Su trayecto sería de 8.800 metros de largo y tendría cuatro estaciones. Comenzaría en la base del río Molina, ascendiendo por la montaña aproximadamente durante 20 minutos hasta la estación final en Centro Farellones. Desde ahí, las góndolas conectarían con diferentes centros de esquí de la zona.
De acuerdo al proyecto, su objetivo es "romper la estacionalidad del turismo de montaña, permitiendo el uso recreativo y turístico sostenible durante todo el año y democratizando el acceso a la cordillera para habitantes de Santiago", haciendo énfasis en que "el proyecto incorpora estrategias de protección medioambiental y regeneración urbana".
"Es posible"
Para Roberto Moris, arquitecto y académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, desde el enfoque de la planificación urbana "la construcción de un teleférico en la ruta a Farellones es técnicamente y territorialmente posible, siempre que el proyecto logre articularse con los planes de infraestructura, normativas ambientales y demandas sociales existentes".
"La experiencia internacional demuestra que los teleféricos pueden ser soluciones viables para accesos a zonas de alta pendiente y gran afluencia turística, especialmente cuando la ruta vial presenta limitaciones críticas de seguridad y congestión. Sin embargo, su factibilidad dependerá de un adecuado estudio de movilidad, impacto ambiental y definición de trazados que se inserten armónicamente en el contexto urbano y natural de la precordillera", apuntó Moris.
En esa misma línea, el decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Central (UCEN), Uwe Rohwedder, mencionó que "un teleférico es absolutamente factible al considerar no sólo la temporada invernal de deportes de nieve, sino también su condición de interés para el trekking y deportes de alta montaña cuando no hay nieve", y agregó que también "bajaría considerablemente el tiempo de viaje" para los visitantes.
"Probablemente por la pendiente tendrá un trazado con diagonales, al elevarse del suelo y tomar altura. Además de que será un hito turístico en sí mismo, por las atractivas vistas y paisajes que se podrán ver", destacó el académico de la UCEN.
Énfasis en la planificación
Considerando que los centros de esquí operan normalmente entre junio y septiembre, Moris apuntó que se debe tener en cuenta para su construcción que "siempre las infraestructuras de transporte para áreas turísticas que no operan todo el año son más caras, y alguien debe pagar por estas infraestructuras".
"No se pueden tomar decisiones en base a situaciones peak que pueden darse en algunos momentos del año. Por eso el cálculo de la capacidad de carga de la carretera y luego de los propios centros de esquí es muy importante. Se debe planificar considerando no solo las contingencias", subrayó el académico.
US$90 millonescostaría el proyecto "Teleférico Alta Cordillera" (TAC) del grupo Futuriza SpA.
Para el docente del Instituto de Estudios Urbanos UC, "si se piensa en serio se debe planificar para el peatón y el transporte público. El teleférico puede ser una solución aparentemente atractiva, pero implicaría repensar la operación del todo el sistema, los centros de esquí, el parque Yerba Loca, las áreas residenciales, y la oferta de actividades fuera de la temporada de invierno".
En tanto, el decano de la UCEN afirmó que "la estación de acceso o llegada en la parte baja debe ser un lugar elegido estratégicamente con capacidad de estacionamiento tipo intermodal".
A juicio de Rohwedder, "aquí se debería construir un edificio multipropósito como portal de entrada a los centros de esquí de la cordillera. Tanto los terminales de Línea 1 (del Metro de Santiago) como la futura Línea 7 podrían prolongar sus recorridos mediante buses de acercamiento".
Beneficios del teleférico
De acuerdo a Moris, "el impacto en accesibilidad y conectividad sería significativo tanto para turistas como para residentes: por un lado, reduciría los tiempos de viaje de más de dos horas a solo 15–20 minutos, y eliminaría los problemas de saturación vial y riesgos asociados al tránsito de montaña".
A ello se suma que "democratizaría el acceso a la cordillera y los centros invernales, incluso en temporada alta, permitiendo que comunidades aledañas y prestadores de servicios mejoren su conectividad con Santiago y entre sí. Esto potenciaría el turismo, generaría nuevas oportunidades económicas y promovería una movilidad más sustentable y segura para toda la zona".