Un importante golpe al tráfico de fuegos de artificio fue el que dio personal de la Policía de Investigaciones, en conjunto con el Ministerio Público, luego de lograr la incautación de cerca de 7,5 toneladas de pirotecnia en el centro de Santiago.
El operativo, denominado "Operación Coyote", también terminó con la recuperación de 106 cajas de zapatillas falsificadas, elementos utilizados para disfrazar la venta ilegal de los fuegos artificiales, por lo que el avalúo total alcanzó los $500.000.000. Además, se detuvo a tres personas, todas sin antecedentes policiales.
Al respecto, el director general de la PDI, Sergio Muñoz, detalló que el procedimiento "da cuenta de una labor investigativa de tres meses" y afirmó que "no se puede permitir que nuestros compatriotas estén en sus casas con un miedo permanente a este tipo de actividades, cuando con estos fuegos artificiales se da cuenta del poderío o tratan de instalar esa idea en la consciencia de la gente en los territorios”.
Además, afirmó que se logró la recuperación de "una gran cantidad de zapatillas falsificadas, que era lo que se utilizaba como 'pantalla' para el comercio ilegal de estos fuegos de artificio".
"Estamos evitando que estos elementos lleguen a manos de personas que las usan como armas, que podrían ser incluso letales. Además, la manipulación de estos elementos puede ser un peligro inminente para quien los manipula, para terceros e incluso para la gente de los barrios, porque al utilizarse pueden generar incendios y lesiones gravísimas", sostuvo.
Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, valoró el procedimiento, ya que en muchas ocasiones y distintos territorios los fuegos artificiales "amedrentan a la gente en distintos barrios o comunas de Chile, fuegos artificiales que
muchas veces son utilizados en contra de otras personas o en contra de las policías, que a veces son indicaciones de la llegada de droga a los barrios".
En esa línea, añadió que "lo que es más complejo es que, tal vez, los fuegos artificiales hacen que las balaceras se pueden confundir con estos sonidos, por lo tanto, muchos se aprovechan de disparar cuando además están tirando estos fuegos artificiales (…) después nos damos cuenta de cuando las balas locas empiezan a proliferar".
"Por eso, los fuegos artificiales dejaron de ser un espectáculo familiar y lamentablemente dieron paso a una acción ligada íntimamente con el crimen organizado, y en ese contexto, las policías y el Ministerio Público han desarrollado investigaciones importantes", dijo el secretario de Estado.