Manuel Antonio Garretón, sociólogo Chile sería hoy una persona, hombre o mujer, de edad indefinible, que hace 52 años sufrió un golpe brutal y violento de gente armada y otros que odiaban su modo de ser. Eso alteró totalmente su vida y sus proyectos y su constitución como persona libre. Tardó diecisiete años en recuperarse de sus heridas, gracias a las mejores partes de su cuerpo y espíritu, aunque muchas de ellas habían muerto o desaparecido, y su recuperación fue parcial por las huellas que esas heridas le produjeron. Cada Septiembre rememora su tragedia pero al mismo tiempo no pierde la esperanza que da la fiesta nacional de que tanto su cuerpo como su alma se van a reconstituir porque nunca dejó de creer en su persona y en el país al que pertenecía.
Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago Si Chile fuera una persona, sería alguien profundamente valioso, pero herido. Una persona que tiene una enorme riqueza espiritual, cultural y natural, que inspira esperanza, creatividad y solidaridad. Pero también alguien que arrastra dolores: desigualdades que dividen, heridas que no terminan de sanar, cansancio por las injusticias. Aun así, es alguien que conserva un corazón generoso, que cuando se reencuentra con lo esencial, la dignidad de cada persona, se pone de pie y vuelve a soñar con un futuro mejor. Chile es una persona que ama profundamente a Dios.
María Teresa Ruiz, profesora emérita de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Ciencias Exactas 1997 Lo vería como un hombre más bien tímido en público, vestido de forma muy austera, por no decir aburrida. Una persona correcta, aunque dadas las circunstancias, puede moverse hacia el filo de lo que separa lo que está bien y lo que no lo está. Pero creo que siempre está el lado bueno; le gusta el fútbol en forma notable, porque no sabe jugar. No sé si lo entiende, pero celebra incluso los empates de la Selección. Es taciturno, y comparado con otros, se ve, más bien, aburrido. Pero en privado, en su círculo más íntimo, es otra persona. Alguien muy multifacético, puede ser muy cariñoso, solidario con sus amigos, con sus vecinos, y por supuesto, con su familia. Tiene otras cosas notables, como la capacidad de escribir poemas, canciones, y dejar ver en ellas toda la belleza que lo rodea, e incluso imaginar mundo que no existen. Frecuentemente, se sienta en la noche a mirar el cielo, a perderse entre las estrellas y en el espacio, para caer en una especie de pozo, lleno de maravillosas estrellas que llenan su alma y su mente. Probablemente muy pocos le conocen esa parte, pero eso lo hace una persona muy querible, alguien con una personalidad muy particular y que no es fácil de encontrar en otros lados.
Javiera Arce, analista política Si Chile fuera una persona hoy, sería una persona como de unos 45, 50 años, con muchos problemas como existenciales, así como también con una economía bastante justa, tratando de sobrevivir, pero también con mucho miedo y buscando certeza o intentando buscar certezas. Eso sería para mí Chile hoy, a propósito precisamente de todo lo que estamos viviendo. No sé de qué género la verdad, pero una persona que no lo está pasando tan bien.
Marco Moreno, analista político de la U. Central Si Chile fuera una persona hoy, sería alguien adulto joven, con alta educación comparada con su historia, crítico, exigente y al mismo tiempo desconfiado; alguien que demanda reconocimiento y derechos, pero que oscila entre la impaciencia y el desencanto frente a las instituciones. Es una persona con aspiraciones modernas, que valora la autonomía y la diversidad, pero que arrastra inseguridades por la desigualdad y la incertidumbre del futuro, moviéndose entre la esperanza de cambio y el temor a perder estabilidad.
Ximena Dávila, cofundadora Escuela Matríztica Si Chile fuera una persona hoy, sería un chileno o chilena lleno de contradicciones que se debate entre la desconfianza y las ganas de encuentro. Quiere abrazar, pero a veces levanta muros; quiere dialogar, pero muchas veces calla. Busca ser escuchado y reconocido, porque sabe que solo en el encuentro con otros puede sentirse entero. En su vivir cotidiano, nos recuerda que lo más propio de lo chileno es la capacidad de reinventarse juntos.
Mauro Basaure, sociólogo UNAB Chile sería alguien agotado y contradictorio: envejecido antes de tiempo, con dolencias crónicas en salud y educación, pero aún con energía creativa. Vive en un barrio inseguro donde la violencia se normaliza, trabaja con ingresos precarios pese a su esfuerzo y desconfía de sus autoridades. Tiene capital cultural y vitalidad, pero carece de apoyos que lo sostengan y potencien. En el fondo, es un sujeto frágil que anhela orden y cuidado, atrapado entre promesas incumplidas y un futuro incierto.
Gonzalo Delamaza, sociólogo e investigador COES Como comenzó su día en el gimnasio, o corriendo, podían verse los sucesivos tatuajes que se había ido haciendo en los brazos durante los últimos años. En el izquierdo decía: "No más AFP". Pero luego se había borrado la parte "no más". Igual se notaba. Como estaba cerca de jubilar, ahora quería borrarse la sigla AFP. ¿Se notaría? En el otro brazo tenía tatuado dos nombres: "Michelle y José Antonio". Pero ya no se acordaba por qué se los había tatuado. Ni cuándo. Tenía que pensar mejor las cosas, pero se entretuvo en TikTok demasiado tiempo. Así que mejor optó por ir al asado. Cuando iba en el segundo plato de papas fritas, se acordó: ¡Viva el 18!
Claudio Alvarado, director ejecutivo Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) Chile hoy sería una persona con ganas de salir adelante, golpeada por años de una difícil situación económica, con temor de salir en la noche y muy preocupada por el presente y futuro de su familia; pero con la convicción y esperanza de que las cosas pueden cambiar y mejorar en 2026 y los años que vienen.