Un episodio de calor justo en medio de las festividades. Ayer, 25 de diciembre, se registraron 34.5°C, una temperatura que se posiciona como la segunda más alta para el día navideño. Y el pronóstico es que para Año Nuevo la situación será similar.
Según detalló en conversación con Emol el profesional de la Dirección Meteorológica de Chile, Andrés Mondaca, hoy viernes 26 de diciembre las temperaturas máximas descienden un poco, principalmente por el desarrollo de "vaguada costera".
"Esto genera que ingrese aire húmedo y fresco desde la costa, y lo que tendrá reguladas las temperaturas al menos hoy y mañana acá en Santiago. Deberíamos andar en torno a los 29°C y mañana en torno a los 31°C", afirmó el meteorólogo. El domingo ya subiría a los 32°C.
Respecto al pronostico para la próxima semana, en el contexto de Año Nuevo, las temperaturas no cesarán en seguir subiendo. "El lunes, martes y miércoles vamos a estar en torno a los 34°C, incluso los 35°C en el centro de Santiago, así que va la próxima a ser una semana bastante calurosa", sostuvo Mondaca.
Respecto al panorama general del país para el cambio de año, el experto aseguró que, en general, habrán buenas condiciones meteorológicas en todo el país. "Desde la isla de Chiloé hacia el norte, podremos ver un tiempo estable y escasa nubosidad. Solamente algunos chubascos débiles y vientos de hasta 70 kilómetros por hora en las regiones de Aysén y Magallanes, los únicos sectores donde tendríamos precipitaciones la jornada de año nuevo", concluyó Mondaca.
Las claves para enfrentar las altas temperaturas
Ante el aumento de las temperaturas que se registrarán durante las siguientes jornadas, la académica de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Viviana Sarabia, entregó las recomendaciones para prevenir golpes de calor, ya que las temperaturas por sobre los 30°C aumentan el riesgo de sufrir este tipo de incidentes, una condición potencialmente grave que puede afectar a toda la población, pero especialmente a niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Según explica Sarabia, el golpe de calor ocurre cuando el cuerpo pierde su capacidad de regular la temperatura interna debido a la exposición prolongada a altas temperaturas. Esta situación puede provocar deshidratación severa, mareos, confusión, piel muy caliente y, en casos extremos, complicaciones graves para la salud que requieren atención médica inmediata.
Frente a este escenario, la especialista entregó las principales recomendaciones preventivas para enfrentar de mejor manera los días de calor extremo:
Hidratación permanente: Beber agua de forma regular, incluso cuando no se tenga sed. Se debe preferir el consumo de agua por sobre bebidas azucaradas, café o alcohol, y poner especial atención en la hidratación de niños y adultos mayores.
Protección frente al sol: Evitar la exposición directa al sol entre las 11:00 y las 17:00 horas, periodo en que la radiación es más intensa. Se recomienda usar ropa liviana, transpirable y de colores claros, además de gorros, sombreros y lentes de sol. El uso de protector solar con factor FPS 30 o superior es fundamental, aplicándolo cada dos horas.
Cuidado en espacios cerrados: Mantener los hogares bien ventilados, utilizar ventiladores o aire acondicionado cuando sea posible y cerrar cortinas o persianas durante las horas de mayor calor para conservar ambientes frescos.
Alimentación adecuada: Optar por comidas livianas y frescas, privilegiando frutas y verduras. Se aconseja evitar alimentos muy calientes o pesados, ya que aumentan la sensación térmica.
Seguridad en vehículos: Nunca dejar a niños, personas mayores o mascotas dentro de un vehículo, aunque esté estacionado a la sombra. La temperatura interior de un auto puede elevarse peligrosamente en pocos minutos.
Actividad física responsable: Realizar ejercicio solo en las primeras horas de la mañana o al atardecer. En días de calor extremo, se recomienda disminuir la intensidad y aumentar las pausas de descanso.
Atención a señales de alerta: Dolor de cabeza intenso, mareos, náuseas, piel caliente y seca, confusión, desorientación, sed intensa o cansancio extremo son síntomas que pueden indicar el inicio de un golpe de calor. Ante estas señales, se debe trasladar a la persona a un lugar fresco, hidratarla y buscar atención médica de inmediato.
