Hace poco declaró que deja el programa “La Última Tentación”. Varias son las razones, pero a lo mejor una de ellas es que hay temas que no puede abordar en pantalla. Y él lo reconoce.
Cualquier telespectador avezado habrá percibido que temas como la homosexualidad, el sexo o los affairs entre famosos lo incomodan. Aún así, en la presentación del libro de Consuelo Aldunate, “Profesión: soltera”, no tuvo empacho en señalar “siempre me voy rápido” para justificar que apenas terminara de hablar se retiraba del evento.
-Siempre bromeas con el sexo, pero te cuesta hablar de eso.
“Eh…creo que con el tema de la sexualidad me pasa lo mismo que con el de la separación, no hablo. Tampoco del matrimonio; no muestro a mis cabros chicos, no los expongo”.
-El chico salió en la tele.
“Lo tiraron para adentro (del estudio) porque estaba llorando. Y armé un escándalo de proporciones; me pareció agresivo hacia mí. Ese día no teníamos nana, tenía que ir al canal y me lo llevé porque me daba lata ir a dejarlo a la casa de mi mamá”.
-Volviendo al sexo.
“Cuando tú hablas de eso, hablas de dos, de parejas o ex parejas, y a mí me da pudor. Me da pudor ver como algunos cuentan sus historias en la revista Caras”.
-Si es así, ¿por qué la broma?
“Porque es un poco de autoflagelación. Es reírme, un poco, de lo que pasa. La Carolina (Jiménez) me invito a su programa sobre sexo y yo le decía que no podía entender como los gallos que iban podían hablar de eso”.
-Y hablar de homosexualidad, ¿lo mismo?
“Me gusta que los homosexuales tengan su tribuna, que se sientan con derecho a decir lo quieran. Pero también hay que hablar de cuestiones de las que no se habla y que alcanzan el nivel del absurdo.
“Mira el juez (Daniel) Calvo. Me encantaría poder defender la posibilidad de que sea juez con una opción sexual, pero cuando él la esconde, incluso después del escándalo y avalado por la Corte Suprema, a mí me choca”.
-¿No debieran ser éstos los temas que reflexionara la sociedad?
“Sí, pero cachai que no se puede hacer en diez minutos, en un “talk show”. Me encantaría abordarlo, pero con el reposo necesario. La única vez que hablamos seriamente del tema fue cuando José Miguel Villouta me sorprendió con una defensa cerrada del matrimonio entre homosexuales. Me encantó lo que hizo, pero él se sintió agredido porque lo tuve que despedir; compadre, se acabó el programa y lo descharchetamos”.
-¿Qué pasó esa vez que dijiste que tu fantasía sexual era hacerle el amor a una paca?
“Esa vez iba la Pamela Jiles a hablar de su libro y me preguntó en maquillaje sobre eso. Estaba súper pensada”.
-¿Cuántas pacas te llamaron?
“No me pasó nada, salvo un día que salí del estadio y estaban todos los pacos y pacas formados y empezaron miren ahí viene Schiappacasse”.
Entre las carcajadas del entrevistado y el entrevistador, Schiappacasse hace una aclaración que podría echar por tierra la admiración de muchas seguidoras:
“A ver, creo que la gente que sale en la tele, necesariamente, se arma un personaje. Por ejemplo, el personaje de Mauricio Israel me parece detestable: él es una gran persona, pero no su personaje, en el que se hace el duro. El de (Fernando)Paulsen también y resulta que con él se puede conversar en la vida real”, argumenta.
-¿Qué tan lejos de Schiappacasse está su personaje?
“Es que el personaje de Schiappacasse exacerba al límite jugar con mentira-verdad. Se declara hincha de un equipo distinto todos los años para enojar a sus compañeros de trabajo; dice que es quillotano fanático, salta con barbaridades sin arrugarse si quiera. Me da lo mismo decir cosas absurdas o ironías. Los partidos de fútbol, habitualmente, los comento en relación a la historia de alguna antigua polola; digo tuve una polola con la que no pasaba nada y de repente se desbordó.
“Todo esto está lejísimo de Aldo Schiappacasse: Yo entiendo que la gallá capta eso, sabe cuando estoy blufeando o no”.
-¿Nadie te ha mandado al psicólogo?
“Odio a los psicólogos”.
-¡Pero si eso querías estudiar!
“Si soy un gallo tan sensato y cuerdo (con tono de niño bueno). Soy muy medido, pocas veces me arrepiento de las cosas que digo.
“Además, los problemas son tan simples de resolver. Si uno se sienta y escucha los problemas de la gente, te matai de la risa. Salvo trancas, en las que tienes que entrar a picar, los problemas son súper, súper, simples. Habría sido un notable psicólogo”.
-¿Cuál es tu vicio privado? Pero no los del personaje.
“Tengo muchos (y comienza una enumeración). Arrancarme a horas insólitas al cine; comprarme lo que yo quiero –porque me gané la plata- por Internet, de hecho, me llega un paquete a la semana; estar sentado en un Mc Donalds con mis hijos sin que se sepa; y las películas eróticas italianas a las que llegué medio tarde porque soy medio “nerd”.
“También soy un fanático de Seinfield; sé que terminó, pero para la Navidad, la Paula me regaló los DVD. ¿Cómo mierda no fui yo capaz de hacer una serie así? Se habla de las tonteras más grandes con la seriedad más absoluta. Lo encuentro genial; veo un capítulo por día y me refuerzo”.