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El poder para crear la realidad que uno quiere, no la que puede

La psicoterapeuta, creadora de ‘El método’, plantea que éste es la fórmula para vivir en armonía y perfección; una opción para mantenerse al margen de las experiencias dolorosas.

27 de Agosto de 2009 | 08:43 |
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Su libro, “El método”, ya se encuentra entre los best seller de no ficción en Chile. En una licencia del editor, la portada afirma que la obra apunta a pasar de la ‘ley de la atracción’ -sustentada por el hiper vendido “El secreto”- a la ‘ley del a-mor’.

Lita Donoso, la autora, no tenía tal pretensión. Psicóloga clínica de la Universidad de Chile, con más de 25 años como psicoanalista, tras analizar las dificultades que presenta el proceso de sanación de las personas, se introdujo por caminos más profundos de la ciencia y dio origen a lo que denominó el sistema Alkymia de autoterapia y cuya raíz está en los trabajos hechos por Fresia Castro, su profesora.

Hoy, expande su método y consigue cada vez más seguidores que han encontrado en éste la autosanación. En palabras sencillas, Alkymia es una técnica basada en la activación del centro pineal-pituitaria o glándula pineal, que en algún momento ha sido denominada “el tercer ojo”.

Tal como lo planteó en su primer libro, “Sanaciones milagrosas”, quienes utilizan esta autoterapia logran superar dolores y dolencias que no han logrado revertir mediante la medicina y terapias tradicionales.

“‘El Secreto’ es un aporte para la mayoría de las personas, pero para quienes buscan una solución real a su conflictiva cotidiana, no da la herramienta; dicho de otra forma, no elimina el error de la experiencia”, dice cuando se le comenta el subtítulo de su última obra.

-Tú afirmas en el libro que las terapias tradicionales han quedado obsoletas. ¿Por qué?
“Soy psicóloga clínica, trabajé 25 años como terapeuta y creo que es un trabajo necesario y precioso, pero creo que este camino no resuelve la problemática derivada de la vertiginosidad de la vida. Cómo alguien puede estar 15 años en psicoanálisis para sentirse más o menos sana, si en esa cantidad de años puede ser que el planeta cambie a otra dimensión.
“En el momento histórico que vivimos, una terapia tradicional no resuelve los problemas. Una persona que tiene alguna fobia, después de años de trabajo puede resolver sus miedos, viviendo mejor, entendiéndolos, pero nunca olvidando la experiencia y lo que yo planteo con el método es que se elimine el registro y el recuerdo de la experiencia. Así puede saber intelectualmente que sentía, pero no puede recordar lo que es sentirlo”.

-¿No se supone que el recuerdo, el dolor ayudan a crecer?
“A crecer ayuda el recuerdo, pero nosotros no estamos hablando de crecimiento, estamos hablando de expansión, que no es lo mismo. Crecer es ir de un lugar a otro, en una linealidad de tiempo y vivencia; en cambio, en el método se hace un salto cuántico igual que la del electrón; vamos a otro dimensión de la experiencia, es completamente distinto a todos los recorridos conocidos humanamente”.

-Hablas de un salto, ¿eso evita el proceso?
“No lo evita, lo elimina, lo que es distinto. Cuando se habla de evitar el proceso, se plantea esto casi como un factor de pereza o cobardía para no enfrentar las cosas y crecer. En cambio, esto plantea que uno puede reconocer en su ADN, en su registro energético, una capacidad para transmutar ese proceso y eso es un término exclusivo de esta metodología: transmutar significa un salto cuántico.
“Hiciste un acto creativo que permitió borrar el registro y el recuerdo del trauma en cualquier aspecto, sea enfermedad física, psicológica o mental”.

Lita Donoso señala que desde pequeños nos enseñan un paradigma basado en que “todo lo que vale es lo que nos costó esfuerzo y trabajo y que el dolor es crecimiento”. Ella, afirma que este paradigma es erróneo, porque, respecto del dolor, “si no es una oportunidad para hacer el salto cuántico, es simplemente desgaste, enfermedad y estancamiento”.

“El dolor siempre está basado en una apariencia, en algo que llamo maya y se produce por la ignorancia. Piensa en un dolor por excelencia que es la pérdida, la muerte, la partida; el dolor deviene porque se está convencido, primero, que es una circunstancia ajena a uno, pero cuando se reconoce que es una circunstancia que uno creó en la vida, inmediatamente, para el flujo del dolor”, señala.

Para graficarlo, Lita apunta al dolor de haber sido abandonado por la pareja. Indica que se debe reconocer que uno estuvo todo el tiempo construyendo una relación que terminó en que el novio partiera con otra. “Son tus propios actos creativos (los que llevan a la pérdida) desde que elegiste a un sicópata o no supiste cuidar al amor de tu vida y si lo logras comprender, el dolor inmediatamente disminuye sólo con eso”, afirma.

-A eso apuntas cuando dices que hemos vivido esclavos de nuestras limitaciones y sufrimientos. ¿Cuál es la actitud que debemos tener, entonces?
“Exactamente.... Ninguna actitud, sino que, simplemente, una comprensión. Si tienes una actitud, caemos nuevamente en una cosa humana; si te digo pasa este dolor, mira para adelante y búscate otro novio te estoy enseñando a ser un sicópata; y por otra parte, al reprimir el dolor te estás generando un cáncer.
“Lo que yo digo es que el sufrimiento y el dolor son una oportunidad para darse cuenta que dentro de uno coexiste un ser que no conoce la limitación, que tiene otras formas de realizar algo que hacemos todos los días. Esto es física cuántica pura: con sólo observar la realidad la estás cambiando, se está creando realidades en todo momento.
“Ahora esto surge de actos más inconscientes que conscientes, porque todos los actos tienen un velo permanente que se llama simpatía, gusto, disgusto, antipatía, juicios. No hay actos puros y eso se llama error creativo”.

-¿Esas son las barreras que hay que derribar para practicar este método?
“No, esas son las barreras, que cuando se derriban, hacen que el método se transforme en una herramienta que transforma tu vida en una experiencia maravillosa permanente. Es hacer lo extraordinario, cotidiano”.

-¿Hay que tener alguna condición especial para practicar el método? ¿Ser poco racional, místico?
“Nada, el método tiene una sola condición; que es un deseo. Es una ley que funciona en torno al libre albedrío y basta con el deseo para que esto funcione.
“El método funciona en sí mismo. Al igual que una lámpara, esto se enciende con el switch on/off y no depende de si la persona que la enciende es tibetana o cristiana”.

-Se habla del poder de la mente, ¿hay alguna diferencia?
“El método está basado en el poder del sentimiento, no en el de la mente, porque la mente no tiene ningún poder frente al sentimiento. Esa es la herramienta que se pone andar en este método, teniendo ganas de, lo demás está garantizado”.

El método, afirma esta psicóloga, es un programa que tiene que ver con las propiedades de la energía y no de la materia, el último sustrato de lo que es el ser humano y el universo, energía, tal como lo sostuvo Einstein. Cuando se recuperan las propiedades energéticas se inicia un proceso creativo en torno a la ley de la unidad y no de la materia, que nos mueve en la limitación y polaridad.

Cuando se entra en un proceso creativo que no es oscilante y que reconoce la unidad, uno no se enferma, no se tienen carencias, y se accede a un sentimiento permanente de armonía y perfección, pero no de crecimiento, porque esta es una experiencia que no va de menos a más; la expansión tiene que ver con la realización de un modelo en un solo acto.

“Con este método, en lo invisible, se adquiere el poder para crear la realidad que uno quiere, no la que puede. En términos ordinarios, uno crea la realidad que puede, vale decir, crea una realidad en virtud de todas las limitaciones que se fueron recogiendo en la vida. En cambio, esto da la oportunidad de crear lo que se quiere en virtud de poner en marcha un patrón que se mueve solo con la energía cohesionadora del universo que se llama a-mor y eso evita el error de la experiencia”, profundiza.

Lo anterior, la ley del a-mor, dice Lita, es la que puede evitar que esta capacidad creativa ilimitada que tenemos no se transforme en el deseo egoísta de control de los otros. Este peligro no existe desde el momento en que se está en una frecuencia creativa que tiene como resultado un estado de armonía y perfección, de felicidad. Añade que es una opción mantenerse al margen de la experiencia del dolor, de lo negativo.

-¿Esto no se logra con el psicoanálisis? ¿El camino es muy largo?
“Creo que con el psicoanálisis no se logra ni una décima parte que con el método. El psicoanálisis es una excelente, la más grande herramienta terapéutica humana, no conozco una mejor. Pero yo estoy hablando de renunciar a todo lo que es humano y elegir todo lo que es divino, de lo que es luz y a-mor”.

-Esta no es una terapia alternativa, es una terapia en sí misma. ¿Cómo se conlleva con la medicina tradicional?
“Yo no creo que haya un conflicto y afortunadamente los médicos que han visto los milagros en sus pacientes y reconocen no tener ninguna incidencia en ello, están cada vez más receptivos a aceptarlo. En ellos he visto una actitud generosa y abierta”.

-En una simplicidad, podríamos decir que las energías negativas producen enfermedades, las positivas, sanan.
“Es un hecho, las cosas más sabias son profundamente simples. Si eres capaz de generar amor en tu vida como sistema, principio, tu vida va a estar absolutamente relacionada con esa experiencia”.

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