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Revisamos el iPhone 13: Pequeños grandes cambios

En el papel, esta actualización no parece una muy revolucionaria, pero mejora los puntos más importantes de la experiencia del teléfono: la cámara, la batería y la pantalla.

02 de Enero de 2022 | 18:40 | Por Enrique Román, Emol
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Apple.
Hasta hace un par de años, Apple tenía un ciclo de actualización para el iPhone que en la industria era conocido como "tick-tock": una generación incluía grandes cambios y apuestas innovadoras, y la siguiente -la "tock"- refinaba el concepto, sumando el sufijo "S" al nombre. Bajo ese punto de vista, los nuevos iPhone 13 parecían en el papel equivalente de una versión "tock", al punto de que varios medios especializados dijeron que en realidad deberían haberse llamado "iPhone 12S".

Cierto o no, la verdad es que los iPhone 13 -de los cuales pudimos probar 2, el gigantesco 13 Pro Max (con una pantalla de 6,7 pulgadas) y el casi experimental 13 Mini de 5,4 pulgadas- traen suficientes cambios como para hacer que el upgrade valga la pena y en ciertos aspectos, dan a entender que Apple parece estar escuchando al público y la crítica para producir un mejor equipo.

¿Un ejemplo? Todos los teléfonos son ligeramente más pesados y gruesos que la edición anterior, debido a la inclusión de baterías más grandes. Es una decisión que va casi en contra de la corriente de la industria, pero que sumando a optimizaciones de energía a través del nuevo chip A15 Bionic, permiten sumar entre 1,5 y 2,5 horas de autonomía por carga a cada modelo. En el caso del iPhone 13 Pro Max, los números realmente sorprenden: en más de una ocasión, en nuestras pruebas terminamos un día de uso común (correo, redes sociales, navegación, música y videos vía YouTube) con más de 60% de batería. En el caso del Mini, los cambios dan un poco más de seguridad de que se va a poder llegar al final del día con carga (algo que no era 100% seguro en el modelo anterior).

En cuanto a construcción, los modelos 13 son prácticamente iguales a la generación anterior: un diseño que mezcla vidrio y metal (acero inoxidable en los modelos Pro, aluminio en el estándar y el Mini), con un look plano y angular, similar a los nuevos iPads. Los cambios están en los colores (cambia levemente la oferta respecto al año pasado) y en la disminución del tamaño del notch (o "muesca"), el espacio en la parte superior de la pantalla que aloja la cámara frontal y el sensor TouchID. Ahora, es 20% más chico que en modelos pasados, aunque no es algo que se note en el uso diario y el espacio de pantalla extra tampoco ofrece más desde el punto de vista de software, ya que iOS sigue mostrando la misma cantidad de información que antes.

¿Por qué se reduce el notch? Una teoría es que es para hacer espacio al nuevo sistema de cámaras traseras, que es posiblemente el cambio más grande de la generación y que aplica a todos los teléfonos de la línea. Todos tienen sensores y lentes más grandes, que hacen que el espacio que requieren en la parte trasera crezca (esto hace que cualquier carcasa pensada para un equipo iPhone 12 no sirva para los nuevos 13).

Los cambios en la cámara son muchos y puede resultar complejo entenderlos, así que vamos por parte. Primero, los modelos base (13 y 13 Mini) tienen el mismo sistema de imagen que el año pasado debutó en el más caro 12 Pro Max y que fue celebrado como una de las mejores cámaras del año. Además, todos los modelos incluyen un sensor más grande que puede capturar más luz y, en resumen, más luz es igual a mejores fotos. El cambio es más notorio en situaciones de poca luz más que en el uso durante el día, pero es algo que se nota.

Otra de las novedades es la inclusión del "modo cinematográfico" o, en sencillo, un "modo retrato" -donde el fondo es difuminado para distinguirlo del sujeto en la toma- para video. Esta fue una de las funciones más destacadas por Apple en la presentación, indicando que permite cambiar el foco de un sujeto a otro en un clip de manera automática (el sistema puede identificar cuando una persona mira a otra para cambiar la atención) o de forma manual en la edición. El resultado es interesante y divertido para probar, pero falta calidad para darle un uso más profesional: los bordes de los sujetos en foco se ven muy duros y el efecto es poco natural, y además sólo se graban videos en FullHD a 30 cuadros por segundo (en vez de los 24 fps usados tradicionalmente en video profesional).

Lo que sí tiene potencial para ser usado de manera profesional es la recién estrenada capacidad del iPhone 13 de grabar video en ProRes, un formato muy usado en la captura de material para usos profesionales. El cambio es mayor y genera videos que son más pesados (de hecho, para grabar en 4K se requiere un teléfono de 256 GB de capacidad o más; las versiones de 128 GB sólo pueden grabar en FullHD) pero abren la posibilidad a usar un iPhone como una herramienta de captura menos casual.

Por el lado de los modelos Pro, las cámaras traen una mayor apertura y un lente teleobjetivo renovado que, pasando de 2x a 3x, es capaz de producir retratos de mayor calidad (particularmente de noche). También cuenta con un modo macro, para tomar fotos de detalle a través del lente ultra gran angular de la cámara. Para ello sólo hay que acercarse a un sujeto y el teléfono automáticamente cambiará a este modo, que funciona sorprendentemente bien y mucho mejor que las cámaras macro que algunos teléfonos Android (generalmente de bajo costo) incorporan casi como un relleno. Ese cambio automático al modo macro generó molestia en algunos usuarios de iPhone, por lo que la versión 15.1 de iOS (estrenada hace un par de semanas), sumó la opción de desactivarlo.

Finalmente, la pantalla. Todos los modelos mantienen los tamaños de la edición anterior, pero las variantes Pro suman "ProMotion", una tecnología que Apple implementó en el iPad Pro hace unos años y que se ha vuelto un punto común de los teléfonos de gama alta: una tasa variable de refresco. Eso hace que, en ciertos momentos, el teléfono muestre contenidos a hasta 120 Hz pero en otros baje hasta a 10 Hz para ahorrar batería. Apple debió haber implementado esto hace años, pero ahora que llegó, el cambio se agradece y hace que el teléfono se sienta mucho más fluido.

En resumen, ¿valen la pena los nuevos iPhones? Sus cambios pueden ser menores en comparación al rediseño de 2020, pero mejoran los aspectos más importantes del uso de un smartphone: batería, cámara y pantalla. Como tal, son absolutamente recomendables aunque un usuario que compró un iPhone 12 el año pasado no va a encontrar tanta novedad ni cambios revolucionarios. Tick-Tock.
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