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Revisamos el nuevo MacBook Air con chip M1: Un sólido primer paso

Tras más de 10 años trabajando con chips Intel, Apple decidió hacer un cambio y usar procesadores propios en sus computadores Mac. Revisamos el primer MacBook Air con la tecnología, que trae buena autonomía y una buena solución a cualquier problema de compatibilidad de apps.

20 de Marzo de 2021 | 16:00 | Por Javier Neira R., Emol
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Apple
En 2020, y tras años de rumores, Apple finalmente confirmó su nueva transición de procesadores, pasando de depender de los chips desarrollados por Intel, a ocupar unos propios, creados por la misma Apple. Es un cambio radical en el ecosistema Mac, uno que trae repercusiones que definen el futuro y que se puede resumir de una forma: podría haber salido mal pero resultó sorpresivamente bien.

Los nuevos chips, bautizados como "M1", hicieron su debut en tres computadores Mac recientemente lanzados en Chile: el computador Mac Mini de escritorio y los portátiles MacBook Pro y MacBook Air, siendo el último el que pudimos probar por alrededor de un mes.

¿Qué significa el cambio? Hasta 2020, todos los equipos Mac ocupaban chips Intel, con la arquitectura x86 para sus programas. Ahora, con los M1, los computadores pasan a basarse en la arquitectura ARM, la misma que se usa para equipos móviles. Lo bueno es que Apple ya tiene experiencia con estos sistemas, ya que durante años ha desarrollado sus propios chips ARM, los "A" que han impulsado todas las generaciones de iPhone y iPad y que han sido exportados a otros equipos como Apple TV.

Usar un chip que usualmente se utilizaría en un dispositivo móvil trae ciertas ventajas, pero también presenta un desafío no menor: técnicamente, ninguna aplicación antigua de Mac es compatible con los nuevos M1. Y ahí es donde Apple hizo un muy buen trabajo, impulsando a los desarrolladores a adaptar sus programas a la nueva arquitectura, pero también sumando su propia "capa de traducción".

Se trata de "Rosetta 2" (el primer "Rosetta" fue creado para la transición de chips PowerPC a Intel a mediados de la década del 2000), un sistema incluido en los nuevos Macs que permite que, en teoría, cualquier aplicación x86 pueda ser usada en los nuevos equipos, sin emulación. En la práctica, esto significa que ningún programa muestra problemas de compatibilidad, y al menos en nuestras pruebas, tampoco se notaron fallas de velocidad o funcionalidades comprometidas.

Ese cambio de por sí ya es sorprendente, hacer una transición radical de software sin que haya mayores problemas evidentes en el uso, pero además hay otras novedades.

¿Qué otros cambios traen los M1? Dos de las características más importantes de los equipos móviles: rapidez de uso y una excelente autonomía de batería. En cuanto al primer factor, el nuevo MacBook Air ofrece una respuesta y capacidad de manejar grandes cargas que es llamativa. No es una máquina para editar videos, pero puede soportar flujos de edición de mediana intensidad. Tampoco es un laptop para gamers, pero puede correr juegos mejor que generaciones anteriores del mismo equipo.

Todo esto está respaldado por una autonomía de batería que puede superar fácilmente un día de trabajo. Es sorprendente pasar por jornadas intensas de trabajo, donde tras siete horas todavía queda más de 50% de carga para el resto del día. Ahora, sí hay ciertas apps que pueden acelerar el consumo de energía (Chrome, particularmente) pero en general la experiencia es más que positiva.

Ahora, no todo es perfecto. El MacBook Air incorpora una muy buena pantalla y un teclado muy cómodo, pero la webcam, uno de los elementos más importantes en este mundo de teletrabajo, deja bastante que desear. Es ligeramente mejor que otros Mac ya que si bien es la misma cámara de 720p de las últimas generaciones, incorpora el sistema de procesamiento de imágenes de iOS (gracias al chip M1) elevando un poco la calidad. Pero todavía falta mucho por avanzar.

También está la poca oferta de puertos, en variedad y cantidad. El Air sólo incorpora dos conectores USB C, un puerto que, aunque más masivo recientemente, sigue obligando a usar adaptadores para casi cualquier tarea.

Finalmente está el último experimento que permite el M1: la posibilidad de usar aplicaciones de iOS en el computador. En teoría, esto es una excelente idea: poder tener las mismas aplicaciones del teléfono en el computador, pero la ejecución no es la mejor. Primero, las aplicaciones corren en tamaño de iPad o iPhone -siendo este último extrañamente pequeño en un Mac- y sin la capacidad de modificar la ventana. Luego, se reemplaza el uso de la pantalla táctil por combinaciones poco naturales de teclado y mouse que pueden ser un poco confusas, y finalmente, las opciones más populares (Instagram o YouTube, por ejemplo) no están disponibles porque se requiere que el desarrollador habilite su uso en el Mac.

Pese a estos detalles, y sin presentar ningún cambio en su exterior, esta se siente como una verdadera nueva generación del MacBook Air. Para el usuario los cambios son positivos, principalmente en mejor rendimiento y autonomía de la batería, y compatibilidad de software. El MacBook Air no es un computador barato, pero sí es altamente versátil y con una nueva tecnología que en su primera generación ya es un muy buen indicio de lo que puede venir en el futuro.
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