La Compañía de Jesús informó ayer que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) del Vaticano -de forma inapelable- anuló la decisión de la orden Jesuita de restringir del ejercicio sacerdotal y expulsar de sus filas al presbítero Felipe Berríos, medida que se tomó en abril pasado tras concluir que el religioso cometió "actos impuros" en contra de menores de edad. Según los jesuitas, el Vaticano "ha declarado no haber llegado a una suficiente certeza moral sobre la comisión de los delitos denunciados, quedando sin efecto las sanciones de restricción al ejercicio del ministerio y la expulsión de la Compañía de Jesús". Tras esta resolución, la orden sostuvo que no "respeta la decisión" de la DDF y que la "ejecutará íntegramente". "Teniendo presente los antecedentes recopilados en la investigación previa y en el proceso administrativo penal, la Compañía ha decidido iniciar un proceso de reparación con cada una de las ocho personas que hicieron las denuncias y ha impuesto al Padre Berríos medidas disciplinarias respecto a su estilo de vida y actividad apostólica como presbítero jesuita". Añadió que "reiteramos nuestro compromiso con la búsqueda de la verdad y la justicia, nuestro absoluto rechazo a cualquier tipo de abuso y nuestro esfuerzo sostenido por el cumplimiento de protocolos que aseguren la debida protección de niños y adolescentes".
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