el analista señaló que "podría evaluarse qué no hubiera más de una mensual. Pero eso debería quedar en la autorregulación y prudencia de los parlamentarios".

En tanto, el doctor en ciencias políticas de la London School of Economics, Kenneth Bunker, indicó que la interpelación "en el fondo no tiene ningún efecto práctico, no es como la acusación constitucional. Entonces por eso yo creo que da la sensación de que no sirve para nada".

"Pero es interesante también escuchar a los ministros, creo que tienen cosas que decir e informa a la ciudadanía. Entonces, si es que lo que se quiere es remover a un ministro, hay que ir a la acusación constitucional y si se quiere conversar y dialogar de frente a la ciudadanía creo que no, no hay que cambiar la herramienta", indicó.

"Es una herramienta que es válida y que se debe seguir usando, la interpelación a Briones fue clara en ese sentido, dio muy buenas respuestas y creo que es interesante para la ciudadanía poder escucharlas".

Kenneth Bunker, cientista político
No obstante, el académico de la Universidad de Milán indicó que "tal vez hay aspectos que se puedan mejorar para que la conversación tenga un sentido, tal vez un poco más profunda, algo más sustantivo y eso se puede hacer reformando la forma en que se hacen preguntas y respuestas".

"Pero en definitiva creo que es una herramienta que es válida y que se debe seguir usando, la interpelación a Briones fue clara en ese sentido, dio muy buenas respuestas y creo que es interesante para la ciudadanía poder escucharlas", enfatizó.

Sobre la opción de restringir la cantidad de interpelaciones, Bunker coincidió en que "creo que esa sería la idea, porque si se hacen muchas, en el fondo pierden valor, las personas pierden interés y los resultados son triviales. Por ende, algún tipo de restricción, como un máximo por bando político o bancada dentro de un tiempo".

"Que una bancada no pueda poner más de una interpelación al mes suena algo lógico, creo que podría ser una buena alternativa para que las interpelaciones se seleccionen y que el proceso se lleve a cabo con un propósito mayor, que no sea solo una herramienta de presión política, sino que tenga un fin útil", concluyó.
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